Notas

Vida del apóstol Felipe según sus Hechos Apócrifos

Redactado por Antonio Piñero el Lunes, 19 de Marzo 2012 a las 00:40

Hoy escribe Gonzalo del Cerro

Final de los Hechos de Felipe (cc. 107-148)

El último gran fragmento de estos Hechos Apócrifos de Felipe lleva en el ms. 824 griego del Vaticano el siguiente epígrafe: “De los viajes del apóstol Felipe desde el Hecho XV hasta el final, incluido el martirio”. El ms. A se refiere solamente al martirio. El texto comienza con una referencia cronológica al reinado de Trajano (98-117) y sigue los datos de la tradición recordando que Felipe predicaba el Evangelio por las ciudades de Licia y de Asia. Por el texto conocemos que los acontecimientos narrados tienen lugar en la ciudad de Ofiorima o Hierápolis de Asia, la moderna Pamukkale al sudoeste de la península de Anatolia.

Felipe, Bartolomé y Mariamne se alojaban en la casa de Estaquis, calificado ya en este pasaje de cristiano. Da la impresión de que el nuevo fragmento de la narración es independiente de los textos anteriores, porque habla de Estaquis como de “un cristiano de nombre Estaquis”. Igualmente presenta a Bartolomé como “uno de los setenta y dos discípulos del Señor” cuando hasta ahora se refería a él bajo la denominación común de “los apóstoles”. También expresa la intención de presentar a Mariamne como la hermana de Felipe”, como si no fuera ya conocida su identidad. Los nuevos fragmentos abundan en temas y personajes conocidos ya en otros pasajes anteriores.

Nicanora, esposa del procónsul o gobernador

Repite la narración que los habitantes de la localidad daban culto a las serpientes y a la Víbora. Por eso la ciudad de Hierápolis recibía el nombre de Ofiorima. En realidad, Ofiorima significa “avenida o calle de las serpientes”,como quien dice “Calle de las sierpes”, aunque aquí se trata más bien del nombre de la ciudad. La esposa del gobernador, Nicanora, aquejada de diversas enfermedades, acudió a Felipe a escondidas y contra el parecer de su marido. Mariamne le explicó en hebreo que el Redentor había venido para redimirla e iluminarla. En efecto, Nicanora explicó que, siendo hebrea, al escuchar la palabra de sus antepasados, había quedado curada súbitamente de su enfermedad y de sus dolores. Felipe oró por ella para que Cristo Jesús la salvara del engaño del enemigo y pudiera dirigirse en libertad al país de sus padres.

Fue en aquel momento cuando llegó su marido como un caballo furioso, la agarró por los vestidos y gritó preguntando cuál era el médico que la había curado de modo que hubiera podido levantarse sola de la cama y venir hasta donde estaban los magos. Nicanora respondió con entereza pronunciando una exhortación para que su marido cambiara de mentalidad y se librara de los dardos de la serpiente homicida. Si quería que ella permaneciera con él, tendría que vivir en castidad y en el temor de Dios. Era demasiado para el genio homónimo de Tiranógnofo. Tomó a su mujer por los cabellos y la arrastraba dándole de patadas, mientras le decía que mejor sería para ella morir a espada que prostituirse con aquellos magos extranjeros. La amenazaba con la muerte para castigar luego a sus seductores con los peores tormentos.

Ordenó a sus servidores que le trajeran a los culpables. Entraron en la casa de Estaquis y se apoderaron de Felipe, de Bartolomé y de Mariamne, a los que arrastraron hasta donde estaba el procónsul. Detrás salieron “el fidelísimo Estaquis con todos los fieles” (c. 120,2), que no quisieron abandonar en aquel trance a sus maestros.

(Icono del apóstol Felipe)

Saludos cordiales. Gonzalo del Cerro
Lunes, 19 de Marzo 2012
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