Porpuesta por:
Rafael Alberto Pérez y Fran de Enrique
La propuesta que someto a la consideración de los lectores se ubica dentro del debate con el que se inicia en España la nueva Legislatura. El Gobierno de Rajoy ha anunciando que las cuentas públicas que recibió del Gobierno anterior son peores de lo que los socialistas les habían anunciado antes de irse y que eso les obliga a aplicar medidas restrictivas y recaudatorias que no tenían previstas y a endurecer otras. Deja muy claro que su primer objetivo es minimizar el déficit para así ganar confianza.
Ante esta situación, el PSOE se rasga las vestiduras y vaticina que las citadas medidas de austeridad del PP solo van a agravar el paro y que lo que España necesita son políticas keynesianas.
Dado que muchos de los lectores que visitan este blog son de fuera de España, un deber de cortesía elemental me obliga aponerles en antecedentes. Y lo quiero hacer desde el pensamiento complejo que he heredado de mi buen maestro Edgar Morin. Y lo primero que veo es que desde una óptica compleja los dos, PP y PSOE tienen razón aunque de distinta manera.
Comenzaré por los socialistas, creo que tienen razón cuando dicen que sin políticas keynesianas difícilmente se reducirá el paro (al menos en el corto plazo) pero parece que se olvidan de dos cosas (1) que el PP ha recibido la herencia que ellos le han dejado y (2) que si tenían buenas soluciones a los problemas de España por qué entonces no las aplicaron ellos mismos cuando todavía estaban en el poder ¿…?
A su vez el punto (1) merece otro comentario ¿qué ha fallado en nuestra economía durante la etapa socialista que le lleva a recibir un Estado rico y a devolver un Estado al borde de la ruina? La coartada del PSOE de que la crisis es europea y no solo española, es parcialmente cierto, pero eso explicaría que España tuviese un paro similar al promedio de la UE, unos puntos arriba unos puntos abajo, pero el brutal diferencial que tenemos con Europa y que nos convierte en el país de la UE con más desempleo es claramente atribuible a la mala política económica del PSOE. Aunque sería injusto decir esto sin reconocer que este problema viene de atrás y en realidad es atribuible a todos los gobiernos desde la transición por utilizar políticas cortoplacistas en busca de votos, en lugar de realizar los ajustes necesarios para un cambio de modelo productivo.
Otro factor que ha agravado la crisis fue la pérdida de confianza de los empresarios (y de muchos de los españoles) en un gobierno que comenzó a practicar la mentira convulsiva. Primero no había crisis … no querrán que siga ¿verdad?
Creo personalmente que ese diferencial de paro no se resolverá mientras no se identifiquen bien los vectores que nos han llevado a la actual situación.Y pienso que hay uno que sobresale sobre los demás: la famosa burbuja inmobiliaria. El PSOE viene criticando desde atrás que el modelo español tenía fallos estructurales y el mayor era una enorme burbuja inmobiliaria. Y tenía razón. Si miramos el gráfico de 2001 a 2007 las personas empleadas en la producción de bienes en España permanece constante y muy por debajo del % de las otras grandes economías europeas, teniendo el doble % de personas en la construcción.
Pero cuando a uno no le gusta algo lo cambia por algo mejor. Y eso es lo que hacen todos los políticos, todos menos los dogmáticos. Los dogmáticos son como los fundamentalistas, queman en la hoguera pero no se molestan en sustituir lo que no les gusta por algo mejor. ¿Y qué ocurrió? La construcción como todo el mundo sabe es mano de obra intensiva, es decir genera empleo, y si se pincha la burbuja lo que se desinfla es el empleo. Y eso es lo que nos ha pasado.Pero el PSOE no solo desinfló la burbuja anunció que lo iba a hacer con muchos meses de adelanto. El resultado es bien conocido: al grito de que viene el lobo, los constructores tomaron su dinero y se fueron con él hacer negocios a otras partes, dejando que sus empresas entrase en concurso de acreedores. Los centenares de pisos que salpican la geografía española sin terminar son una clara evidencia de que la forma precipitada con que esos constructores hicieron las maletas.
Y aunque algunos ven en ello el agotamiento de un modelo y otros- véase el reportaje de El País de 15 de enero “Se los tragó la tierra” - parecen querer dirigirnos la mirada hacia otra parte. Lo relevante para mí no son los vaivenes de las carreras directivas de esos señores de la construcción, sujetas- como las de tantos otros- a las ambiciones y a las especulaciones. Lo relevante para mí es que de tanto escuchar que viene el lobo, han terminado por re-dirigir sus inversiones (los legítimos beneficios de los años anteriores) hacia otros sectores.
¿A dónde nos lleva esta disquisición?
Bueno, mi conclusión es muy elemental pero me temo que pueda ser cierta. España no tiene capacidad de generar el empleo que necesita para dar de trabajo a sus jóvenes si deja la construcción y la obra pública al margen.Y es aquí donde entra mi propuesta. No se trata de volver a la burbuja, se trata de crear un dirigible. De llevar a la construcción a donde se la necesita. Y veo tres campos de acción: (1) un plan de renovación de centros urbanos; (2) un plan de viviendas protegidas para jóvenes y (3) una adaptación del modelo holandés de Social Housing de alquiler, donde incluso se podrían añadir variables como que los ayuntamientos liberaran suelo, abaratando estos edificios (y de paso ganándose el derecho a la rehabilitación del punto (1) y que gracias a ello las empresas que pagan la construcción pudieran alquilar estos edificios durante unos X años a un precio negociado con el gobierno y después ya que el suelo al ser publico revertiría al estado)
¿Cómo se financia este dirigible? Pues mediante los que los sajones llaman Housing Corporations, son instituciones independientes sin ánimo de lucro. Porque señores no se trata de hacerse rico sino de recuperar el bienestar perdido. No descarto que una parte de esos fondos pudiesen venir de las grandes empresas del país. Ellas deberían ser las primeras interesadas en salir cuanto antes de esta crisis.
Fuente: elaboración Fran de Enrique a partir de datos de Eurostat
Rafael Alberto Pérez y Fran de Enrique
La propuesta que someto a la consideración de los lectores se ubica dentro del debate con el que se inicia en España la nueva Legislatura. El Gobierno de Rajoy ha anunciando que las cuentas públicas que recibió del Gobierno anterior son peores de lo que los socialistas les habían anunciado antes de irse y que eso les obliga a aplicar medidas restrictivas y recaudatorias que no tenían previstas y a endurecer otras. Deja muy claro que su primer objetivo es minimizar el déficit para así ganar confianza.
Ante esta situación, el PSOE se rasga las vestiduras y vaticina que las citadas medidas de austeridad del PP solo van a agravar el paro y que lo que España necesita son políticas keynesianas.
Dado que muchos de los lectores que visitan este blog son de fuera de España, un deber de cortesía elemental me obliga aponerles en antecedentes. Y lo quiero hacer desde el pensamiento complejo que he heredado de mi buen maestro Edgar Morin. Y lo primero que veo es que desde una óptica compleja los dos, PP y PSOE tienen razón aunque de distinta manera.
Comenzaré por los socialistas, creo que tienen razón cuando dicen que sin políticas keynesianas difícilmente se reducirá el paro (al menos en el corto plazo) pero parece que se olvidan de dos cosas (1) que el PP ha recibido la herencia que ellos le han dejado y (2) que si tenían buenas soluciones a los problemas de España por qué entonces no las aplicaron ellos mismos cuando todavía estaban en el poder ¿…?
A su vez el punto (1) merece otro comentario ¿qué ha fallado en nuestra economía durante la etapa socialista que le lleva a recibir un Estado rico y a devolver un Estado al borde de la ruina? La coartada del PSOE de que la crisis es europea y no solo española, es parcialmente cierto, pero eso explicaría que España tuviese un paro similar al promedio de la UE, unos puntos arriba unos puntos abajo, pero el brutal diferencial que tenemos con Europa y que nos convierte en el país de la UE con más desempleo es claramente atribuible a la mala política económica del PSOE. Aunque sería injusto decir esto sin reconocer que este problema viene de atrás y en realidad es atribuible a todos los gobiernos desde la transición por utilizar políticas cortoplacistas en busca de votos, en lugar de realizar los ajustes necesarios para un cambio de modelo productivo.
Otro factor que ha agravado la crisis fue la pérdida de confianza de los empresarios (y de muchos de los españoles) en un gobierno que comenzó a practicar la mentira convulsiva. Primero no había crisis … no querrán que siga ¿verdad?
Creo personalmente que ese diferencial de paro no se resolverá mientras no se identifiquen bien los vectores que nos han llevado a la actual situación.Y pienso que hay uno que sobresale sobre los demás: la famosa burbuja inmobiliaria. El PSOE viene criticando desde atrás que el modelo español tenía fallos estructurales y el mayor era una enorme burbuja inmobiliaria. Y tenía razón. Si miramos el gráfico de 2001 a 2007 las personas empleadas en la producción de bienes en España permanece constante y muy por debajo del % de las otras grandes economías europeas, teniendo el doble % de personas en la construcción.
Pero cuando a uno no le gusta algo lo cambia por algo mejor. Y eso es lo que hacen todos los políticos, todos menos los dogmáticos. Los dogmáticos son como los fundamentalistas, queman en la hoguera pero no se molestan en sustituir lo que no les gusta por algo mejor. ¿Y qué ocurrió? La construcción como todo el mundo sabe es mano de obra intensiva, es decir genera empleo, y si se pincha la burbuja lo que se desinfla es el empleo. Y eso es lo que nos ha pasado.Pero el PSOE no solo desinfló la burbuja anunció que lo iba a hacer con muchos meses de adelanto. El resultado es bien conocido: al grito de que viene el lobo, los constructores tomaron su dinero y se fueron con él hacer negocios a otras partes, dejando que sus empresas entrase en concurso de acreedores. Los centenares de pisos que salpican la geografía española sin terminar son una clara evidencia de que la forma precipitada con que esos constructores hicieron las maletas.
Y aunque algunos ven en ello el agotamiento de un modelo y otros- véase el reportaje de El País de 15 de enero “Se los tragó la tierra” - parecen querer dirigirnos la mirada hacia otra parte. Lo relevante para mí no son los vaivenes de las carreras directivas de esos señores de la construcción, sujetas- como las de tantos otros- a las ambiciones y a las especulaciones. Lo relevante para mí es que de tanto escuchar que viene el lobo, han terminado por re-dirigir sus inversiones (los legítimos beneficios de los años anteriores) hacia otros sectores.
¿A dónde nos lleva esta disquisición?
Bueno, mi conclusión es muy elemental pero me temo que pueda ser cierta. España no tiene capacidad de generar el empleo que necesita para dar de trabajo a sus jóvenes si deja la construcción y la obra pública al margen.Y es aquí donde entra mi propuesta. No se trata de volver a la burbuja, se trata de crear un dirigible. De llevar a la construcción a donde se la necesita. Y veo tres campos de acción: (1) un plan de renovación de centros urbanos; (2) un plan de viviendas protegidas para jóvenes y (3) una adaptación del modelo holandés de Social Housing de alquiler, donde incluso se podrían añadir variables como que los ayuntamientos liberaran suelo, abaratando estos edificios (y de paso ganándose el derecho a la rehabilitación del punto (1) y que gracias a ello las empresas que pagan la construcción pudieran alquilar estos edificios durante unos X años a un precio negociado con el gobierno y después ya que el suelo al ser publico revertiría al estado)
¿Cómo se financia este dirigible? Pues mediante los que los sajones llaman Housing Corporations, son instituciones independientes sin ánimo de lucro. Porque señores no se trata de hacerse rico sino de recuperar el bienestar perdido. No descarto que una parte de esos fondos pudiesen venir de las grandes empresas del país. Ellas deberían ser las primeras interesadas en salir cuanto antes de esta crisis.
Fuente: elaboración Fran de Enrique a partir de datos de Eurostat