Escribe Antonio Piñero
El Libro de Tomás el Atleta, uno de los tratados gnósticos que aparecen en el II códice de los descubrimientos de textos gnósticos de Nag Hammadi (antigua Quenoboskión, cerca de Luxor). El libro se presenta a sí mismo como un diálogo entre el Revelador Jesús y Judas Tomás, en donde Jesús pronuncia y entrega Judas Tomás "palabras secretas" (es decir, llenas de sabiduría para los elegidos), transcritas por otro discípulo, llamado Matías.
El texto dice literalmente: “Palabras secretas que dijo el Salvador (sotér) a Judas Tomás, las que transcribí yo mismo, Matías, (mientras) iba andando oyéndolos hablar el uno con el otro”. Del mismo modo, el Evangelio de Tomás gnóstico, comienza con las siguientes palabras: “Éstos son los dichos secretos que Jesús el Viviente ha dicho y ha escrito Dídimo Judas Tomás”.
El momento de la revelación es previo a la ascensión del Salvador (138,23). Son éstos unos instantes propicios para la revelación, como si lo más sustancial de la doctrina del Revelador Jesús no se hubiera podido comunicar a sus discípulos más que cuando este último se había despojado ya del cuerpo.
Matías es el duodécimo discípulo que sustituye al traidor Judas, según Hechos de Apóstoles 1, no desempeña en la obra más que la función de secretario, mientras que Tomás desaparece en la segunda parte de la obra (desde 142,26). Es posible que la mención de Matías, se deba a la tradición de la Iglesia antigua que relacionaba a Mateo/Matías con la recopilación de "dichos del Señor" y que da lugar a la atribución del segundo evangelio al apóstol Mateo. Los lectores conocen casi seguro el celebérrimo texto de Papías de Hierápolis, citado por Eusebio de Cesarea, “Historia Eclesiástica” III 39,16, y, además, Hipólito, Refutación de las herejías VII 20,1; Clemente de Alejandría, Stromata o “Tapices”: II 9,45; III 4,26; VI 6,35. El texto de Papías dice que “Mateo… compuso en lengua hebrea (o aramea; el vocablo griego “hebraistí” no distinguía entre las dos lenguas) los dichos del Señor y cada uno los traducía como podía”)
Mateo o Matatías son variantes de un mismo nombre que significa "don de Dios"). Permítaseme un breve paréntesis: Matías es abreviación de Matatías y éste es el hebreo Mattitya, Mattiyahu, "don de Yahvé". Mateo es derivado de Matai o Matanyah, que tiene el mismo significado que el anterior. En griego aparece Mathaias, Matthaios, Matthias
Naturalmente Tomás es el apóstol mencionado en los evangelios y en los Hechos (Mt 10,3 par y Hch 1,13). El evangelio de Juan lo llama también Dídimo ("gemelo"), en griego, traduciendo literalmente el arameo T'oma'.
(sigue)
Aparte de Judas Iscariote, hallamos en el Nuevo Testamento un "Judas, (hermano o hijo) de Santiago" en Lucas 6,16 y Hechos 1,13, y "Judas, hermano de Santiago", el autodenominado autor de la Epístola de Judas. Tenemos también la mención de otro Judas en la lista de hermanos de Jesús que presentan Mt 13,55 y Mc 6,3.
Suponiendo que el segundo, tercero y cuarto Judas mencionados sean la misma persona, y que Santiago sea también el hermano de Jesús nominado en las listas de Mateo y Marcos, hallamos en el Nuevo Testamento una tradición bastante segura que nos habla de un Judas hermano de Jesús y de Santiago. Ahora bien, en el Nuevo Testamento la unión Judas-Tomás (cf. 138,2; 142,8) no aparece en ningún sitio.
Y lo curioso es los Hechos apócrifos de Tomás desde el cap. 1 hablan de Judas Tomás, hermano (gemelo) del Señor. Es esta una tradición extraña, dado que la virginidad absoluta y completa de María empieza a defenderse por algunos miembros notables de la Iglesia, como es el famoso pero desconocido autor del Protoevangelio de Santiago, cuyo núcleo originario suele fecharse hacia la mitad del siglo II, ya que lo tiene motivos teológicos que aparecen igualmente en Justino Mártir (hacia el 150) y en Clemente de Alejandría./ (hacia 180-190).
Según algunos investigadores, es muy posible que el nombre primitivo de Tomás fuera realmente el de Judas, al que se le añadió Tomás o "gemelo" (“dídimos” en griego) para diferenciarlo de Judas Iscariote. Esta tradición se perdió luego debido a la tendencia ortodoxa de eliminar el concepto de hermano (físico) de Jesús para defender la virginidad de María.
En el Libro de Tomás el atleta no hay manera de saber si este Judas Tomás, gemelo del Salvador (138,7), es entendido de un modo físico o espiritual (parentesco de “consustancialidad” del gnóstico con el Revelador, es decir, el espíritu del “gnóstico” es consustancial con el del Revelador que es divino). Teniendo en cuenta, sin embargo, la posible procedencia de Siria del Libro de Tomás el atleta, es bien posible que la referencia al "gemelo" posea un contenido físico, Judas-Tomás el gemelo del cuerpo carnal del Salvador y que la idea de que Jesús tenía un hermano, judas, que era gemelo suyo se hizo popular entre los cristianos.
Que Jesús tuvo hermanos carnales lo dice continuamente el Nuevo Testamento (siendo Mc 6,3 y Mt 13,55 y
Gálatas 1,19. Desde luego la idea de un hermano gemelo de Jesús no está en los Evangelios, pero el surgimiento de la leyenda se hace posible en unos momentos en los que el cristianismo se está helenizando.
Esto muy posible, ya que existía la posibilidad de que una divinidad hubiera engendrado un ser humano en el cuerpo de una mujer y que está hubiera concebido a la vez a otro por la unión con su esposo legítimo. Tal es el caso de Herakles /Hércules: Alcmena, la mujer de Anfitrión concibe a Herakles de Zeus y simultáneamente a Ificles de su marido.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
www.antoniopinero.com
El Libro de Tomás el Atleta, uno de los tratados gnósticos que aparecen en el II códice de los descubrimientos de textos gnósticos de Nag Hammadi (antigua Quenoboskión, cerca de Luxor). El libro se presenta a sí mismo como un diálogo entre el Revelador Jesús y Judas Tomás, en donde Jesús pronuncia y entrega Judas Tomás "palabras secretas" (es decir, llenas de sabiduría para los elegidos), transcritas por otro discípulo, llamado Matías.
El texto dice literalmente: “Palabras secretas que dijo el Salvador (sotér) a Judas Tomás, las que transcribí yo mismo, Matías, (mientras) iba andando oyéndolos hablar el uno con el otro”. Del mismo modo, el Evangelio de Tomás gnóstico, comienza con las siguientes palabras: “Éstos son los dichos secretos que Jesús el Viviente ha dicho y ha escrito Dídimo Judas Tomás”.
El momento de la revelación es previo a la ascensión del Salvador (138,23). Son éstos unos instantes propicios para la revelación, como si lo más sustancial de la doctrina del Revelador Jesús no se hubiera podido comunicar a sus discípulos más que cuando este último se había despojado ya del cuerpo.
Matías es el duodécimo discípulo que sustituye al traidor Judas, según Hechos de Apóstoles 1, no desempeña en la obra más que la función de secretario, mientras que Tomás desaparece en la segunda parte de la obra (desde 142,26). Es posible que la mención de Matías, se deba a la tradición de la Iglesia antigua que relacionaba a Mateo/Matías con la recopilación de "dichos del Señor" y que da lugar a la atribución del segundo evangelio al apóstol Mateo. Los lectores conocen casi seguro el celebérrimo texto de Papías de Hierápolis, citado por Eusebio de Cesarea, “Historia Eclesiástica” III 39,16, y, además, Hipólito, Refutación de las herejías VII 20,1; Clemente de Alejandría, Stromata o “Tapices”: II 9,45; III 4,26; VI 6,35. El texto de Papías dice que “Mateo… compuso en lengua hebrea (o aramea; el vocablo griego “hebraistí” no distinguía entre las dos lenguas) los dichos del Señor y cada uno los traducía como podía”)
Mateo o Matatías son variantes de un mismo nombre que significa "don de Dios"). Permítaseme un breve paréntesis: Matías es abreviación de Matatías y éste es el hebreo Mattitya, Mattiyahu, "don de Yahvé". Mateo es derivado de Matai o Matanyah, que tiene el mismo significado que el anterior. En griego aparece Mathaias, Matthaios, Matthias
Naturalmente Tomás es el apóstol mencionado en los evangelios y en los Hechos (Mt 10,3 par y Hch 1,13). El evangelio de Juan lo llama también Dídimo ("gemelo"), en griego, traduciendo literalmente el arameo T'oma'.
(sigue)
Aparte de Judas Iscariote, hallamos en el Nuevo Testamento un "Judas, (hermano o hijo) de Santiago" en Lucas 6,16 y Hechos 1,13, y "Judas, hermano de Santiago", el autodenominado autor de la Epístola de Judas. Tenemos también la mención de otro Judas en la lista de hermanos de Jesús que presentan Mt 13,55 y Mc 6,3.
Suponiendo que el segundo, tercero y cuarto Judas mencionados sean la misma persona, y que Santiago sea también el hermano de Jesús nominado en las listas de Mateo y Marcos, hallamos en el Nuevo Testamento una tradición bastante segura que nos habla de un Judas hermano de Jesús y de Santiago. Ahora bien, en el Nuevo Testamento la unión Judas-Tomás (cf. 138,2; 142,8) no aparece en ningún sitio.
Y lo curioso es los Hechos apócrifos de Tomás desde el cap. 1 hablan de Judas Tomás, hermano (gemelo) del Señor. Es esta una tradición extraña, dado que la virginidad absoluta y completa de María empieza a defenderse por algunos miembros notables de la Iglesia, como es el famoso pero desconocido autor del Protoevangelio de Santiago, cuyo núcleo originario suele fecharse hacia la mitad del siglo II, ya que lo tiene motivos teológicos que aparecen igualmente en Justino Mártir (hacia el 150) y en Clemente de Alejandría./ (hacia 180-190).
Según algunos investigadores, es muy posible que el nombre primitivo de Tomás fuera realmente el de Judas, al que se le añadió Tomás o "gemelo" (“dídimos” en griego) para diferenciarlo de Judas Iscariote. Esta tradición se perdió luego debido a la tendencia ortodoxa de eliminar el concepto de hermano (físico) de Jesús para defender la virginidad de María.
En el Libro de Tomás el atleta no hay manera de saber si este Judas Tomás, gemelo del Salvador (138,7), es entendido de un modo físico o espiritual (parentesco de “consustancialidad” del gnóstico con el Revelador, es decir, el espíritu del “gnóstico” es consustancial con el del Revelador que es divino). Teniendo en cuenta, sin embargo, la posible procedencia de Siria del Libro de Tomás el atleta, es bien posible que la referencia al "gemelo" posea un contenido físico, Judas-Tomás el gemelo del cuerpo carnal del Salvador y que la idea de que Jesús tenía un hermano, judas, que era gemelo suyo se hizo popular entre los cristianos.
Que Jesús tuvo hermanos carnales lo dice continuamente el Nuevo Testamento (siendo Mc 6,3 y Mt 13,55 y
Gálatas 1,19. Desde luego la idea de un hermano gemelo de Jesús no está en los Evangelios, pero el surgimiento de la leyenda se hace posible en unos momentos en los que el cristianismo se está helenizando.
Esto muy posible, ya que existía la posibilidad de que una divinidad hubiera engendrado un ser humano en el cuerpo de una mujer y que está hubiera concebido a la vez a otro por la unión con su esposo legítimo. Tal es el caso de Herakles /Hércules: Alcmena, la mujer de Anfitrión concibe a Herakles de Zeus y simultáneamente a Ificles de su marido.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
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