El juego de las hipótesis
Suelo decir que lo que todo lo que me enseñaron cuando era niño era falso o era mentira. Para que se me entienda mejor diré que mi niñez discurrió entre los '40 y principio de los '50. Años oscuros marcados por la censura franquista y las imposiciones religiosas.
Pero como advierte el dicho sufí “no hay mal que por bien no venga” y esas mentiras y falsedades en vez de desorientarme tuvieron el efecto boomerang de provocar en mí una reacción alérgica a las verdades oficiales. Con el tiempo se convirtió en una capacidad especial para hacer lecturas dobles y detectar discontinuidades, silencios y vacíos. Aprendí así que el problema no es lo que a uno le dicen sino lo que le callan. Y que la ciencia avanza no tanto a base de certezas como de preguntas impertinentes que terminan siendo pertinentes.
No le puede, pues, extrañar a nadie que mi juego favorito fuese el de las hipótesis. Y si bien he de reconocer que solo unas pocas terminaban siendo acertadas, todas ellas me aportaban la aventura de recorrer nuevos caminos. Esta actividad especulativa/creativa se vio favorecida por algo todavía menos deseable que la censura: la enfermedad. Tuve que pasar encamado dos años de mi vida: de los 6 a los 8. Y tuve tiempo para imaginar muchas cosas .
Los que me conocen saben que todavía hoy sigo jugando al juego de las hipótesis. Y no me quejo. Gracias a ellas he podido elaborar alguna aportación como la Nueva Teoría Estratégica (NTE) que ha sido bien recibida en más de 11 países. Pero hoy prometo no hablar de estrategias. Voy a especular sobre …!! secuestros y pirámides!!. O si se prefiere sobre chamanismo y naturaleza. No se asuste el lector, pues creo que de todas mis hipótesis las más interesantes son aquellas que planteo en campos científicos ajenos a mis estudios directos, como en este caso lo son la antropología y la arqueología. Tal vez porque al ser más ignorante en dichos territorios soy también más libre para especular.
Suelo decir que lo que todo lo que me enseñaron cuando era niño era falso o era mentira. Para que se me entienda mejor diré que mi niñez discurrió entre los '40 y principio de los '50. Años oscuros marcados por la censura franquista y las imposiciones religiosas.
Pero como advierte el dicho sufí “no hay mal que por bien no venga” y esas mentiras y falsedades en vez de desorientarme tuvieron el efecto boomerang de provocar en mí una reacción alérgica a las verdades oficiales. Con el tiempo se convirtió en una capacidad especial para hacer lecturas dobles y detectar discontinuidades, silencios y vacíos. Aprendí así que el problema no es lo que a uno le dicen sino lo que le callan. Y que la ciencia avanza no tanto a base de certezas como de preguntas impertinentes que terminan siendo pertinentes.
No le puede, pues, extrañar a nadie que mi juego favorito fuese el de las hipótesis. Y si bien he de reconocer que solo unas pocas terminaban siendo acertadas, todas ellas me aportaban la aventura de recorrer nuevos caminos. Esta actividad especulativa/creativa se vio favorecida por algo todavía menos deseable que la censura: la enfermedad. Tuve que pasar encamado dos años de mi vida: de los 6 a los 8. Y tuve tiempo para imaginar muchas cosas .
Los que me conocen saben que todavía hoy sigo jugando al juego de las hipótesis. Y no me quejo. Gracias a ellas he podido elaborar alguna aportación como la Nueva Teoría Estratégica (NTE) que ha sido bien recibida en más de 11 países. Pero hoy prometo no hablar de estrategias. Voy a especular sobre …!! secuestros y pirámides!!. O si se prefiere sobre chamanismo y naturaleza. No se asuste el lector, pues creo que de todas mis hipótesis las más interesantes son aquellas que planteo en campos científicos ajenos a mis estudios directos, como en este caso lo son la antropología y la arqueología. Tal vez porque al ser más ignorante en dichos territorios soy también más libre para especular.
Secuestros y otras ausencias:
El secuestro al que me refiero es el de un largo lapso de la historia humana dominado por el chamanismo ¿Qué fueron de todos esos miles de años en que la tierra estuvo poblada de espíritus y en el que los dioses de los distintos panteones todavía no habían hecho acto de presencia? ¿Cuál es su legado? ¿Cuál es el sustrato común que nos han dejado el nomadismo y la aculturación de aquellos pueblos? ¿Por qué nadie, o casi nadie nos habla de ello? Recuerdo que en mis textos de infancia se pasaba directamente del hombre de Cromañón y Altamira a los idolatras babilónicos para terminar con la destrucción de los dioses paganos y dar así entrada al cristianismo: de las cuevas a los dioses y de los dioses al dios único. Y con ello se saltaba el largo- y parece que incomodo- período de los espíritus. Pero todo indica a día de hoy no parece que hemos mejorado mucho. Pues- aunque los antropólogos conozcan sobradamente estos temas- se echa en falta una literatura de divulgación digna y clara que venga a cubrir ese vacío ante el gran público.
Y si estoy hablando del chamanismo no es porque desee el retorno de los brujos sino porque creo que conocer esa etapa ayudaría a entendernos mejor a nosotros mismos y a identificar el origen de muchos de nuestros relatos, costumbres y artefactos. Entre ellos…!! las pirámides!! Nuestro tema de hoy.
El secuestro al que me refiero es el de un largo lapso de la historia humana dominado por el chamanismo ¿Qué fueron de todos esos miles de años en que la tierra estuvo poblada de espíritus y en el que los dioses de los distintos panteones todavía no habían hecho acto de presencia? ¿Cuál es su legado? ¿Cuál es el sustrato común que nos han dejado el nomadismo y la aculturación de aquellos pueblos? ¿Por qué nadie, o casi nadie nos habla de ello? Recuerdo que en mis textos de infancia se pasaba directamente del hombre de Cromañón y Altamira a los idolatras babilónicos para terminar con la destrucción de los dioses paganos y dar así entrada al cristianismo: de las cuevas a los dioses y de los dioses al dios único. Y con ello se saltaba el largo- y parece que incomodo- período de los espíritus. Pero todo indica a día de hoy no parece que hemos mejorado mucho. Pues- aunque los antropólogos conozcan sobradamente estos temas- se echa en falta una literatura de divulgación digna y clara que venga a cubrir ese vacío ante el gran público.
Y si estoy hablando del chamanismo no es porque desee el retorno de los brujos sino porque creo que conocer esa etapa ayudaría a entendernos mejor a nosotros mismos y a identificar el origen de muchos de nuestros relatos, costumbres y artefactos. Entre ellos…!! las pirámides!! Nuestro tema de hoy.
Monte Kailash (Tíbet)
Pirámides y otras montañas
Hoy aquí me interesa una en concreto. Muy posiblemente el origen de todas las demás. Una pirámide que no fue construida por los hombres sino por la propia geología hace 30 millones de años cuando el Himalaya se encontraba en su fase orogénica inicial: el monte Kailash. Situado en el Tíbet, el Kailash se eleva 6.714 metros sobre dos hermosos lagos azules, el Mana Sarovar (‘lago de la mente’) y el lago Rakshas Tal. Su nombre Kailash le viene del sánscrito “cristal" aunque los tibetanos prefieren llamarle Kang Rimpoche: «la joya de las nieves».
El Kailash es una montaña sagrada para cuatro creencias: hinduistas, jainistas, budistas y los animistas de Bön. Todos ellos tienen una cita el próximo 6 de diciembre para circunvalar su base y honrar así a sus dioses fundadores, siguiendo una tradición ancestral compartida. Pues para las cuatro religiones el Kailash la morada de sus deidades respectivas. Para los jainistas es el lugar en que Rishâbha, su fundador, alcanzó el nirvana; para los budistas tántricos es el hogar del buda Demchok que representa la máxima dicha; para algunos credos del hinduismo el Kailash es el último refugio de las almas y según los Puranas es el pilar y centro del mándala del mundo. Una creencia que viene del hecho de que de sus cuatro lados emergen otros tantos ríos que se orientan a los cuatro puntos cardinales dividiendo el mundo en cuatro partes. Por el Norte el Indo; el este el Brahmapûtra -Yarlung Tsangpo; por el Sur el Ganges y por el Oeste el Sâtlej -Shātadru o Sutudr.
Pero de qué hablamos realmente ¿Una montaña con forma de pirámide? ¿El modelo de todas las pirámides que en el mundo han sido? ¿Tal vez ambas cosas?. Si nos fijamos en la fotografía no tenemos que esforzarnos mucho para suponer que el Kailash pudo muy bien ser el modelo natural que han seguido los egipcios, mayas, etc. para sus propias pirámides. No faltarán argumentos en contra ¿Cómo pueblos tan distintos pudieron seguir un mismo patrón? ¿Cómo pudieron manifestaciones tan alejados encontrar su inspiración en el Tibet? La explicación estaría en que todas las pirámides, se alimentaron del mismo sustrato chamánico y replicaron constructivamente aquella forma natural que les brindaba el Kailash. Una forma triangular que encierra los tres niveles chamánicos de la vida: una zona alta que se une con el cielo y que conecta la energía cósmica; una zona baja terrestre que comunica con la tierra y lo humano y un nivel más bajo que nos conduce al inframundo, al mundo acuoso de los muertos (se trate de ríos en el Kailash, cenotes en México, o de la laguna Estigia en la mitología griega, etc.) Un triángulo sagrado que volvemos a encontrar en el cristianismo para expresar la trinidad.
Hoy aquí me interesa una en concreto. Muy posiblemente el origen de todas las demás. Una pirámide que no fue construida por los hombres sino por la propia geología hace 30 millones de años cuando el Himalaya se encontraba en su fase orogénica inicial: el monte Kailash. Situado en el Tíbet, el Kailash se eleva 6.714 metros sobre dos hermosos lagos azules, el Mana Sarovar (‘lago de la mente’) y el lago Rakshas Tal. Su nombre Kailash le viene del sánscrito “cristal" aunque los tibetanos prefieren llamarle Kang Rimpoche: «la joya de las nieves».
El Kailash es una montaña sagrada para cuatro creencias: hinduistas, jainistas, budistas y los animistas de Bön. Todos ellos tienen una cita el próximo 6 de diciembre para circunvalar su base y honrar así a sus dioses fundadores, siguiendo una tradición ancestral compartida. Pues para las cuatro religiones el Kailash la morada de sus deidades respectivas. Para los jainistas es el lugar en que Rishâbha, su fundador, alcanzó el nirvana; para los budistas tántricos es el hogar del buda Demchok que representa la máxima dicha; para algunos credos del hinduismo el Kailash es el último refugio de las almas y según los Puranas es el pilar y centro del mándala del mundo. Una creencia que viene del hecho de que de sus cuatro lados emergen otros tantos ríos que se orientan a los cuatro puntos cardinales dividiendo el mundo en cuatro partes. Por el Norte el Indo; el este el Brahmapûtra -Yarlung Tsangpo; por el Sur el Ganges y por el Oeste el Sâtlej -Shātadru o Sutudr.
Pero de qué hablamos realmente ¿Una montaña con forma de pirámide? ¿El modelo de todas las pirámides que en el mundo han sido? ¿Tal vez ambas cosas?. Si nos fijamos en la fotografía no tenemos que esforzarnos mucho para suponer que el Kailash pudo muy bien ser el modelo natural que han seguido los egipcios, mayas, etc. para sus propias pirámides. No faltarán argumentos en contra ¿Cómo pueblos tan distintos pudieron seguir un mismo patrón? ¿Cómo pudieron manifestaciones tan alejados encontrar su inspiración en el Tibet? La explicación estaría en que todas las pirámides, se alimentaron del mismo sustrato chamánico y replicaron constructivamente aquella forma natural que les brindaba el Kailash. Una forma triangular que encierra los tres niveles chamánicos de la vida: una zona alta que se une con el cielo y que conecta la energía cósmica; una zona baja terrestre que comunica con la tierra y lo humano y un nivel más bajo que nos conduce al inframundo, al mundo acuoso de los muertos (se trate de ríos en el Kailash, cenotes en México, o de la laguna Estigia en la mitología griega, etc.) Un triángulo sagrado que volvemos a encontrar en el cristianismo para expresar la trinidad.
Asia, África y América (respectivamente)
Avala esta hipótesis el hecho de que a través de los tiempos numerosas montañas han sido consideradas sagradas en sus respectivos espacios geo-culturales. Y que esto es frecuente en las de forma piramidal como el monte Fuji en la Isla Honshu (Japón) o el Tindaya en Fuerteventura (Islas Canarias).
Más allá de las montañas hay otros indicios claros de que durante el período chamánico era habitual tomar a la naturaleza como modelo. Un ejemplo nos lo brindan aquellos pueblos que consideraron a los animales como los maestros perfectos de las agricultura. Es el caso de los bámbaras de Mali que utilizaban a los antílopes (Chivara) como el modelo educativo a seguir para el cultivo de los cereales, y el de los mayas que hicieron lo mismo con las serpientes, aunque esta vez para el cultivo del maíz.
Podríamos seguir, pero su forma piramidal, ser cuna de cuatro ríos, el que los cuatro estén orientados a los cuatro puntos cardinales, ser sagrado para cuatro creencias espirituales y morada de sus cuatro dioses son razones suficientes para recordar hoy al monte Kailash en víspera de la cita ecuménica del viernes día 6 de diciembre. Si además el Kaislah fuese una pieza clave de esa historia chamánica que nos ha sido secuestrada y la madre de todas las pirámides habríamos encajado otra pieza del gran rompecabezas de la historia. De momento es una hipótesis.. Ahora habría que verificarla ¿Alguien se anima?
Más allá de las montañas hay otros indicios claros de que durante el período chamánico era habitual tomar a la naturaleza como modelo. Un ejemplo nos lo brindan aquellos pueblos que consideraron a los animales como los maestros perfectos de las agricultura. Es el caso de los bámbaras de Mali que utilizaban a los antílopes (Chivara) como el modelo educativo a seguir para el cultivo de los cereales, y el de los mayas que hicieron lo mismo con las serpientes, aunque esta vez para el cultivo del maíz.
Podríamos seguir, pero su forma piramidal, ser cuna de cuatro ríos, el que los cuatro estén orientados a los cuatro puntos cardinales, ser sagrado para cuatro creencias espirituales y morada de sus cuatro dioses son razones suficientes para recordar hoy al monte Kailash en víspera de la cita ecuménica del viernes día 6 de diciembre. Si además el Kaislah fuese una pieza clave de esa historia chamánica que nos ha sido secuestrada y la madre de todas las pirámides habríamos encajado otra pieza del gran rompecabezas de la historia. De momento es una hipótesis.. Ahora habría que verificarla ¿Alguien se anima?