El Honorable Tarradelles desperdició una ocasión magnífica a su regreso a España durante la transición. Debía haber anunciado que “Ya estoy aquí… Para establecer las competencias que deben tener los pueblos que conforman España” Sobre todo la gestión de sus finanzas. Un estatus que el País Vasco siempre ha tenido y que funciona divinamente tanto para ese Euskadi como para el resto de España. Tarradellas además perdió la oportunidad que tienen quienes son estadistas, de haber participado en el nuevo diseño entonces de una España diversa; y haber influido quizá en la creación de un Estado Federal a semejanza de Alemania, Francia, Suiza, Estados Unidos… Y este país se habría ahorrado las tensiones y el gasto tremendo en proyectos innecesarios en los que se han incurrido en Cataluña con la excusa de enarbolar una independencia innecesaria en el siglo XXI. Porque somos todos dependientes. Es vital formar parte de un espacio mayor de mutuo apoyo, como mercado interior y como área de defensa común.
En Cataluña las finanzas – el dinero – es básico para esta cultura. Solo hay que analizar el baile clásico del país, La Sardana. La bailan en circulo, con las manos cogidas, personas que conocen el baile, que pertenecen a un grupo, que siguen a un líder que cuenta los pasos para dirigir la danza, y que si trata de entrar en el circulo una persona nueva (quizá ávida de aprender) le sueltan la mano y la vuelven a unir con uno del grupo en cuanto se dan cuenta que no sabe contar.
Si la autogestión de las finanzas se hubiese resulto hace 40 años, TODOS los habitantes de este país y de la Unión Europea a la que pertenecemos hubiesen aprovechado el valor que siempre ha aportado este país con una clase industrial, innovadora, avanzada, que tendría ahora un desarrollo estable.
El hecho catalán, el derecho a decidir, el plebiscito… como se le llame… no se ha convocado durante estos agotadores años, porque el “no” es la postura del 70% de los habitantes de este país. En las ultimas elecciones esa fue la respuesta por votos individuales. Luego intervinieron los electorales que dieron votos suficientes a un grupo de partidos políticos de reciente formación que se unieron para gobernar. Estrategia, como es natural, que es preciso modificar porque representa un engaño al principio del voto universal y a la democracia. Este grupo de nuevos partidos saben que no hay una proyección viable. Y la continuidad de sus razones para seguir en el poder depende de que se impida que se haga esta consulta.
Lo alarmante es que es, y siempre ha sido tan factible dar una solución viable a la cuestión catalana.
En Cataluña las finanzas – el dinero – es básico para esta cultura. Solo hay que analizar el baile clásico del país, La Sardana. La bailan en circulo, con las manos cogidas, personas que conocen el baile, que pertenecen a un grupo, que siguen a un líder que cuenta los pasos para dirigir la danza, y que si trata de entrar en el circulo una persona nueva (quizá ávida de aprender) le sueltan la mano y la vuelven a unir con uno del grupo en cuanto se dan cuenta que no sabe contar.
Si la autogestión de las finanzas se hubiese resulto hace 40 años, TODOS los habitantes de este país y de la Unión Europea a la que pertenecemos hubiesen aprovechado el valor que siempre ha aportado este país con una clase industrial, innovadora, avanzada, que tendría ahora un desarrollo estable.
El hecho catalán, el derecho a decidir, el plebiscito… como se le llame… no se ha convocado durante estos agotadores años, porque el “no” es la postura del 70% de los habitantes de este país. En las ultimas elecciones esa fue la respuesta por votos individuales. Luego intervinieron los electorales que dieron votos suficientes a un grupo de partidos políticos de reciente formación que se unieron para gobernar. Estrategia, como es natural, que es preciso modificar porque representa un engaño al principio del voto universal y a la democracia. Este grupo de nuevos partidos saben que no hay una proyección viable. Y la continuidad de sus razones para seguir en el poder depende de que se impida que se haga esta consulta.
Lo alarmante es que es, y siempre ha sido tan factible dar una solución viable a la cuestión catalana.