Si traigo a colación esta cita no es por la fama, ni por el cargo de la persona a la que se refiere el comentario, ni por quien lo hace, ni tampoco por quien lo publica, sino porque esta frase hace una diferencia muy clara entre tener ciertas habilidades directivas y las aptitudes o capacidades de un estratega. Una diferencia importante que, sin embargo, no suelo escuchar últimamente con excesiva frecuencia..
En estos años en que cualquier chico/chica Master, recién graduado de una Business School se cree capacitado para hacer la estrategia de su empresa, es bueno recordar que no todo el mundo sirve para todo, y que no basta con seguir alguno de los 10 modelos (hojas de ruta) que nos han enseñado cuando éramos alumnos. Y es bueno tener presente que los creativos que hacen la campaña de publicidad de su producto, Sr. Lector, tienen, y deben tener, rasgos y perfiles distintos que los programadores que están desarrollando el nuevo software para su Departamento de Recursos Humanos.
Pero la cuestión es más profunda. Ni todo el mundo sirve para la estrategia, ni piensa en términos estratégicos, ni tampoco todos los estrategas piensan sus estrategias de la misma forma, es decir con los mismos procesos y pautas.
La literatura managerial nos ha acostumbrado a unos esquemas que perciben las situaciones de forma estática y en términos confrontativos; trabajan con actores racionales y ven a los otros como enemigos/competidores. Unos esquemas que descomponen la realidad para analizarla, y una vez fragmentada pesan y cuantifican sus componentes en la balanza del SWOT (DAFO) para, una vez conocidas las “propiedades”, recomendar unas determinadas herramientas. Es un esquema que responde al protocolo razón-plan-herramienta y que se puede aplicar siguiendo uno de los 10 modelos que Mintzberg y sus colegas han sistematizado. Lo más curioso es que a partir de esa manera “ordenada” y “protocolaria” de pensar, pretenden ser innovadores. Y claro no funciona.
Frente a esta concepción de la Estrategia propia de economistas y de matemáticos. La Nueva Teoría Estratégica (NTE) que hemos desarrollado en FISEC propone entender el mundo desde otros paradigmas (los que nos ofrece la ciencia actual) y otras coordenadas ( complejas, fluidas y a veces caóticas); trabajar con verdaderos seres humanos y no con constructos; pensar que las situaciones dependen de las percepciones de las personas que interactúan en ellas (sus experiencias y culturas) y que es mejor abordarlas de forma articuladora (en red) que confrontativa. Otra forma de pensar las estrategias que no necesita fragmentar para analizar, sino que pone su foco precisamente en lo que une: las conexiones y sus flujos. En la que la comunicación en ambas direcciones y la construcción conjunta de significados juega un papel vital. Otra forma de “estrategar” que construye a partir de las diferencias y que entiende que las innovaciones son fenómenos emergentes y que mas que exigirlas al departamento de I + D, lo que hay que hacer es crear las condiciones que las haga aflorar de forma natural (sistemas caórdicos). Es un esquema que responde al modelo antropológico: escaneo-detecto-articulo o, si se prefiere, a la idea de que una estrategia no es otra cosa que reconfigurar mi articulación en red, en busca de otra más propicia para mis metas.
RESUMIENDO:
Se puede ser muy eficiente sin ser necesariamente un estratega. No pretendamos ser aquello que nos somos y para lo que no servimos. Tampoco tratemos de hacer las cosas de forma protocolaria y contra natura. No le pongamos una camisa de fuerza a Shakira cuando baila (Aquí el modelo sería: cadera-cabeza-cadera). Pero esto lo dejo para otro día porque, Sras y Srs., la cadera de Shakira se merece un comentario aparte.
En estos años en que cualquier chico/chica Master, recién graduado de una Business School se cree capacitado para hacer la estrategia de su empresa, es bueno recordar que no todo el mundo sirve para todo, y que no basta con seguir alguno de los 10 modelos (hojas de ruta) que nos han enseñado cuando éramos alumnos. Y es bueno tener presente que los creativos que hacen la campaña de publicidad de su producto, Sr. Lector, tienen, y deben tener, rasgos y perfiles distintos que los programadores que están desarrollando el nuevo software para su Departamento de Recursos Humanos.
Pero la cuestión es más profunda. Ni todo el mundo sirve para la estrategia, ni piensa en términos estratégicos, ni tampoco todos los estrategas piensan sus estrategias de la misma forma, es decir con los mismos procesos y pautas.
La literatura managerial nos ha acostumbrado a unos esquemas que perciben las situaciones de forma estática y en términos confrontativos; trabajan con actores racionales y ven a los otros como enemigos/competidores. Unos esquemas que descomponen la realidad para analizarla, y una vez fragmentada pesan y cuantifican sus componentes en la balanza del SWOT (DAFO) para, una vez conocidas las “propiedades”, recomendar unas determinadas herramientas. Es un esquema que responde al protocolo razón-plan-herramienta y que se puede aplicar siguiendo uno de los 10 modelos que Mintzberg y sus colegas han sistematizado. Lo más curioso es que a partir de esa manera “ordenada” y “protocolaria” de pensar, pretenden ser innovadores. Y claro no funciona.
Frente a esta concepción de la Estrategia propia de economistas y de matemáticos. La Nueva Teoría Estratégica (NTE) que hemos desarrollado en FISEC propone entender el mundo desde otros paradigmas (los que nos ofrece la ciencia actual) y otras coordenadas ( complejas, fluidas y a veces caóticas); trabajar con verdaderos seres humanos y no con constructos; pensar que las situaciones dependen de las percepciones de las personas que interactúan en ellas (sus experiencias y culturas) y que es mejor abordarlas de forma articuladora (en red) que confrontativa. Otra forma de pensar las estrategias que no necesita fragmentar para analizar, sino que pone su foco precisamente en lo que une: las conexiones y sus flujos. En la que la comunicación en ambas direcciones y la construcción conjunta de significados juega un papel vital. Otra forma de “estrategar” que construye a partir de las diferencias y que entiende que las innovaciones son fenómenos emergentes y que mas que exigirlas al departamento de I + D, lo que hay que hacer es crear las condiciones que las haga aflorar de forma natural (sistemas caórdicos). Es un esquema que responde al modelo antropológico: escaneo-detecto-articulo o, si se prefiere, a la idea de que una estrategia no es otra cosa que reconfigurar mi articulación en red, en busca de otra más propicia para mis metas.
RESUMIENDO:
Se puede ser muy eficiente sin ser necesariamente un estratega. No pretendamos ser aquello que nos somos y para lo que no servimos. Tampoco tratemos de hacer las cosas de forma protocolaria y contra natura. No le pongamos una camisa de fuerza a Shakira cuando baila (Aquí el modelo sería: cadera-cabeza-cadera). Pero esto lo dejo para otro día porque, Sras y Srs., la cadera de Shakira se merece un comentario aparte.