Si bien Bogotá me recibió con frío y con aguaceros tropicales, en Santa Marta me encontré con el verano: 34 grados. Santa Marta, tiene ese ambiente de ciudad que vive al borde del Caribe. Ya saben, los runrunes de las olas, el olor fuerte a salitre y los sabores intensos de la cocina local. Anoche viví de nuevo esa triple experiencia, mientras cenaba al borde del mar un excelente pargo entero frito acompañado de arroz con coco y patacones. Recuerdo, por cierto, que en mi Galicia natal llamábamos patacones a las monedas de 10 céntimos de peseta. Solo un indiano nostálgico y fantasioso pudo encontrar alguna analogía entre aquellas pequeñas lonchas de dinero de mi infancia y las grandes rebanadas de plátano frito y aplanado de la cocina caribeña.
Me gusta disfrutar de estos placeros viajeros que me sumergen en la cultura local, pero- como Vds. ya se imaginan- no he venido a Colombia como turista, sino que estoy aquí para trabajar. Invitado por la sectorial local de La Universidad Sergio Arboleda en estos dos días he tenido la oportunidad de encontrarme y debatir (1) con sus jóvenes estudiantes de grado, (2) con los egresados y profesionales y (3) de mantener un conversatorio con sus docentes. Toda una experiencia que confío sea un punto de partida. A todos ellos gracias por su cálida acogida. Estas intervenciones se encuadran dentro del proyecto de creación en Santa Marta de la especialidad en comunicación estratégica, especialidad que la Universidad Sergio Arboleda ya tiene en Bogotá. Este proyecto impulsado por su Decano el profesor Jorge Arturo Salazar, se completa con la creación de una Maestría en Bogotá y una cátedra sobre la Nueva Teoría Estratégica, Tres pasos que entiendo importantes para la comunicación colombiana. No deja de ser curioso que justo ahora que las Facultades de Comunicación de Latinoamérica están asumiendo la comunicación estratégica en sus postgrados, la Universidad Complutense de Madrid, deje caer de sus planes de estudios la materia dedicada a las estrategias de comunicación que yo creara hace 39 años, y de la que éramos pioneros.
Bueno.. me acabo de dar un baño en el Caribe. No sigo para no darles envidia. Mientras termino esta nota ha sonando el teléfono: el coche me aguarda. En unas horas sale mi vuelo para Cali. Desde allí les escribo de nuevo. Nos vemos.