Escribe Antonio Piñero:
Hoy me escribe un lector lo siguiente:
Sigo y archivo con mucho interés todas sus aportaciones, pero en el tercer comentario al libro GPO Crítica antropológica de la religión, en el tercer y último punto de su valoración, cuya cita es:
3. Y como dije al final de mi comentario a “La Religión, ¡vaya timo!” no pierdo la esperanza de que, como todo lo material, el universo entero, parece estar guiado por un Elemento Racional, en apariencia al menos y a pesar de la teoría del caos en lo “infinitamente” pequeño, la Razón Universal, formar parte de ella como un mínimo átomo tras la muerte.
Mi respuesta:
Es una repetición aunque abreviada pero en el fondo es lo mismo, de lo que puse al final de la tercera entrega de mi reseña a "la Religión, vaya timo".
En el fondo quiero decir que, aunque sea agnóstico, me resisto a creer que no haya absolutamente nada después de la muerte en el sentido de que como soy Spinoziano, pienso en un "Deus sive natura"; que el universo está regido por una razón universal y que desearía que, al menos el espíritu de cada ser humano que lo merezca pueda conservarse como un átomo de esa razón universal.
Saludos cordiales
Antonio Piñero
Hoy me escribe un lector lo siguiente:
Sigo y archivo con mucho interés todas sus aportaciones, pero en el tercer comentario al libro GPO Crítica antropológica de la religión, en el tercer y último punto de su valoración, cuya cita es:
3. Y como dije al final de mi comentario a “La Religión, ¡vaya timo!” no pierdo la esperanza de que, como todo lo material, el universo entero, parece estar guiado por un Elemento Racional, en apariencia al menos y a pesar de la teoría del caos en lo “infinitamente” pequeño, la Razón Universal, formar parte de ella como un mínimo átomo tras la muerte.
Mi respuesta:
Es una repetición aunque abreviada pero en el fondo es lo mismo, de lo que puse al final de la tercera entrega de mi reseña a "la Religión, vaya timo".
En el fondo quiero decir que, aunque sea agnóstico, me resisto a creer que no haya absolutamente nada después de la muerte en el sentido de que como soy Spinoziano, pienso en un "Deus sive natura"; que el universo está regido por una razón universal y que desearía que, al menos el espíritu de cada ser humano que lo merezca pueda conservarse como un átomo de esa razón universal.
Saludos cordiales
Antonio Piñero