Mujer, crisálida de mariposa


 
 
¿Dónde estás? ¿Quién quebró tu vuelo?
 
 
Te busco entre las telas, y no estás,
tu taller está oscuro y solitario,
pero en mi memoria está grabado
el sonido que producía tu movimiento.
 
Te busco en el rincón del hogar, y no te encuentro,
abandonaste el lugar donde se manifestaban tus creaciones,
pero aún en mi memoria persiste
el olor que de tu olla salía.
 
Te busco en las conversaciones entre las amigas, y no apareces,
sólo oigo recetas de experiencias no vividas,
pero en mi memoria existe un telar
bordado con risas y confidencias.
 
Te busco en los cuentos, y no estás,
sólo hay historias del Kronen,
pero en mi memoria se acumulan
hadas, brujas y nomos que me llevan lejos.
 
Te busco en las melodías que surcan el espacio,
sólo oigo canciones que no entiendo,
pero en mi memoria está la dulce voz
con la que se acunó mi infancia,
se endulzó mi adolescencia
 y se proyectó mi juventud.
 
 
No estás
y, sin embargo te siento.
Calientas mi vida
mantienes viva mi alegría de ser.
 
Porque hasta mí llega el sonido de tu risa,
el aire que mueve tu vuelo,
el recuerdo de tus experiencias
la magia de tu corazón y de tus manos.
 
Sigues estando ahí, lo sé
y te he de reencontrar
para gritar a los cuatro vientos:
 
Mujer
Dama de la alquimia
Bruja de mis cuentos
Hada de mis fantasías
 
Siempre, mariposa de colores que embelleces cuanto tocas,
emprendiendo el vuelo cuando ya has fecundado la flor.
 
 
25 de noviembre de 2002
 
 
 

 
Alicia Montesdeoca Rivero

07/09/2020