Después de asegurar y jurar que Europa espera a Catalunya con los brazos abiertos. Para tranquilizar y complacer a la población catalana que siempre ha sido la mas europea de España. Se oye ahora que esa misma Europa es obsoleta y decadente.
Esa misma Europa en la que los organizadores de este proceso han forzado el derroche, que no inversión, de unas cantidades asquerosas de recursos humanos y financieros abriendo "embajadas" por toda Europa para demostrar su falsa e innecesaria presencia aislada del resto de España. En lugar de aprovechar, como lo hacen todas las autonomías de España para promover y apoyas a sus ciudadanos y empresas.
Esa misma Europa cuyos responsables de las diferentes instituciones insistían en afirmar que "la Unión Europea no admitirá una Cataluña independiente" por la sencilla razón de que no puede aceptar 58 miembros de la Unión porque no es gestionable.
Y es que la UE busca entre otras cosas la eficacia para el beneficio de los pueblos y naciones que buscan la unidad para ser sostenibles en un mundo global.
La misma Europa cuya historia milenaria ha sido la historia de los conflictos entre sus pueblos. Porque la diversidad en primer lugar genera conflictos. Hasta que la madurez de un magnífico grupo de estadistas logró poner a un lado sus diferencias culturales y crear una unión de progreso que potenciara sus diversidades.
La misma Europa cuyos estadistas firmaron el Tratado de Roma en 1957 para asegurar los primeros 60 años de paz entre los pueblos de Europa. "Unidos en la diversidad" que ha logrado crear el área de mayor estabilidad y progreso global para el beneficio de sus 600M de habitantes. 600M de personas que han enterrado la miseria sufrimiento de tiempos aun cercanos para vivir en un espacio con libre movilidad para toda su ciudadanía, con libre movimiento de bienes productos y servicios y movilidad de finanzas. Para crear un espacio de oportunidades e innovación. Un espacio de permite la discrepancia como la que hay en la actualidad con grupos extremistas y antisistema, que pretenden destruir el escenario que propicia la Unión Europea. Un espacio de bienestar y protección social. Un espacio de gran respeto a la diversidad de las culturas, idiomas y estilos de vida de los pueblos que han decidido unir sus recursos para poder sobrevivir y alcanzar posición de poder en un mundo convulso y en constante transformación.
La misma Europa que ahora se dice que es obsoleta y declinante. Lo que es evidente es que los lideres de este proceso han dañado a millones de personas que no se merecen el perjuicio social y económico del que son victimas... Es líder quien inspira a las personas que le siguen por un mensaje coherente, transparente, bien articulado y contante. Que además responde a las necesidades e ilusiones de la mayoría de la población, en este caso. No uno que cambia de opinión cada siete horas según explican los negociadores en ese momento. Puigdemont prometió convocar elecciones generales en Catalunya para evitar la aplicación del 155. Y a las siete horas anunció todo lo contrario.
Un gobernante no es un autoproclamado líder. Es un profesional de la gestión corporativa. En este caso de una región autonómica. Que tiene la capacidad para gestionar un gobierno en beneficio de las gentes y no de sus propios intereses. Que es lo que se ha venido haciendo durante los últimos 35 años en Cataluña.
¿La clave es la de ostentar la gestión de sus finanzas? El País Vasco las tiene transferidas sin necesidad de crear una confrontación social y económica como a la que viene abocando todo el llamado proceso. Porque el verdadero objetivo del proceso no es la independencia de Catalunya. Es la de sembrar el caos y la inestabilidad. O sea que ese resultado va en contra de los intereses y el bienestar de los seguidores que avanzan engañados hacia un entorno no deseado.
¿Gestionar los propios recursos financieros? Solo hay que unirse a la mesa que estudia la reforma de la constitución para actualiza este y otros temas que con el tiempo toda institución necesita actualizar. Esto es lo que hace un líder que aspira a ser un buen gobernante. Y no provocar conflictos engañosos y traición a los propios principios que proclama.
Esa misma Europa en la que los organizadores de este proceso han forzado el derroche, que no inversión, de unas cantidades asquerosas de recursos humanos y financieros abriendo "embajadas" por toda Europa para demostrar su falsa e innecesaria presencia aislada del resto de España. En lugar de aprovechar, como lo hacen todas las autonomías de España para promover y apoyas a sus ciudadanos y empresas.
Esa misma Europa cuyos responsables de las diferentes instituciones insistían en afirmar que "la Unión Europea no admitirá una Cataluña independiente" por la sencilla razón de que no puede aceptar 58 miembros de la Unión porque no es gestionable.
Y es que la UE busca entre otras cosas la eficacia para el beneficio de los pueblos y naciones que buscan la unidad para ser sostenibles en un mundo global.
La misma Europa cuya historia milenaria ha sido la historia de los conflictos entre sus pueblos. Porque la diversidad en primer lugar genera conflictos. Hasta que la madurez de un magnífico grupo de estadistas logró poner a un lado sus diferencias culturales y crear una unión de progreso que potenciara sus diversidades.
La misma Europa cuyos estadistas firmaron el Tratado de Roma en 1957 para asegurar los primeros 60 años de paz entre los pueblos de Europa. "Unidos en la diversidad" que ha logrado crear el área de mayor estabilidad y progreso global para el beneficio de sus 600M de habitantes. 600M de personas que han enterrado la miseria sufrimiento de tiempos aun cercanos para vivir en un espacio con libre movilidad para toda su ciudadanía, con libre movimiento de bienes productos y servicios y movilidad de finanzas. Para crear un espacio de oportunidades e innovación. Un espacio de permite la discrepancia como la que hay en la actualidad con grupos extremistas y antisistema, que pretenden destruir el escenario que propicia la Unión Europea. Un espacio de bienestar y protección social. Un espacio de gran respeto a la diversidad de las culturas, idiomas y estilos de vida de los pueblos que han decidido unir sus recursos para poder sobrevivir y alcanzar posición de poder en un mundo convulso y en constante transformación.
La misma Europa que ahora se dice que es obsoleta y declinante. Lo que es evidente es que los lideres de este proceso han dañado a millones de personas que no se merecen el perjuicio social y económico del que son victimas... Es líder quien inspira a las personas que le siguen por un mensaje coherente, transparente, bien articulado y contante. Que además responde a las necesidades e ilusiones de la mayoría de la población, en este caso. No uno que cambia de opinión cada siete horas según explican los negociadores en ese momento. Puigdemont prometió convocar elecciones generales en Catalunya para evitar la aplicación del 155. Y a las siete horas anunció todo lo contrario.
Un gobernante no es un autoproclamado líder. Es un profesional de la gestión corporativa. En este caso de una región autonómica. Que tiene la capacidad para gestionar un gobierno en beneficio de las gentes y no de sus propios intereses. Que es lo que se ha venido haciendo durante los últimos 35 años en Cataluña.
¿La clave es la de ostentar la gestión de sus finanzas? El País Vasco las tiene transferidas sin necesidad de crear una confrontación social y económica como a la que viene abocando todo el llamado proceso. Porque el verdadero objetivo del proceso no es la independencia de Catalunya. Es la de sembrar el caos y la inestabilidad. O sea que ese resultado va en contra de los intereses y el bienestar de los seguidores que avanzan engañados hacia un entorno no deseado.
¿Gestionar los propios recursos financieros? Solo hay que unirse a la mesa que estudia la reforma de la constitución para actualiza este y otros temas que con el tiempo toda institución necesita actualizar. Esto es lo que hace un líder que aspira a ser un buen gobernante. Y no provocar conflictos engañosos y traición a los propios principios que proclama.