LA CITA:
“La cultura es la suma de las cosas que una determinada sociedad ha decidido recordar. Pero la cultura no actúa solo como un contenedor. Actúa también como un filtro. La cultura es también la capacidad de echar fuera aquello que no es útil o necesario”
Umberto Eco
La inmensidad de la relevancia, El país, 7 de enero de 2005, pg 41
EL COMENTARIO:
Con estas palabras Umberto Eco separa con acierto cultura de conocimiento: aprender no es lo mismo que recordar. La cultura no se enseña, nos impregna. Separa también- y también con acierto- lo natural de lo volitivo: “querer recordar” no es lo mismo que recordar. Y nos explica el mecanismo operativo: una memoria colectiva selectiva que filtra y retiene aquello que le conviene (lo útil y necesario).
Pero, ¿Recordamos o inventamos nuestros recuerdos? ¿Qué dosis de intencionalidad y de autoengaño tiene nuestra construcción cultural? ¿Es la cultura mera memoria selectiva, o también y sobre todo memoria proyectiva? Es aquí donde la descripción de Eco- aunque brillante como todo lo que él dice- se me queda corta pues solo se remite a un pasado construido desde el presente.
En este esquema conceptual me falta un elemento: el futuro.Y por qué el futuro. Porque para mí la cultura es un constructo colectivo que nos construye como los seres relacionales que somos, pero también nos marca el camino.
El futuro lo trae a colación -aunque implícito- otro Humberto (este con H) Maturana- cuando dice que las culturas son las conversaciones recurrentes de los pueblos. Sin duda se habla de lo que se recuerda, los mitos y de las grandes narraciones del pasado, y ahí coinciden Eco y Maturana. Pero el habla y la conversa añaden al filtro de lo útil y necesario (Eco) cosas menos racionales como suelen ser los sueños, las pesadillas, los autoengaños y las especulaciones de la gente. Las conversaciones, aún recordando el pasado, apuntan hacia delante y nos indican las rutas y estrategias a seguir. Implican intencionalidad y direccionalidad. Que nadie piense que la palabra es inocente: la palabra es un arma cargada de futuro
Si se me permite un texto refundido, diría que la cultura son los recuerdos que una comunidad retiene en sus conversaciones para asegurar (de forma no necesariamente consciente) la coherencia del presente y dirigir el futuro de esa misma comunidad. Al hacerlo, la cultura nos pone en perspectiva y nos ilumina el camino, pero nos limita los senderos cuando no nos lo da ya elegido. La cultura tampoco es un proceso inocente. Piense el lector por un momento ¿Cuál sería su religión y su dios si hubiese Vd. nacido en Bagdag?
(Con permiso de Blas de Otero)
“La cultura es la suma de las cosas que una determinada sociedad ha decidido recordar. Pero la cultura no actúa solo como un contenedor. Actúa también como un filtro. La cultura es también la capacidad de echar fuera aquello que no es útil o necesario”
Umberto Eco
La inmensidad de la relevancia, El país, 7 de enero de 2005, pg 41
EL COMENTARIO:
Con estas palabras Umberto Eco separa con acierto cultura de conocimiento: aprender no es lo mismo que recordar. La cultura no se enseña, nos impregna. Separa también- y también con acierto- lo natural de lo volitivo: “querer recordar” no es lo mismo que recordar. Y nos explica el mecanismo operativo: una memoria colectiva selectiva que filtra y retiene aquello que le conviene (lo útil y necesario).
Pero, ¿Recordamos o inventamos nuestros recuerdos? ¿Qué dosis de intencionalidad y de autoengaño tiene nuestra construcción cultural? ¿Es la cultura mera memoria selectiva, o también y sobre todo memoria proyectiva? Es aquí donde la descripción de Eco- aunque brillante como todo lo que él dice- se me queda corta pues solo se remite a un pasado construido desde el presente.
En este esquema conceptual me falta un elemento: el futuro.Y por qué el futuro. Porque para mí la cultura es un constructo colectivo que nos construye como los seres relacionales que somos, pero también nos marca el camino.
El futuro lo trae a colación -aunque implícito- otro Humberto (este con H) Maturana- cuando dice que las culturas son las conversaciones recurrentes de los pueblos. Sin duda se habla de lo que se recuerda, los mitos y de las grandes narraciones del pasado, y ahí coinciden Eco y Maturana. Pero el habla y la conversa añaden al filtro de lo útil y necesario (Eco) cosas menos racionales como suelen ser los sueños, las pesadillas, los autoengaños y las especulaciones de la gente. Las conversaciones, aún recordando el pasado, apuntan hacia delante y nos indican las rutas y estrategias a seguir. Implican intencionalidad y direccionalidad. Que nadie piense que la palabra es inocente: la palabra es un arma cargada de futuro
Si se me permite un texto refundido, diría que la cultura son los recuerdos que una comunidad retiene en sus conversaciones para asegurar (de forma no necesariamente consciente) la coherencia del presente y dirigir el futuro de esa misma comunidad. Al hacerlo, la cultura nos pone en perspectiva y nos ilumina el camino, pero nos limita los senderos cuando no nos lo da ya elegido. La cultura tampoco es un proceso inocente. Piense el lector por un momento ¿Cuál sería su religión y su dios si hubiese Vd. nacido en Bagdag?
(Con permiso de Blas de Otero)