Escribe Antonio Piñero
22. «Lc 1– 2 abunda fuertemente en anhelos nacionalistas que contemplan el sometimiento y la humillación de los gentiles (especialmente 1,32 - 33 y 1,51 - 55, donde la virgen María habla como los Macabeos, en un ambiente de guerra). Del mismo modo Zacarías, en Lc. 1,68-74 (véase también Lc 2,38.).
He aquí los textos, que requieren poco comentarios. Obsérvese que el lenguaje empleado por María es idéntico a las proclamas nacionalistas que podemos encontrar en tiempos de los Macabeos. De hecho, se ha formulado la hipótesis de que Lucas ha utilizado para este capítulo fuentes baptistas (e de seguidores de Juan Bautista), quienes a su vez habían compuesto en honor de éste, a quien consideraban el mesías, salmos que no desdicen en nada el ambiente de guerra nacionalista, unido al espíritu de restauración de la gloria y del poderío de Israel prometido por Dios a su pueblo elegido, sobre todo en Isaías 56-66.
Recalco solo las frases que creo más significativas:
Lc 1,30-: El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; 31 vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. 32 El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; 33 reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin» .
1. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre
2. Reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin
· Lc 1,41: Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María (…) dijo: 45 ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!»
· Lc 1, 46-55: “Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor 47 y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador (…) Ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre 50 y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. 51 Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. 52 Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. 53 A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. 54 Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia 55 –como había anunciado a nuestros padres– en favor de Abrahán y de su linaje por los siglos».
Para caer en la cuenta bien del ambiente nacionalista judío ayuda mucho destacar las frases separadamente:
1. Desplegó la fuerza de su brazo,
2. Dispersó a los que son soberbios en su propio corazón.
3. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes.
4. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada.
5. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia
6. Como había anunciado a nuestros padres, en favor de Abrahán y de su linaje por los siglos».
La frase 1. indica que es Dios el que con su fuerza poderosa instaurará el Reino (¿con doce legiones de ángeles? (Mt 26,53)
Las frases 2. 3. 4. indican la revolución social que implica la instauración del reino de Dios, tal como se anuncia de Jesús, y que él efectivamente hace el centro de su predicación.
La frase 5 se concentra en el objeto del reino de Dios: Israel y no la universalidad del género humano. Con cuerda con una expresión clara de Jesús: “A estos doce envió Jesús, después de darles estas instrucciones: «No toméis camino de gentiles ni entréis en ciudad de samaritanos; dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel (Mt 10,5-6).
· Lc 1,67-74:
“Zacarías, su padre, quedó lleno de Espíritu Santo, y profetizó diciendo: 68 «Bendito el Señor Dios de Israel porque ha visitado y redimido a su pueblo. 69 y nos ha suscitado una fuerza salvadora en la casa de David, su siervo, 70 como había prometido desde tiempos antiguos, por boca de sus santos profetas, 71 que nos salvaría de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos odiaban 72 haciendo misericordia a nuestros padres y recordando su santa alianza 73 y el juramento que juró a Abrahán nuestro padre, de concedernos 74 que, libres de manos enemigas, podamos servirle sin temor 75 en santidad y justicia delante de él todos nuestros días”.
Lo que voy a destacar, simplemente fragmentándolo, pertenece, según Lucas, a lo que el padre de Juan Bautista desea para su hijo. Pero me parece absolutamente claro que Jesús solo se entiende bien si se enmarcan sus inicios en la estela del Bautista, como señalan Marcos y Mateo (sobre todo este último) haciendo que Jesús repita palabra por palabra en sus inicios la predicación del Bautista. Y no olvidemos que según ya la teología cristiana primitiva, Juan Bautista es el precursor de Jesús. Nadie puede ser el precursor de nadie si tiene un pensamiento absolutamente distinto.
1. «Bendito el Señor Dios de Israel porque ha visitado y redimido a su pueblo.
2. Nos ha suscitado una fuerza salvadora en la casa de David, su siervo,
3. Como había prometido desde tiempos antiguos, por boca de sus santos profetas,
4. Nos salvaría de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos odiaban
5. Haciendo misericordia a nuestros padres y recordando su santa alianza
6. El juramento que juró a Abrahán nuestro padre, de concedernos que
7. Libres de manos enemigas, podamos servirle sin temor, en santidad y justicia delante de él todos nuestros días”.
Estas siete frases pertenecen de nuevo a la teología de la restauración de Israel. Se trata del dominio físico y terreno de Israel, el pueblo elegido, sobre todas las naciones de la tierra, gracias al brazo de Yahvé. No hay en los pronunciamientos que pueden considerarse auténticos de Jesús –y que son estimados así por el consenso de los investigadores– ningún pasaje expreso de Jesús que contradiga formalmente este ambiente teológico de la restauración de Israel, o que lo extienda formal y expresamente a los paganos.
Ya falta poco para terminar la enumeración de las piezas de este “patrón de recurrencia” en los textos evangélicos.
Saludos cordiales de Antonio Piñero