Notas

Qué piensa sobre los “Evangelios” la Historia de las formas (IV) (200-40)

Redactado por Antonio Piñero el Domingo, 15 de Agosto 2010 a las 00:59



Hoy escribe Antonio Piñero


Queda la cuarta y última característica de la consideración de los Evangelios desde el punto de vista crítico de la Historia de las formas (Heinrich Zimmermann, pp. 143s), con algunas aclaraciones y ampliaciones.

Si la finalidad intencionada de los Evangelios es el anuncio/proclamación de Cristo, entonces hay que admitir como necesaria la actualización de esta predicación. La predicación se hace en el momento presente, lo que lleva consigo a tener siempre en cuenta la existencia y las necesidades de una comunidad determinada, o porción de la Iglesia, en una situación o contexto vital determinado (recordemos: “Sitz im Leben”).

Con otras palabras, los dichos de Jesús se actualizan en todo momento según las necesidades litúrgicas, de la predicación, del estado concreto de la Iglesia y sus necesidades actuales… ¿Quién actualiza?

• Si se trata de dichos de Jesús los que actualizan son los profetas cristianos que hablan en su nombre y que se creen sinceramente poseedores del mismo espíritu de Dios Jesús. El mensajero es como si fuese la persona misma a la que representa, según un pensamiento judío antiguo, y del Medio Oriente en general.

• Si son acciones de Jesús o comentarios al respecto (y a veces también dichos), el que actualiza es el Evangelista o bien la “comunidad” que está detrás de él y de la que se hace portavoz.

Podemos darnos cuenta del alcance de esta última característica si nos fijamos en el caso del Evangelio de Mateo. Esta obra se redactó para un determinado grupo humano, presente en una determinada situación. En esa iglesia en la que vive “Mateo” se dejan traslucir –y se pueden determinar a través de las páginas del Evangelio leídas críticamente- dificultades, necesidades, discrepancias entre los miembros…, etc.

Así, parece que el autor tiene ante sus ojos –y quizás tenga que enfrentarse con- un grupo de “anomistas” (es decir, “antiley”, probablemente seguidores acérrimos y consecuentes de la teología paulina, que sentían escaso aprecio, o que incluso rechazaban la Ley de la tradición de lo que hoy llamamos Antiguo Testamento. Esto es lo que refleja Mt 7,15-23:


15 Cuidaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? 17 Así, todo árbol bueno da frutos buenos; pero el árbol malo da frutos malos. 18 Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. 19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado al fuego. 20 Así que, por sus frutos los conoceréis. 21 No todo el que me dice: "Señor, Señor", entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?" 23 Y entonces les declararé: "Jamás os conocí; apartaos de mi, los que practicáis la iniquidad.


Aquí parece evidente que sobre un posible trasfondo de alguna palabra suelta de Jesús que avisaba en contra de la teología de algunos de sus enemigos intelectuales (por ejemplo, otros fariseos que interpretaban la Ley de modo distinto) tenemos claramente una formulación actualizada que refleja un momento postpascual, de la Iglesia , en la que grupos rivales de judeocristianos presentan un grave peligro para la interpretación dels sentido de la Ley imperante en la comunidad mateana.


O igualmente en Mt 13,41 y 24,11-12:

13,14: “El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que son piedra de tropiezo y a los que hacen iniquidad;”

24,11-12: “Y se levantarán muchos falsos profetas, y a muchos engañarán. Y debido al aumento de la iniquidad, el amor de muchos se enfriará”.

La comunidad o Mateo tiene que `prevenir la apostasía de algunos cristianos, que se escandalizan de la muerte en cruz de Jesús , como en Mt 11,6:

“Y bienaventurado es el que no se escandaliza de mí.” (= generalización de la comunidad o del evangelista, de un “escándalo” concreto).

O Mt 13,57:

“Y se escandalizaban a causa de El. Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa”. O Mt 16,23: “Pero volviéndose El, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! Me eres piedra de tropiezo; porque no estás pensando en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.”

O la generalización del grupo de los Doce en la institución de una iglesia postpascual en la que no había pensado el Jesús histórico: Mt 16,17-18: “Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”.

O, por último, la generalización postpascual de la misión universal que es un reflejo ampliado y con una teología semitrinitaria de la misión que encargó Jesús en vida a sus discípulos de predicar en los pueblos y villas de Israel la pronta venida del r Dios sobre la tierra (Mt 10,6ss: “Id a las ovejas de Israel…”).

El evangelio cumple con su misión redactando una obra con ayuda de una tradición que encuentra. Sigue en su libro el desarrollo de la vida pública, terrestre, de Jesús , pero considerándolo ya como un reflejo adelantado del Señor resucitado. Lora así que los cristianos de su iglesia encuentren una respuesta a sus problemas no ya en Jesús (historia) sino en Jesucristo (fe). No es propia ni estrictamente el evangelista el que habla, sino que hace hablar a través de su obra al Señor glorificado, que es quien se dirige a la comunidad.

El Evangelio de Juan no hará otra cosa que llevar esta tendencia al extremo.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com




Domingo, 15 de Agosto 2010
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