Crear una empresa como servicio a la sociedad


Sábado, 21 de Junio 2014, 18:40 | Leído 608 veces | 0 comentario(s)


Es posible que haya una burbuja emprendedora. Pero parece indudable que la sociedad del futuro necesita nuevos empresarios que incorporen a la sociedad algunas cosas que estos años hemos echado de menos. Quizá porque no se aprenden en las escuelas de negocios


 Esta semana veremos una nueva explosión de apoyo al mundo emprendedor, cuyo detonante será la nueva Corona, a cuyo son cantarán a coro grandes empresas y Administraciones Públicas. Las empresas, porque tienen programas millonarios, sobre todo de inversión "preventiva", y las Administraciones porque los tienen de subvenciones también millonarias con los impuestos de todos. Ambas, con grandes despliegues de comunicación y un ecosistema en donde parece que todos ganan menos los emprendedores. Lo más habitual es que se dé la siguiente paradoja. Ni los procedimientos de compra de las grandes empresas ni la normativa de contratación pública permiten que el emprendedor aspire a ser proveedor en igualdad de condiciones respecto a los que tienen más experiencia, referencias y solvencia económica. Sería mucho más coherente y eficiente (por no decir barato). Por lo que la única vía para quienes empiezan es vender al ciudadano, que va siempre por delante, o hacerlo a la pyme, donde la densidad de empresario es infinitamente mayor que en las empresas de cierta dimensión, en las que abunda una raza diferente: los directivos.
Por eso felicito la iniciativa del Premio Comprendedor, presentado estos días por la Fundación Empresa y Sociedad , que pretende ayudar a que los emprendedores consigan... ¡clientes en el mundo empresarial y de las Administraciones Públicas! 
En este contexto he tenido la ocasión de escribir unas palabras para el mundo emprendedor más joven, el que aún está en las aulas. Interesante pero no exclusivo,porque se empiezan a conocer casos de emprendedores sexagenarios e incluso de personas con discapacidad intelectual. También los felicito, claro. Pero tienen más que decirme ellos a mi que yo a ellos. Sin embargo, allá van algunas ideas para los todavía estudiantes con el objetivo de invitarles a dialogar sobre trece puntos que me salen del corazón.

Uno.   Felicítate
Crear productos, servicios y empleo es uno de los mejores servicios que se puede prestar a la sociedad. Además, el hecho de requerir esfuerzo y no ser sencillo convierte la aventura de emprender en un desafío apasionante.
 
Dos.   Ilusiónate
Ser empresario es un reto noble, apasionante y divertido. La parte creativa del empresario es una de las mejores formas de concretar la inteligencia y las emociones del ser humano. Las aptitudes y actitudes empresariales son aptitudes y actitudes vitales.
 
Tres.   Conócete
Empieza por aclarar qué es lo más importante para ti: el dinero, la fama, el servicio a la sociedad, responder a un reto, ... Lo ideal es vivir de aquello que te hace feliz y es más acorde con tu estilo de vida y con tus capacidades.
 
Cuatro.   Apuesta
Si te decides, asegúrate antes de que se trata de un proyecto clave durante un periodo de tu vida e implícate a fondo. Pide a los tuyos que también apuesten por ti, porque vas a necesitar su apoyo y complicidad.
 
Cinco.   Elige el momento
El emprendedor se hace a base de experiencias humanas y profesionales, por este orden. No te precipites si eres muy joven. Hay una parte de vocación, pero otra requiere tiempo y experiencia vital. Hace falta no solo saber qué hacer, sino cómo hacerlo de la mejor manera posible.
 
Seis.    Sé único
Analiza en qué eres único. Mucha gente no lo sabe. Pero no te quedes ahí: completa el razonamiento identificando necesidades de otros que puedas atender de forma diferente. Ni te limites al momento inicial: sistematiza un cambio radical cada cierto tiempo, porque vivimos un cambio acelerado.
 
No te encierres en tu burbuja. Relaciónate con personas de diferentes ámbitos, porque las oportunidades surgen de explorar escenarios improbables.
 
Siete.   Mira al futuro
Parece que tendemos hacia una sociedad más envejecida, tecnológica, colaborativa, emprendedora y que necesita productos y servicios universales a bajo coste. También más humana, porque crear riqueza y bienestar en el entorno están intrínsecamente unidos. Entender bien estas tendencias debe ser enseguida tu prioridad.
 
Optimiza la combinación de energía joven y sabiduría madura. Quizá tus ideas emprendedoras se vendan mejor si trabajas con personas que llevan toda su vida construyendo confianza en círculos en los que necesitas vender.
 
Ocho.   Incorpora factores de crecimiento
Aprende de ideas que han crecido rápido. Entre ellas, conectar productos y servicios que ya están en el mercado (no solo crearlos), priorizar el uso sobre la propiedad, poner tu crecimiento en manos de los usuarios finales, ser generoso en generar actividad para otros o compartir aciertos y errores abiertamente. Parece que el éxito se produce más fácilmente en negocios que forman parte de un ecosistema rico de actividades complementarias, que contribuyen a crear con sus recursos aunque cada uno tenga solo un nicho generador de ingresos.
 
Nueve.   Sé generoso
Empieza siempre por ofrecer y por dar. Mucho y de valor para los demás. Pero no dudes en pedir ayuda a quien pueda dártela. Te la dará siempre si le motivas.
 
Diez.   Haz números
Concentra tus esfuerzos en el control de la tesorería. No caigas en la trampa de la contabilidad y del balance de situación. Y reflexiona sobre si necesitas otros socios. En su caso, plantea su participación con una perspectiva de medio plazo.
 
Analiza la situación de partida, pero decídete a tiempo, no te eternices.
 
Once.   Ten paciencia
Sé paciente hasta que aparezcan los resultados. Siempre tardan en llegar más de lo previsto, pero también crecen más de lo previsto después si has construido bien las bases.
 
Doce.   Crece como persona
Es imprescindible vivir también fuera de la empresa para mantener el equilibrio emocional, objetivar situaciones y adquirir perspectiva.
 
Interésate por la psicología, la sociología, la espiritualidad y la comunicación, que son más importantes en la vida que en las escuelas de negocios.
 
Compórtate éticamente y juega limpio. Sé flexible en lo accidental pero no cedas un milímetro en lo esencial. No te vendas nunca. Tus valores no tienen precio. Esta es la base para generar la confianza que necesitas.
 
Trece.   Pon tu sello personal
Combina y pondera las ideas anteriores a tu medida e intuitivamente. El proceso emprendedor es personal, eminentemente creativo y, por tanto, algo caótico



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