UNA NUEVA FISICA ROTACIONAL I


Gabriel Barceló

18/05/2018


Nos referiremos a continuación al contenido del tratado NUEVO PARADIGMA EN FÍSICA.


 
En mi opinión, el libro recientemente publicado en AMAZON, se refiere realmente a una nueva dinámica, pero también a UNA FÍSICA OLVIDADA, por ello en el primer capítulo del Tomo I recuerdo los primeros estudios realizados en el siglo XIX, y posteriormente olvidados, sobre los cuerpos en rotación.
También planteo mis dudas iniciales sobre un área del conocimiento científico, tan concreto: cuando los cuerpos en rotación, son sometidos a nuevas acciones que generan nuevas rotaciones no coincidentes o coáxicas con la ya existente.
Recuerdo en este capítulo como en el siglo XIX científicos belgas y franceses desarrollaron estudios iniciales, que quedaron interrumpidos y olvidados, ante las nuevas corrientes de pensamiento, como las teoría de la relatividad y la mecánica cuántica.
En el segundo capítulo: TEORÍA DE LA RELATIVIDAD, confirmo la coherencia de los resultados obtenidos en nuestras investigaciones, con las teorías de Einstein.
En este capítulo se analiza también el concepto de rotación en el pensamiento einstenio, confirmando que no existe contradicción con la teoría dinámica que se propone. No obstante, se advierte que la Teoría de la Relatividad nace de un pensamiento dinámico traslacional y, posteriormente, es cuando se añaden conceptos rotacionales, por lo que se sugiere una posible revisión de este desarrollo racional, cuestión que es reiterada en este segundo volumen del tratado.
Al desarrollar su teoría, Einstein obtuvo un resultado sorprendente, la curvatura del espacio-tiempo: El punto de vista de Einstein era que localmente la energía determina la curvatura del espacio-tiempo, y el movimiento de los cuerpos. En efecto, llegaba a la conclusión de que la mera presencia de una masa, deformaba el espacio-tiempo a su alrededor, y por tanto, incidirá en el comportamiento de cualquier móvil. Como corolario, puede proponerse que la gravedad no es una fuerza por sí misma, sino una consecuencia de la deformación del espacio-tiempo. La analogía que se suele utilizar para mejor comprender estas conclusiones, propuesta por primera vez por Eddington, es la de una superficie elástica y tensa, sobre la que se coloca un objeto pesado. El objeto se hundirá, deformando y estirando esa superficie.
La aparente atracción gravitatoria no es más que el resultado de la deformación del espacio-tiempo, en nuestro caso, debido a las masas del Sol y de la Tierra. Esta descripción de la gravedad, fundada en la relatividad general, ha sido recientemente avalada con la observación de las ondas gravitacionales, interpretando que estas ondas, son realmente oscilaciones del espacio-tiempo causadas por cuerpos masivos acelerados.
Todo lo cual es coherente con las hipótesis dinámicas que se proponen en la Teoría de Interacciones Dinámicas. En el libro recordamos también lo expresado por José Ortega y Gasset, en un texto de 1924, titulado: El sentido histórico de la teoría de Einstein. Decía así Ortega: La teoría de la relatividad es el hecho intelectual de mayor nivel que se pueda concebir
En el tercer capítulo: MECÁNICA CLÁSICA, recuerdo los conceptos y postulados necesarios para el desarrollo de nuestro proyecto de investigación. No obstante, este análisis había sido publicado con una mayor amplitud en dos libros anteriores editados en español, el Vuelo del bumerán, (2006) y posteriormente en Un mundo en rotación, (2008) en donde se enunciaba por primera vez la teoría.
Aunque Einstein había planteado una nueva imagen de la naturaleza, conceptualmente distinta a la anterior, incluso proponía que esta nueva concepción sustituía a la newtoniana.
Fue extendiéndose rápidamente este consenso en la comunidad científica, pero pese a ello, se siguió manteniendo en el subconsciente de la sociedad, el modelo newtoniano.
Y no solo en el subconsciente social, también en la ingeniería y en múltiples sectores científicos, se continúa aplicando el modelo de Newton, incluso de forma errónea en dinámica rotacional, hasta nuestros días.
Desearía destacar la importancia del cuarto capítulo del tratado: PRUEBAS EXPERIMENTALES, en él se describen los ensayos y comprobaciones empíricas realizadas, con total éxito, con el fin de confirmar las nuevas hipótesis dinámicas que habían sido concebidas.
Me asusta lo cerca que están algunos físicos, y la física moderna, de convertirse en puros filósofos, en pura filosofía, al olvidar la experimentación. En mi opinión, no pude construirse una teoría científica partiendo exclusivamente de su plausibilidad matemática.
Es necesario también, como ya aplicaba Galileo, reconocía Descartes en su obra el Discurso del método y expresaba Leibniz con su conocida frase: theoria cum praxi, la comprobación experimental de las hipótesis de cada teoría, pues esta comprobación es la base del método científico. La deducción racional tiene que ser contrastada y confirmada con la experimentación.
Siempre es posible concebir un sistema de axiomas, que permitan una bella formulación matemática, pero es necesaria la observación experimental, para poder llegar a confirmar que ese algoritmo coincide con el mundo real. No obstante, esta comprobación, no siempre ha sido realizada en todas las modernas teorías de física.