Hoy escribe Antonio Piñero
Este conjunto de concepciones religiosas del gnosticismo puede reducirse en síntesis a diez principios fundamentales que pueden formularse así:
1. Existe un Dios Trascendente, al que se puede denominar Uno, Bien, Padre.
2. Esta divinidad es “compleja” y se proyecta hacia fuera. Esta proyección constituye el Pleroma o Plenitud de la divinidad.
3. Dentro del Pleroma uno de los eones divinos, denominado normalmente Sabiduría, cae en una suerte de un lapso o pecado.
4. Ese lapso da origen a la materia primordial y al Demiurgo, diferentes al mundo del Pleroma, que es todo espíritu.
5. El Demiurgo, no el Dios Trascendente, es el que crea directamente el universo y el hombre. Utiliza, por un lado, la materia primordial y, por otro, las formas o ideas de las cosas que contempla en el Pleroma o en el ser de su madre, Sabiduría.
6. La parte mejor y más auténtica del ser humano es el espíritu. Éste es como una centella o chispa divina porque procede del Dios trascendente a través de Sabiduría y de la insuflación del Demiurgo. Su patria está en el cielo.
7. Esa chispa divina está encarcelada en la materia, es decir en el cuerpo del hombre y en este mundo material.
8. La chispa divina debe retornar a donde procede. Esta vuelta constituye la salvación.
9. Un ser divino, denominado Redentor, Salvador o Revelador, desciende del Pleroma; con su revelación recuerda al hombre que posee esa centella; le ilumina y le instruye sobre el modo de hacerla retornar al ámbito del que procede.
10. La materia y el espíritu, el mundo de arriba y abajo son inconciliables. El que recibe la revelación y pretende salvarse debe rechazar todo lo material y corporal por medio de la ascesis.
Y con esto hemos terminado nuestra breve explicación de los fundamentos básicos de la gnosis y del gnosticismo que nos ayudarán (un poco) para entender los textos que hemos ido presentado acerca del Jesús gnóstico y su relación con las mujeres.
Mañana en la última nota de la serie sacaremos algunas consecuencias respecto a la posición de los gnósticos respecto a las mujeres.
Como son elementales, estoy seguro que la mayoría de los lectores las habrá sacado ya por su cuenta. Les invito que se las formulen antes de que lo haga yo.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
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