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Reflexiones sobre el desapego

Redactado por Rafael Alberto Pérez el Jueves, 22 de Febrero 2018 a las 22:01

Zazil Chagoya

Directora de Human To Home Consulting México.
Asesora del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP, México.)

Profesora en las Universidades Anáhuac, Iberoamericana, Mesoamericana,
José Vasconcelos, e Instituto de Estudios Superiores de Oaxaca.
Directiva de la Cátedra Itinerante sobre la Nueva Teoría Estratégica (CINTE)


Reflexiones sobre el desapego
Pocas cosas tan difíciles como el desapego. Nos apegamos innecesariamente a ideas, empleos, parejas, amigos, enemigos, estatus, poder y hasta a las cosas materiales. El desapego no consiste en ignorar lo que pasó, sino en dejar ir, en no guardar rencores, en desear lo mejor para quien te ha dañado, traicionado o subvalorado, continuar con tu vida y guardar una distancia amplia (y suficiente) para que no te vuelva a dañar. 
 
Si te has desapegado de una persona y su influencia negativa, puedes saludarle sin generar resentimientos, evitas hacer malos comentarios sobre ella y si te toca emitir una opinión, lo harás sobre lo bueno que en su momento fue. 
 
Si te dicen lo mal que se expresó de ti, déjaselo a la vida, a Dios, al karma o a la creencia que te venga en gana (porque cuando alguien habla mal de ti, o trata de demostrar cosas ante ti, es él/ella quien no te supera). 
 
El desapego se aprende una vez y se aplica siempre, las veces que sean necesarias. En mi vida se basa en una simple premisa: todos somos indispensables, hasta que dejamos de serlo. 
 
La vida es corta igual que la alegría de vivirla, hay que hinchar el pecho y dar cabida al amor; para ello hay que sacar constantemente la basura, cambiar las cosas de lugar a modo de Feng Shui, ponerse las gafas, imaginar un futuro mejor, fluir.
 
Rafael Alberto Pérez

| Jueves, 22 de Febrero 2018

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