Bitácora

La salud como motor de la nueva economía

Redactado por Emilio Fontela el Viernes, 26 de Enero 2007 a las 13:46


En un reciente artículo de Business Week se comentaba una estadística singular; desde 2001, el sector de la salud ha creado 1,7 millones de nuevos puestos de trabajo, cifra idéntica a la creada por la economía americana en su conjunto.

En otras palabras, el empleo en el resto de los sectores económicos, incluyendo los sectores punteros de las tecnologías de la información, se mantiene constante, y las nuevas rentas del trabajo que alimentan la demanda de consumo tienen su origen en las actividades vinculadas a la medicina y a los tratamientos paramedicales.

¿Cómo se explica este dinamismo del empleo de las industrias productoras de bienes y servicios para la salud? Sin duda, en parte se explica porque los servicios sanitarios son muy intensivos en trabajo humano, a pesar de los progresos permanentes de la tecnología y de las mejoras organizativas.

Pero la explicación más coherente se detecta por el lado de la demanda: la salud es un bien superior, cuya importancia relativa aumenta con el nivel de renta y bienestar de la población. La propensión a consumir bienes y servicios de salud aumenta cuando se dispone de mayores rentas discrecionales; es una motivación idéntica a la que se observa en el turismo o en la alimentación ecológica.

No es que aumenten las enfermedades sino que existe mayor capacidad económica para afrontarlas y para incluir en los tratamientos nuevos atributos más exigentes para un estado de salud “normal”.

Tendencias positivas

Las tendencias son por tanto muy positivas para las industrias farmacéuticas y para los productores de los equipos de alta tecnología que compran masivamente las clínicas y los hospitales. En los países europeos en los que la oferta de servicios sanitarios es mayoritariamente pública, los mercados públicos tiran necesariamente de la innovación tecnológica.

La demanda de nuevas tecnologías para la salud es también el motor de la nueva oleada de innovaciones que se espera del proceso de convergencia entre la nanotecnología, la biotecnología, las tecnologías de la información y las ciencias cognitivas (la llamada convergencia NBIC que está entrando con fuerza en los programas de I+D americanos y europeos).

El reto que plantea esta evolución tiene aspectos complejos, ya que se trata de conciliar el interés colectivo por la calidad de vida en el que la salud juega un papel esencial, con le interés empresarial por el desarrollo competitivo de nuevos tratamientos terapéuticos que apelan a la genética o a las neurociencias. Europa, con la sanidad pública, tiene en sus manos un instrumento que si se maneja adecuadamente puede darle una ventaja competitiva en relación con Estados Unidos.
Viernes, 26 de Enero 2007


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