Hoy escriben Antonio Piñero y Claudio García Turza
Continuamos la presentación del siguiente libro: Gemma Avenoza, Biblias Castellanas Medievales. Cilengua (Instituto de orígenes del español), Fundación San Millán de la Cogolla, 2011, 448 pp. de gran formato. CD incluido con la reproducción de los manuscritos presentados. ISBN 978-84-938395-6-7.
La descripción y análisis de los aspectos codicológicos (todo lo que atañe al estudio de un códice) examinados en este libro rozan la exhaustividad:
• Historia del manuscrito: resulta rigurosamente magistral, a este respecto, la reconstrucción histórica que la autora lleva a cabo del manuscrito de la Biblia de Alba;
• Contenido de los manuscritos estudiados;
• Anotaciones hechas en ellos;
• Constitución material de los manuscritos: cuadernillos de los que consta, "reclamos" (palabra o sílaba que solía ponerse en lo impreso antiguamente, al final de cada plana, que era la misma con la que había que comenzar en la plana, o página, siguiente), medidas y proporciones, pautado, correcciones, enmiendas, llamadas al texto, decoración, heráldica, filigranas, etc.
En el apéndice cuarto de este libro pueden observarse en una visión global y esquemática todos estos elementos codicológicos y, de modo particular, los valores de las proporciones de la caja de escritura (el tamaño de las letras con el conjunto de la página que se obtiene con tal tamaño) atendiendo rigurosamente a aspectos como la dimensión vertical y horizontal de la caja, el número de líneas por columna, el valor numérico de la proporción y el nombre de la misma.
El estudio incluye además un apéndice de las filigranas, con una generosa reproducción de sus calcos en el tamaño original. En este importante capítulo de la codicología medieval, Gemma Avenoza se ha consolidado como una de nuestras especialistas más competentes.
En cuanto al estudio de la escritura, la autora ofrece unas breves y certeras muestras paleográficas que ayudan mucho a identificar las diferentes manos que intervienen en los manuscritos, aunque a este estudio no le corresponde obviamente realizar un peritaje paleográfico detallado, estudio que vendrá posteriormente y que pueden hacer otros especialistas.
En este punto nuclear del trabajo -el método y la amplitud de los aspectos codicológicos estudiados-, Avenoza hace notar que, pese a la unidad del método de análisis empleado, la singularidad de cada uno de los manuscritos ha orientado el tipo de investigación. En ocasiones ha debido primar la perspectiva codicológica (el estudio del manuscrito en sí) y en otros casos, la histórica, es decir el estudio de las circunstancias de su elaboración.
Interesa destacar, por último que, como consumada arqueóloga de los libros manuscritos, Avenoza ha examina todos los indicios codicológicos a los que nos hemos referido y ha buscado darles una explicación. Así nos hacer ver que los elementos materiales con que se organiza la copia permiten explicar cómo trabajaban los copistas, cuándo se llevó a cabo la copia, quién la realizó o para quién se hizo.
Esos rasgos materiales ofrecen además datos sobre la historia y transmisión de los manuscritos y en ocasiones sobre la propia naturaleza de los textos; es decir que la elección de los contenidos textuales concretos viene condicionada muchas veces por la constitución material del volumen, sobre todo en este tipo de corpus romanceados donde hay una especial interrelación entre los lazos materiales y los textuales.
En suma, el libro que presentamos es uno de los estudios de codicología española científicamente más sólido, un trabajo rigurosamente ejemplar. Constituirá, no lo dudamos, un hito singular en la historia de esta disciplina.
Saludos cordiales de Claudio García Turza y Antonio Piñero
Universidades de La Rioja y Complutense de Madrid
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Continuamos la presentación del siguiente libro: Gemma Avenoza, Biblias Castellanas Medievales. Cilengua (Instituto de orígenes del español), Fundación San Millán de la Cogolla, 2011, 448 pp. de gran formato. CD incluido con la reproducción de los manuscritos presentados. ISBN 978-84-938395-6-7.
La descripción y análisis de los aspectos codicológicos (todo lo que atañe al estudio de un códice) examinados en este libro rozan la exhaustividad:
• Historia del manuscrito: resulta rigurosamente magistral, a este respecto, la reconstrucción histórica que la autora lleva a cabo del manuscrito de la Biblia de Alba;
• Contenido de los manuscritos estudiados;
• Anotaciones hechas en ellos;
• Constitución material de los manuscritos: cuadernillos de los que consta, "reclamos" (palabra o sílaba que solía ponerse en lo impreso antiguamente, al final de cada plana, que era la misma con la que había que comenzar en la plana, o página, siguiente), medidas y proporciones, pautado, correcciones, enmiendas, llamadas al texto, decoración, heráldica, filigranas, etc.
En el apéndice cuarto de este libro pueden observarse en una visión global y esquemática todos estos elementos codicológicos y, de modo particular, los valores de las proporciones de la caja de escritura (el tamaño de las letras con el conjunto de la página que se obtiene con tal tamaño) atendiendo rigurosamente a aspectos como la dimensión vertical y horizontal de la caja, el número de líneas por columna, el valor numérico de la proporción y el nombre de la misma.
El estudio incluye además un apéndice de las filigranas, con una generosa reproducción de sus calcos en el tamaño original. En este importante capítulo de la codicología medieval, Gemma Avenoza se ha consolidado como una de nuestras especialistas más competentes.
En cuanto al estudio de la escritura, la autora ofrece unas breves y certeras muestras paleográficas que ayudan mucho a identificar las diferentes manos que intervienen en los manuscritos, aunque a este estudio no le corresponde obviamente realizar un peritaje paleográfico detallado, estudio que vendrá posteriormente y que pueden hacer otros especialistas.
En este punto nuclear del trabajo -el método y la amplitud de los aspectos codicológicos estudiados-, Avenoza hace notar que, pese a la unidad del método de análisis empleado, la singularidad de cada uno de los manuscritos ha orientado el tipo de investigación. En ocasiones ha debido primar la perspectiva codicológica (el estudio del manuscrito en sí) y en otros casos, la histórica, es decir el estudio de las circunstancias de su elaboración.
Interesa destacar, por último que, como consumada arqueóloga de los libros manuscritos, Avenoza ha examina todos los indicios codicológicos a los que nos hemos referido y ha buscado darles una explicación. Así nos hacer ver que los elementos materiales con que se organiza la copia permiten explicar cómo trabajaban los copistas, cuándo se llevó a cabo la copia, quién la realizó o para quién se hizo.
Esos rasgos materiales ofrecen además datos sobre la historia y transmisión de los manuscritos y en ocasiones sobre la propia naturaleza de los textos; es decir que la elección de los contenidos textuales concretos viene condicionada muchas veces por la constitución material del volumen, sobre todo en este tipo de corpus romanceados donde hay una especial interrelación entre los lazos materiales y los textuales.
En suma, el libro que presentamos es uno de los estudios de codicología española científicamente más sólido, un trabajo rigurosamente ejemplar. Constituirá, no lo dudamos, un hito singular en la historia de esta disciplina.
Saludos cordiales de Claudio García Turza y Antonio Piñero
Universidades de La Rioja y Complutense de Madrid
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