Notas

Una visión de conjunto de 1ª Corintios (300-01)

Redactado por Antonio Piñero el Miércoles, 22 de Diciembre 2010 a las 06:56



Hoy escribe Antonio Piñero



En octubre del año 2009 y en serie especial para este blog, “Cristianismo e Historia”, hice una larga serie en la que comenté algunas generalidades de 1ª Corintios, como la fundación de la comunidad y ciertos rasgos generales de ella condicionados por el emplazamiento geográfico de la comunidad en esa ciudad portuaria; luego comenté también la división que suele hacer la moderna crítica de 1 Corintios en dos cartas, distintas “Corintios A” y “Corintios B” escritas una detrás de otra.

La primera fue fruto probable de información oral acerca del grupo cristiano de Corinto de un cierto personaje de esa comunidad llamado Estéfanas (quizás acompañado por otros dos, llamados Fortunato y Acaico; digo quizás porque los manuscritos mejores omiten esos nombres). Esa carta podría reconstruirse (Según Senén Vidal) en los siguientes pasajes

1 Cor 6,1-11 + 1 Cor 10,1-22 + 1 Cor 11,2-34 + 1 Cor 15,1-58 + 1 Cor 16,13-18.
Recordamos que esta primera carta –contenida dentro de 1 Corintios es un texto reconstruido por la crítica, y que no hay ningún manuscrito conservado que nos ofrezca esta carta tal cual.

La segunda parte de la 1 Corintios actual, es denominada (también por Senén Vidal) “Corintios B”; fue escrita a continuación de la anterior (“Corintios A) a propósito de que Pablo no había sólo recibido información oral del grupo de Estéfanas, sino una carta de los corintios mismos –traída por un grupo de personas que Pablo llama los de la “Casa de Cloe”, es decir, hijos, parientes, o mejor, esclavos de esa señora- en la que los corintios le formulan preguntas concretas. Esa carta está compuesta por los textos siguientes (también según S. Vidal):

1 Cor 1,1-5,13 + 6,12-9,27 + 10,23-11,1 + 12,1-14,40 + 16,1-12.19-24,

Toda esta reconstrucción es muy posible que sea verdad. Pero antes de comentar en un futuro esta “Corintios B” por separado y detenidamente –como hice con la “Corintios A”, deseo señalar la posibilidad de un entendimiento común de ambas cartas –redactadas una detrás de la otra-, porque las dos responden a un mismo problema de fondo, a saber: criticar que los corintios, siendo una comunidad pequeñita (cuarenta o cincuenta personas que se reunían todas juntas en unas sala grande de una única casa de un rico de la ciudad que era cristiano), se hubieran dividido en “grupos”, “facciones” o “partidos”.

Dentro de esos grupos había uno que Pablo llama “el grupo de Cristo” (1 Cor 1,12) que a los ojos de Pablo era el más peligroso. Nunca describe exactamente a esos tipos peligrosos, ni tampoco a los pertenecientes a los otros grupos, porque lo da por supuesto.

Pues bien, parece ser que esos “de Cristo” se creían superiores a los demás y su actitud había provocado gran parte de los problemas de la comunidad. Pablo responde a estos problemas, que considerados a vista de pájaro –y teniendo en cuenta- las dos partes de 1 Corintios (Corintios “A” y “B”) serían los siguientes:

A. Cuestiones suscitadas por los corintios que Pablo conoce por información oral


1. 1,10-4,20: Existencia de facciones, “partidos” o banderías entre los corintios. Reflexiones de Pablo sobre los grupos y la verdadera sabiduría.

2. Problemas éticos de la comunidad:

a) 5,1-13: el caso del incestuoso.

b) 6,1-11: Los cristianos están dirimiendo sus diferencias ante los tribunales paganos.

c) 6,12-20: ¿Es todo lícito? ¿Incluso la fornicación? Reflexiones sobre el cuerpo humano como templo del Espíritu.


B. Cuestiones suscitadas por los corintios en una carta llegada a Pablo: cinco preguntas al Apóstol y sus respuestas:

1. 7,1-40: ¿Qué es mejor, el matrimonio o el celibato?


2. 8,1-11,1: En torno a la idolatría: ¿puede un cristiano comprar en el mercado carnes que provienen de sacrificios a los dioses paganos, o asistir a banquetes donde se come ese tipo de carnes? ¿Qué libertad tiene un cristiano?

3. 11,2-34: El culto cristiano y la Cena del Señor: ¿Cómo comportarse? ¿Qué sentido tiene la Eucaristía?

4. 12,1-14,40: Cuestiones relacio¬nadas con la religiosidad externa propia de ciertos elementos de la comunidad que se creen superiores, los “espirituales”: ¿qué valor tienen los dones espirituales y sus manifestaciones exteriores?

5. 15,1-58: La resurrección: ¿cuál es su auténtica realidad y significado?

Todo este conjunto de temas parece que tiene poca hilazón entre sí. Aparentemente es así. Por ello podría explicarse el contenido de esta carta tratando las cuestiones suscitadas en ella simplemente una detrás de otra, sin relacionarlas entre sí.

Pero es también probable que por debajo de todos esos temas en apariencia desconexos haya un hilo conductor que muestre una cierta unidad dentro de la variedad y que explica la profunda unión de temas existente entre Corintios A y B.

Lo veremos el próximo día
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

Miércoles, 22 de Diciembre 2010
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