Escribe Antonio Piñero
Hay que felicitar a la Editorial Verbo Divino por la idea de ofrecer, en una cuidada edición todo el conjunto de la Biblia cristiana del Antiguo Testamento y Nuevo Testamento en sus lenguas originales, hebreo, arameo y griego, ya que esta obra es una ayuda estupenda incluso para los estudiosos profesionales que conocen esas tres lenguas. Salvo contados especialistas, pienso que la mayoría echará una ojeada, aunque sea con el rabillo del ojo, a la página donde se halla la versión española. Por ejemplo, en textos difíciles de algunos profetas, o en el libro de Job, tan discutido. Son en total tres volúmenes, en estupendo papel, en buena impresión, y con un tamaño de letra bien legible.
Es cosa buena también que estos tres volúmenes presenten los libros deuterocanónicos ausentes en las Biblias protestantes, pero presentes en la versión de los Setenta. Así que pueden consultarse todos, sin tener que molestarse internamente por el hecho de que las Biblias protestantes, en su versión electrónica en español, omitan a menudo esos textos, como los Libros de los Macabeos, Expansiones de Daniel, Judit, Sabiduría, Eclesiástico (griego), Baruc, Carta de Jeremías, por considerarlos “apócrifos” sin más. Olvidan esas ediciones que hay en el mundo muchos más católicos que protestantes, a los que les gustaría tener los textos de esos “apócrifos”, denominados más prudentemente “deuterocanónicos”.
La edición de los libros de los LXX en esta edición de Verbo Divino utiliza la conocida Septuaginta de Alfred Rahlfs.
El texto de la Biblia hebrea es el de Kittel-Kahle, 5ª edición, con su bella letra cuadrada, aramea, que es un gozo verla impresa, incluso para los que no entiendan una sola palabra, divida en dos volúmenes para que sean manejables. El primero, de casi 2.200 páginas, contiene el Pentateuco y los “Profetas anteriores y posteriores”. Por profetas anteriores hay que entender, según la comprensión hebrea antigua, los libros de Josué, Jueces, 1 2 Samuel, 1 2 Reyes y por “profetas posteriores” debe entenderse los profetas “mayores” (Isaías, Jeremías y Ezequiel) y Menores: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahún, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías.
El tomo II, de unas 1660 páginas, contiene los llamados “Escritos” o Ketubim (en los que incluyen Daniel y 1 2 Crónicas). Ahí se hallan Salmos, Job, Proverbios, Rut, Cantar de los cantares , Eclesiastés, Lamentaciones, Ester, Esdras y Nehemías
La traducción base española es la famosa de Francisco Cantera, de la edición de la “Biblioteca de Autores Cristianos” (B.A.C.), antigua ya, pero revisada con todo cuidado por dos especialistas, Juan Pedro Monferrer Sala y por Joan Ferrer, de modo que la traducción sea aún más literal (procurando no forzar la lengua término, la española), y con notas adicionales en las que se imprime una traducción más literal aún, que ayuda, sin duda a la comprensión. Los que durante años hemos utilizado la Biblia de Kittel-Kahle, con amplios márgenes en los que está impresa la traducción alemana clásica de Martín Lutero y colegas, vamos a agradecer muchísimo, que esas ojeadas al texto traducido, como ayuda de comprensión del hebreo, sea en nuestra propia lengua española.
Y el volumen III, el Nuevo Testamento presenta la conocida edición de Nestle-Aland y la traducción de Manuel Iglesias González (que tiene otra edición, en la B.A.C., del 2017, con muchas notas a modo de comentario).
En Internet pueden encontrarse más detalles de esta notable publicación.
De nuevo, mi más calurosa enhorabuena a la editorial Verbo Divino. Es una edición en la que han colaborado muchas personas y ha sido muy costosa, no solo en dinero, sino también en trabajo y coordinación. Será de mucho provecho para todos.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
www.antoniopinero.com
Hay que felicitar a la Editorial Verbo Divino por la idea de ofrecer, en una cuidada edición todo el conjunto de la Biblia cristiana del Antiguo Testamento y Nuevo Testamento en sus lenguas originales, hebreo, arameo y griego, ya que esta obra es una ayuda estupenda incluso para los estudiosos profesionales que conocen esas tres lenguas. Salvo contados especialistas, pienso que la mayoría echará una ojeada, aunque sea con el rabillo del ojo, a la página donde se halla la versión española. Por ejemplo, en textos difíciles de algunos profetas, o en el libro de Job, tan discutido. Son en total tres volúmenes, en estupendo papel, en buena impresión, y con un tamaño de letra bien legible.
Es cosa buena también que estos tres volúmenes presenten los libros deuterocanónicos ausentes en las Biblias protestantes, pero presentes en la versión de los Setenta. Así que pueden consultarse todos, sin tener que molestarse internamente por el hecho de que las Biblias protestantes, en su versión electrónica en español, omitan a menudo esos textos, como los Libros de los Macabeos, Expansiones de Daniel, Judit, Sabiduría, Eclesiástico (griego), Baruc, Carta de Jeremías, por considerarlos “apócrifos” sin más. Olvidan esas ediciones que hay en el mundo muchos más católicos que protestantes, a los que les gustaría tener los textos de esos “apócrifos”, denominados más prudentemente “deuterocanónicos”.
La edición de los libros de los LXX en esta edición de Verbo Divino utiliza la conocida Septuaginta de Alfred Rahlfs.
El texto de la Biblia hebrea es el de Kittel-Kahle, 5ª edición, con su bella letra cuadrada, aramea, que es un gozo verla impresa, incluso para los que no entiendan una sola palabra, divida en dos volúmenes para que sean manejables. El primero, de casi 2.200 páginas, contiene el Pentateuco y los “Profetas anteriores y posteriores”. Por profetas anteriores hay que entender, según la comprensión hebrea antigua, los libros de Josué, Jueces, 1 2 Samuel, 1 2 Reyes y por “profetas posteriores” debe entenderse los profetas “mayores” (Isaías, Jeremías y Ezequiel) y Menores: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahún, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías.
El tomo II, de unas 1660 páginas, contiene los llamados “Escritos” o Ketubim (en los que incluyen Daniel y 1 2 Crónicas). Ahí se hallan Salmos, Job, Proverbios, Rut, Cantar de los cantares , Eclesiastés, Lamentaciones, Ester, Esdras y Nehemías
La traducción base española es la famosa de Francisco Cantera, de la edición de la “Biblioteca de Autores Cristianos” (B.A.C.), antigua ya, pero revisada con todo cuidado por dos especialistas, Juan Pedro Monferrer Sala y por Joan Ferrer, de modo que la traducción sea aún más literal (procurando no forzar la lengua término, la española), y con notas adicionales en las que se imprime una traducción más literal aún, que ayuda, sin duda a la comprensión. Los que durante años hemos utilizado la Biblia de Kittel-Kahle, con amplios márgenes en los que está impresa la traducción alemana clásica de Martín Lutero y colegas, vamos a agradecer muchísimo, que esas ojeadas al texto traducido, como ayuda de comprensión del hebreo, sea en nuestra propia lengua española.
Y el volumen III, el Nuevo Testamento presenta la conocida edición de Nestle-Aland y la traducción de Manuel Iglesias González (que tiene otra edición, en la B.A.C., del 2017, con muchas notas a modo de comentario).
En Internet pueden encontrarse más detalles de esta notable publicación.
De nuevo, mi más calurosa enhorabuena a la editorial Verbo Divino. Es una edición en la que han colaborado muchas personas y ha sido muy costosa, no solo en dinero, sino también en trabajo y coordinación. Será de mucho provecho para todos.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
www.antoniopinero.com