Hoy escribe Gonzalo del Cerro
II. Las alusiones
Como en otro lugar explicaba, denomino alusiones a las referencias más o menos veladas a pasajes, sucesos o personajes bíblicos. Tanto por el texto como por el contexto se percibe la intención del autor de manifestar su conocimiento de los libros sagrados y su deseo de destacar la conexión con sus propios relatos.
1. En los sucesos relacionados con el criado de Estratocles, curado por Andrés (HchAnd 4,2), recordaba el Apóstol que habían intervenido algunos magos, pero que no habían podido conseguir efecto positivo ninguno.
En varios relatos bíblicos, la situación llega a un punto en que se hace imprescindible la actuación divina. Es lo que ocurrió con los magos que pretendieron imitar ante el Faraón los signos milagrosos realizados por Moisés (Éx 7). El detalle servía para dar mayor brillo al milagro y subrayar el poder de Dios que superaba la debilidad del hombre.
Mayores ecos se perciben de la curación del epiléptico de Mc 9,14-29. Se trataba de un enfermo a quien otros habían pretendido curar sin conseguirlo. Noto, además, que la partícula hoti de Mc 9,28 está sustituida en el códice D por dià ti como en el Apócrifo: “¿Por qué no han podido expulsar del desdichado joven a este demonio?”. Y en Mc: “¿Por qué no hemos podido nosotros expulsar…?” En mi opinión se da algo más que una semejanza de situaciones.
2. Andrés se refiere en oración a Dios diciendo: “¡Oh Dios, que no escuchas a los magos” (HchAnd 5,1). Se refería obviamente a los que habían intentado curar al siervo de Estratocles.
Hay aquí una posible alusión a ciertos lugares bíblicos. Por ejemplo, los magos de Egipto pretenden, pero no pueden, realizar la plaga de los mosquitos (Éx 8,14). A una orden de Moisés se cumplen los prodigios que luego los magos son incapaces de llevar a efecto. De la misma manera encontramos realizada la afirmación de Andrés en el caso de Simón Mago, el que quería comprar a los Apóstoles la facultad de transmitir el Espíritu Santo (Hch 8,18ss). Finalmente, las palabras de Andrés recuerdan las palabras que decía el ciego de Jn 9,31: “Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, sino que si alguien es piadoso y hace su voluntad, a ése sí lo escucha”. Se trataba en el evangelio de Juan del ciego de nacimiento, cuya curación los fariseos no querían reconocer.
3. En una larga alocución dirigida a Estratocles, decía Andrés: “Da a luz al hijo que gestas, y no te abandones solamente a los dolores del parto” (HchAnd 7,2), detalles a los que alude más adelante en HchAnd 9,1.
Pienso que se contiene aquí una alusión a las palabras de Jesús sobre la mujer que sufre dolores de parto hasta que da a luz (Jn 16,21). También en esta ocasión se refiere Andrés a la pena que acaba transformándose en alegría.
4. Prosigue Andrés exhortando al nuevo converso Estratocles, a quien dirige estas sentidas palabras cuando habla del hombre nuevo: “Considera vanas (mátaia) todas sus anteriores prácticas religiosas” (thrēskeúmata: HchAnd 9,3).
Según Sant 1,26, el que “piensa ser religioso” (thrēskós) y no refrena su lengua, su religiosidad (thrēskeía) es vana (mátaios)”. Pero luego, cuando dice Andrés que vacila sobre cuál es realmente la verdadera religiosidad, se percibe una alusión a lo que Santiago decía en Sant 1,27: “La religión pura e incontaminada ante Dios Padre consiste en visitar a os huérfanos…”
5. A lo largo de su larga alocución a los fieles en general, les recomienda que guarden la doctrina que se les ha predicado con una clara alusión al “depósito”, aquí parakatathēkēn: “Guardemos, pues, hijitos míos, el depósito que se nos ha confiado” (HchAnd 12,1).
Es una clara alusión al consejo de las Pastorales: “Depositum custodi” (parathēkēn fýlaxon), como en 1 Tim 6,20: “Guarda el depósito que se te ha confiado”; la recomendación se repite con las mismas palabras en 2 Tim 1,14; cf también 2 Tim 1,12. En los textos del Apócrifo y de las Pastorales, además del idéntico contenido, se da también coincidencia literal.
6. En una alocución de Andrés dirigida a Maximila en el fragmento del códice Vaticano griego 808 (HchAnd 37,3), se compara a sí mismo con Adán y a Maximila con Eva. Luego repasa los errores de los primeros padres que Andrés y Maximila corrigen. Así, por ejemplo, menciona la ignorancia que hizo caer a Eva, su erróneo entendimiento que la arrastró a la caída, su debilidad y su desobediencia. Según Andrés, Eva completó lo que Adán dejó inacabado.
Todos estos temas tienen su reflejo en el capítulo 3 de libro del Génesis. El diálogo de Eva con la serpiente dejó de manifiesto la ignorancia de Eva, su falta de entendimiento, una debilidad que acabó en la desobediencia y la caída.
Saludos cordiales. Gonzalo del Cerro
II. Las alusiones
Como en otro lugar explicaba, denomino alusiones a las referencias más o menos veladas a pasajes, sucesos o personajes bíblicos. Tanto por el texto como por el contexto se percibe la intención del autor de manifestar su conocimiento de los libros sagrados y su deseo de destacar la conexión con sus propios relatos.
1. En los sucesos relacionados con el criado de Estratocles, curado por Andrés (HchAnd 4,2), recordaba el Apóstol que habían intervenido algunos magos, pero que no habían podido conseguir efecto positivo ninguno.
En varios relatos bíblicos, la situación llega a un punto en que se hace imprescindible la actuación divina. Es lo que ocurrió con los magos que pretendieron imitar ante el Faraón los signos milagrosos realizados por Moisés (Éx 7). El detalle servía para dar mayor brillo al milagro y subrayar el poder de Dios que superaba la debilidad del hombre.
Mayores ecos se perciben de la curación del epiléptico de Mc 9,14-29. Se trataba de un enfermo a quien otros habían pretendido curar sin conseguirlo. Noto, además, que la partícula hoti de Mc 9,28 está sustituida en el códice D por dià ti como en el Apócrifo: “¿Por qué no han podido expulsar del desdichado joven a este demonio?”. Y en Mc: “¿Por qué no hemos podido nosotros expulsar…?” En mi opinión se da algo más que una semejanza de situaciones.
2. Andrés se refiere en oración a Dios diciendo: “¡Oh Dios, que no escuchas a los magos” (HchAnd 5,1). Se refería obviamente a los que habían intentado curar al siervo de Estratocles.
Hay aquí una posible alusión a ciertos lugares bíblicos. Por ejemplo, los magos de Egipto pretenden, pero no pueden, realizar la plaga de los mosquitos (Éx 8,14). A una orden de Moisés se cumplen los prodigios que luego los magos son incapaces de llevar a efecto. De la misma manera encontramos realizada la afirmación de Andrés en el caso de Simón Mago, el que quería comprar a los Apóstoles la facultad de transmitir el Espíritu Santo (Hch 8,18ss). Finalmente, las palabras de Andrés recuerdan las palabras que decía el ciego de Jn 9,31: “Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, sino que si alguien es piadoso y hace su voluntad, a ése sí lo escucha”. Se trataba en el evangelio de Juan del ciego de nacimiento, cuya curación los fariseos no querían reconocer.
3. En una larga alocución dirigida a Estratocles, decía Andrés: “Da a luz al hijo que gestas, y no te abandones solamente a los dolores del parto” (HchAnd 7,2), detalles a los que alude más adelante en HchAnd 9,1.
Pienso que se contiene aquí una alusión a las palabras de Jesús sobre la mujer que sufre dolores de parto hasta que da a luz (Jn 16,21). También en esta ocasión se refiere Andrés a la pena que acaba transformándose en alegría.
4. Prosigue Andrés exhortando al nuevo converso Estratocles, a quien dirige estas sentidas palabras cuando habla del hombre nuevo: “Considera vanas (mátaia) todas sus anteriores prácticas religiosas” (thrēskeúmata: HchAnd 9,3).
Según Sant 1,26, el que “piensa ser religioso” (thrēskós) y no refrena su lengua, su religiosidad (thrēskeía) es vana (mátaios)”. Pero luego, cuando dice Andrés que vacila sobre cuál es realmente la verdadera religiosidad, se percibe una alusión a lo que Santiago decía en Sant 1,27: “La religión pura e incontaminada ante Dios Padre consiste en visitar a os huérfanos…”
5. A lo largo de su larga alocución a los fieles en general, les recomienda que guarden la doctrina que se les ha predicado con una clara alusión al “depósito”, aquí parakatathēkēn: “Guardemos, pues, hijitos míos, el depósito que se nos ha confiado” (HchAnd 12,1).
Es una clara alusión al consejo de las Pastorales: “Depositum custodi” (parathēkēn fýlaxon), como en 1 Tim 6,20: “Guarda el depósito que se te ha confiado”; la recomendación se repite con las mismas palabras en 2 Tim 1,14; cf también 2 Tim 1,12. En los textos del Apócrifo y de las Pastorales, además del idéntico contenido, se da también coincidencia literal.
6. En una alocución de Andrés dirigida a Maximila en el fragmento del códice Vaticano griego 808 (HchAnd 37,3), se compara a sí mismo con Adán y a Maximila con Eva. Luego repasa los errores de los primeros padres que Andrés y Maximila corrigen. Así, por ejemplo, menciona la ignorancia que hizo caer a Eva, su erróneo entendimiento que la arrastró a la caída, su debilidad y su desobediencia. Según Andrés, Eva completó lo que Adán dejó inacabado.
Todos estos temas tienen su reflejo en el capítulo 3 de libro del Génesis. El diálogo de Eva con la serpiente dejó de manifiesto la ignorancia de Eva, su falta de entendimiento, una debilidad que acabó en la desobediencia y la caída.
Saludos cordiales. Gonzalo del Cerro