1º.- Erradicar la pobreza extrema y el hambre mundial.
2º.- Lograr la enseñanza primaria universal.
3º.- Promover la igualdad entre los generos.
4º.-Reducir la mortalidad infantil mundial.
5º.-Mejorar la salud materna.
6º.-Combatir el VIH/SIDA, el paludismo, y otras enfermedades.
7º-Garantizar el medio ambiente sostenible.
8º.-Fomentar una alianza global para el desarrollo.
2º.- Lograr la enseñanza primaria universal.
3º.- Promover la igualdad entre los generos.
4º.-Reducir la mortalidad infantil mundial.
5º.-Mejorar la salud materna.
6º.-Combatir el VIH/SIDA, el paludismo, y otras enfermedades.
7º-Garantizar el medio ambiente sostenible.
8º.-Fomentar una alianza global para el desarrollo.
DEL PRÓLOGO DEL INFORME 2009 ODM
"Hace nueve años, los líderes del mundo establecieron un conjunto de objetivos a largo plazo para liberar a una gran parte de la humanidad de las trabas de la pobreza extrema, el hambre, el analfabetismo y las enfermedades. Establecieron metas para lograr la igualdad entre los sexos y el empoderamiento de la mujer, la sostenibilidad medioambiental y una alianza mundial para el Desarrollo. En pocas palabras, aprobaron un plan para un mundo mejor y prometieron no escatimar esfuerzos en la materialización de esa visión. Hemos logrado importantes avances en este esfuerzo y contamos con muchos éxitos en los cuales apoyarnos. Sin embargo, hemos avanzado muy lentamente hacia el cumplimiento de nuestros objetivos. Y hoy en día nos enfrentamos a una crisis económica mundial cuyas plenas repercusiones aún no se han hecho evidentes. Como mínimo, la crisis frenará el progreso en algunas áreas clave, sobre todo en los Países en desarrollo. En el peor de los casos, podría impedirnos cumplir nuestras promesas, lo que sumiría a millones de personas más en la pobreza y elevaría el riesgo de disturbios sociales y políticos: una consecuencia que debemos evitar a toda costa. No podemos permitir que un entorno económico desfavorable nos obligue a dejar de lado los compromisos contraídos en el año 2000. Por el contrario, nuestros esfuerzos para restablecer el crecimiento económico deben ser considerados como una oportunidad para tomar algunas decisiones difíciles pero necesarias para crear un futuro más equitativo y sostenible.
Este informe muestra que políticas y medidas correctas, respaldadas por una financiación adecuada y un firme compromiso político, pueden dar resultado. Actualmente, menos personas mueren a causa del SIDA y más países están aplicando estrategias eficaces para luchar contra el paludismo y el sarampión, dos de las principales causas de la mortalidad de niños. El mundo está cada vez más próximo a lograr la enseñanza primaria universal, y hemos avanzado notoriamente en el cumplimiento de la meta relacionada con el abastecimiento de agua potable. No obstante, en el informe se señala también que todavía quedan muchas dificultades por superar y que probablemente resulten aún más difíciles en el actual entorno económico. Los primeros indicios de esto son, como era de esperar, que las personas pobres son las que más han sufrido el trastorno económico del pasado año. La cantidad de personas que pasan hambre y viven en condiciones de extrema pobreza es mucho mayor de lo que habría sido si los avances hubiesen continuado ininterrumpidamente. Las dificultades económicas han llevado a decenas de millones de personas a trabajar en empleos vulnerables y ha aumentado el número de los que, pese a estar empleados, no ganan lo suficiente como para ellos y a sus familias estén sobre el umbral de pobreza de 1,25 dólares diarios. Este no es momento de retroceder sino de acelerar los avances hacia el logro de los ODM y fortalecer la alianza mundial para el desarrollo. Si la comunidad mundial responde de manera constructiva a la crisis, los objetivos todavía pueden lograrse. El cumplimiento del compromiso de aumentar la ayuda es primordial. Es igualmente importante velar por que los intereses de los países en desarrollo y, sobre todo de los más pobres, sigan siendo el eje central en las negociaciones comerciales. Asimismo, debemos ponernos de acuerdo sobre el régimen futuro en materia de cambio climático este diciembre en Copenhague. Ha llegado la hora de llevar a cabo los cambios estructurales que son necesarios para avanzarmás decididamente hacia un desarrollo y sostenibilidad más equitativos y hacer frente a la crisis climática. La comunidad mundial no puede olvidarse de los pobres y los vulnerables. Debemos fortalecer la cooperación y la solidaridad mundial, y redoblar nuestros esfuerzos para alcanzar los ODM e impulsar una agenda más amplia de desarrollo. Nada menos que la viabilidad de nuestro planeta y el futuro de la humanidad están en juego. Insto a los encargados de formular políticas y a todas las partes interesadas a que presten atención al mensaje de este valioso y oportuno informe.
Ban Ki-moon. Secretario General de las Naciones Unidas
"Hace nueve años, los líderes del mundo establecieron un conjunto de objetivos a largo plazo para liberar a una gran parte de la humanidad de las trabas de la pobreza extrema, el hambre, el analfabetismo y las enfermedades. Establecieron metas para lograr la igualdad entre los sexos y el empoderamiento de la mujer, la sostenibilidad medioambiental y una alianza mundial para el Desarrollo. En pocas palabras, aprobaron un plan para un mundo mejor y prometieron no escatimar esfuerzos en la materialización de esa visión. Hemos logrado importantes avances en este esfuerzo y contamos con muchos éxitos en los cuales apoyarnos. Sin embargo, hemos avanzado muy lentamente hacia el cumplimiento de nuestros objetivos. Y hoy en día nos enfrentamos a una crisis económica mundial cuyas plenas repercusiones aún no se han hecho evidentes. Como mínimo, la crisis frenará el progreso en algunas áreas clave, sobre todo en los Países en desarrollo. En el peor de los casos, podría impedirnos cumplir nuestras promesas, lo que sumiría a millones de personas más en la pobreza y elevaría el riesgo de disturbios sociales y políticos: una consecuencia que debemos evitar a toda costa. No podemos permitir que un entorno económico desfavorable nos obligue a dejar de lado los compromisos contraídos en el año 2000. Por el contrario, nuestros esfuerzos para restablecer el crecimiento económico deben ser considerados como una oportunidad para tomar algunas decisiones difíciles pero necesarias para crear un futuro más equitativo y sostenible.
Este informe muestra que políticas y medidas correctas, respaldadas por una financiación adecuada y un firme compromiso político, pueden dar resultado. Actualmente, menos personas mueren a causa del SIDA y más países están aplicando estrategias eficaces para luchar contra el paludismo y el sarampión, dos de las principales causas de la mortalidad de niños. El mundo está cada vez más próximo a lograr la enseñanza primaria universal, y hemos avanzado notoriamente en el cumplimiento de la meta relacionada con el abastecimiento de agua potable. No obstante, en el informe se señala también que todavía quedan muchas dificultades por superar y que probablemente resulten aún más difíciles en el actual entorno económico. Los primeros indicios de esto son, como era de esperar, que las personas pobres son las que más han sufrido el trastorno económico del pasado año. La cantidad de personas que pasan hambre y viven en condiciones de extrema pobreza es mucho mayor de lo que habría sido si los avances hubiesen continuado ininterrumpidamente. Las dificultades económicas han llevado a decenas de millones de personas a trabajar en empleos vulnerables y ha aumentado el número de los que, pese a estar empleados, no ganan lo suficiente como para ellos y a sus familias estén sobre el umbral de pobreza de 1,25 dólares diarios. Este no es momento de retroceder sino de acelerar los avances hacia el logro de los ODM y fortalecer la alianza mundial para el desarrollo. Si la comunidad mundial responde de manera constructiva a la crisis, los objetivos todavía pueden lograrse. El cumplimiento del compromiso de aumentar la ayuda es primordial. Es igualmente importante velar por que los intereses de los países en desarrollo y, sobre todo de los más pobres, sigan siendo el eje central en las negociaciones comerciales. Asimismo, debemos ponernos de acuerdo sobre el régimen futuro en materia de cambio climático este diciembre en Copenhague. Ha llegado la hora de llevar a cabo los cambios estructurales que son necesarios para avanzarmás decididamente hacia un desarrollo y sostenibilidad más equitativos y hacer frente a la crisis climática. La comunidad mundial no puede olvidarse de los pobres y los vulnerables. Debemos fortalecer la cooperación y la solidaridad mundial, y redoblar nuestros esfuerzos para alcanzar los ODM e impulsar una agenda más amplia de desarrollo. Nada menos que la viabilidad de nuestro planeta y el futuro de la humanidad están en juego. Insto a los encargados de formular políticas y a todas las partes interesadas a que presten atención al mensaje de este valioso y oportuno informe.
Ban Ki-moon. Secretario General de las Naciones Unidas
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2.- La ciencia en los Objetivos del Milenio.MANUEL PORTOLÉS
En el año 2000 las Naciones Unidas, 192 países miembros, acordaron desarrollar ocho objetivos conocidos como de «desarrollo del Milenio» (ODM) para, entre otras cosas, la erradicación de la pobreza extrema. La «Campaña del Milenio» fomenta los ODM bajo el lema «Sin Excusas» hasta el 2015.
¬La humanidad se encomendó en 2000 a realizar un «trabajo universal», especialmente de los países en vías de desarrollo: somos la primera generación de Homo sapiens capaces de erradicar la pobreza. La idea, que parecía utópica, contó con conferencias específicas para su financiación (2002) y de cumbres mundiales para ODM (2005). Estábamos ante una nueva visión de la gestión de los recursos globales que debería de convertirse en exitosa, pues sobre el papel se contaba con una inversión pública adecuada, sostenida por un crecimiento económico (hoy en «crisis»), y que nacía de una capacidad productiva basada en puestos de trabajo dignos. Y todos estos buenos propósitos para 2015.
Traspasado el ecuador del proyecto analizamos la situación de tres de los objetivos del Milenio donde la medicina, la ciencia y la tecnología deben de jugar un gran papel: (1) reducir la mortalidad infantil (ODM4), de niños menores de cinco años, en dos terceras partes; (2) mejorar la salud materna (ODM5), reduciendo su mortalidad en tres cuartas partes; y (3) combatir el VIH/sida, el paludismo y otras enfermedades (ODM6), reduciendo su incidencia en 2015.
Mortalidad infantil
Más de 30.000 niños mueren cada día sobre el planeta, antes de cumplir cinco años, como consecuencia de enfermedades que se pueden prevenir con poco dinero (faltan antibióticos para tratar neumonías, o sales de rehidratación oral para controlar una diarrea) o por malnutrición (más del 50%). Está claro, sin lugar a dudas, que la mortalidad infantil está asociada a la pobreza. En el África subsahariana en 15 años hemos pasado de una tasa de mortalidad, en niños menores de 5 años, de 185 por 1000 nacidos vivos a 166, una reducción pírrica (-10%), mientras en las regiones en desarrollo se ha pasado de 106 a 83 (-21,7%).
En el sarampión, una de las principales causas de mortalidad infantil con prevención (vacuna), se han obtenidos resultados positivos, reduciendo los fallecimientos por esta causa, entre 2000 y 2005, en un 60%. El descenso máximo se produjo en África (75%), donde se paso de 506.000 fallecidos por sarampión a 126.000. Además, a través de estas campañas de vacunación se introduce en la población infantil otros programas, que la ONU denomina «salva vidas», como los suplementos de vitamina A, la medicina desparasitaria o el empleo de mosquiteras contra el paludismo.
A pesar de estos resultados, el ODM4 (reducir la mortalidad infantil) esta incumplido, pues los análisis estadísticos (tendencias) cifran en 2045 su consecución (reducir la mortalidad en dos terceras partes en 2015). Es decir, más de 30 años después de lo firmado por la ONU; desgraciadamente este retraso ocasionara 41 millones más de fallecidos entre los niños menores de cinco años. En tan solo 14 países, diez de ellos africanos, mueren hoy más niños que en 1990.
Salud materna
También los niveles de mortalidad materna están siendo muy altos en los países en desarrollo, con especial énfasis en el África Subsahariana y en Asia meridional. Más de medio millón de mujeres mueren por complicaciones durante el embarazo o parto (hemorragias, hipertensión, anemia…), que en occidente son prevenibles y tratables. En las regiones en desarrollo hemos pasado de tener el 43% de los partos asistidos por personal sanitario en 1990 al 57% en 2005; mientras que en África y Asia meridional, los últimos datos son un 38% y 45%, respectivamente. La muerte de las madres es para los hijos una tragedia, pues aumenta el riesgo de pobreza y explotación.
De nuevo el ODM5 (mejorar la salud materna) esta incumplido, ya que cada día muere una mujer por minuto por complicaciones en su capítulo de «ser madres»; el riesgo de muerte en occidente es 1/3800 mientras que en África subsahariana es 1/16.
Sida y malaria
La epidemia del sida es «una emergencia mundial y uno de los mayores desafíos para la vida y la dignidad humana»; hoy son más de 40 millones de personas las que viven con el virus VIH . La situación del sida (adultos, 15 a 49 años) en África ha pasado de 200.000 muertos en 1990 (prevalencia 0,5%) a 8.2 millones en 2006 (prevalencia 6%). En 2006 más de 15 millones de niños perdieron a uno de sus padres por sida, el 80% en África subsahariana. Además, se produce un caso de malaria cada 30 segundos, lo que origina hasta tres millones de muertos al año. Otro ODM incumplido. ¿Y la ciencia?, ¡¡ausente!!.
Más hechos y muchas menos palabras
La misma tónica de incumplimiento se obtiene del análisis de otros ODM, como «Erradicar la pobreza extrema y el hambre» (1), «Lograr la enseñanza primaria universal» (2), «Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer» (3), «Garantizar el sustento del medio ambiente» (7), y «Fomentar una asociación mundial para el desarrollo» (8). Súmenos a esta situación negativa, la opinión de Ban Ki-Man (Secretario General, ONU) que dice: «El mundo no quiere más promesas… La falta de una aumento significativo de la ayuda oficial al desarrollo desde 2004 convierten en imposible la consecución de los ODM». Conclusión: los Objetivos del Milenio aterrizan en la UVI. Es necesario un cambio de actitud ante esta lamentable situación: "Rebélate contra la pobreza?
Con agradeciento al Autor: Manuel Portolés. Levante-emv.com.
2.- La ciencia en los Objetivos del Milenio.MANUEL PORTOLÉS
En el año 2000 las Naciones Unidas, 192 países miembros, acordaron desarrollar ocho objetivos conocidos como de «desarrollo del Milenio» (ODM) para, entre otras cosas, la erradicación de la pobreza extrema. La «Campaña del Milenio» fomenta los ODM bajo el lema «Sin Excusas» hasta el 2015.
¬La humanidad se encomendó en 2000 a realizar un «trabajo universal», especialmente de los países en vías de desarrollo: somos la primera generación de Homo sapiens capaces de erradicar la pobreza. La idea, que parecía utópica, contó con conferencias específicas para su financiación (2002) y de cumbres mundiales para ODM (2005). Estábamos ante una nueva visión de la gestión de los recursos globales que debería de convertirse en exitosa, pues sobre el papel se contaba con una inversión pública adecuada, sostenida por un crecimiento económico (hoy en «crisis»), y que nacía de una capacidad productiva basada en puestos de trabajo dignos. Y todos estos buenos propósitos para 2015.
Traspasado el ecuador del proyecto analizamos la situación de tres de los objetivos del Milenio donde la medicina, la ciencia y la tecnología deben de jugar un gran papel: (1) reducir la mortalidad infantil (ODM4), de niños menores de cinco años, en dos terceras partes; (2) mejorar la salud materna (ODM5), reduciendo su mortalidad en tres cuartas partes; y (3) combatir el VIH/sida, el paludismo y otras enfermedades (ODM6), reduciendo su incidencia en 2015.
Mortalidad infantil
Más de 30.000 niños mueren cada día sobre el planeta, antes de cumplir cinco años, como consecuencia de enfermedades que se pueden prevenir con poco dinero (faltan antibióticos para tratar neumonías, o sales de rehidratación oral para controlar una diarrea) o por malnutrición (más del 50%). Está claro, sin lugar a dudas, que la mortalidad infantil está asociada a la pobreza. En el África subsahariana en 15 años hemos pasado de una tasa de mortalidad, en niños menores de 5 años, de 185 por 1000 nacidos vivos a 166, una reducción pírrica (-10%), mientras en las regiones en desarrollo se ha pasado de 106 a 83 (-21,7%).
En el sarampión, una de las principales causas de mortalidad infantil con prevención (vacuna), se han obtenidos resultados positivos, reduciendo los fallecimientos por esta causa, entre 2000 y 2005, en un 60%. El descenso máximo se produjo en África (75%), donde se paso de 506.000 fallecidos por sarampión a 126.000. Además, a través de estas campañas de vacunación se introduce en la población infantil otros programas, que la ONU denomina «salva vidas», como los suplementos de vitamina A, la medicina desparasitaria o el empleo de mosquiteras contra el paludismo.
A pesar de estos resultados, el ODM4 (reducir la mortalidad infantil) esta incumplido, pues los análisis estadísticos (tendencias) cifran en 2045 su consecución (reducir la mortalidad en dos terceras partes en 2015). Es decir, más de 30 años después de lo firmado por la ONU; desgraciadamente este retraso ocasionara 41 millones más de fallecidos entre los niños menores de cinco años. En tan solo 14 países, diez de ellos africanos, mueren hoy más niños que en 1990.
Salud materna
También los niveles de mortalidad materna están siendo muy altos en los países en desarrollo, con especial énfasis en el África Subsahariana y en Asia meridional. Más de medio millón de mujeres mueren por complicaciones durante el embarazo o parto (hemorragias, hipertensión, anemia…), que en occidente son prevenibles y tratables. En las regiones en desarrollo hemos pasado de tener el 43% de los partos asistidos por personal sanitario en 1990 al 57% en 2005; mientras que en África y Asia meridional, los últimos datos son un 38% y 45%, respectivamente. La muerte de las madres es para los hijos una tragedia, pues aumenta el riesgo de pobreza y explotación.
De nuevo el ODM5 (mejorar la salud materna) esta incumplido, ya que cada día muere una mujer por minuto por complicaciones en su capítulo de «ser madres»; el riesgo de muerte en occidente es 1/3800 mientras que en África subsahariana es 1/16.
Sida y malaria
La epidemia del sida es «una emergencia mundial y uno de los mayores desafíos para la vida y la dignidad humana»; hoy son más de 40 millones de personas las que viven con el virus VIH . La situación del sida (adultos, 15 a 49 años) en África ha pasado de 200.000 muertos en 1990 (prevalencia 0,5%) a 8.2 millones en 2006 (prevalencia 6%). En 2006 más de 15 millones de niños perdieron a uno de sus padres por sida, el 80% en África subsahariana. Además, se produce un caso de malaria cada 30 segundos, lo que origina hasta tres millones de muertos al año. Otro ODM incumplido. ¿Y la ciencia?, ¡¡ausente!!.
Más hechos y muchas menos palabras
La misma tónica de incumplimiento se obtiene del análisis de otros ODM, como «Erradicar la pobreza extrema y el hambre» (1), «Lograr la enseñanza primaria universal» (2), «Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer» (3), «Garantizar el sustento del medio ambiente» (7), y «Fomentar una asociación mundial para el desarrollo» (8). Súmenos a esta situación negativa, la opinión de Ban Ki-Man (Secretario General, ONU) que dice: «El mundo no quiere más promesas… La falta de una aumento significativo de la ayuda oficial al desarrollo desde 2004 convierten en imposible la consecución de los ODM». Conclusión: los Objetivos del Milenio aterrizan en la UVI. Es necesario un cambio de actitud ante esta lamentable situación: "Rebélate contra la pobreza?
Con agradeciento al Autor: Manuel Portolés. Levante-emv.com.