Hoy escribe Antonio Piñero
Prometimos en la nota anterior enumerar las características fundamentales del género literario “evangelio”, que son cuatro e importantes, según Heinrich Zimmermann (p. 142s), al que seguimos con pequeñas variaciones.
1. “La primera es la indudable proximidad a la tradición sobre Jesús, que se manifiesta en la conexión con la tradición ya formada y el estado en el que se conserva ulteriormente. Los evangelistas son en realidad ‘compiladores’ –aunque no exclusivamente-, transmisores, redactores.
“Este hecho se advierte en el modo como yuxtaponen, de una manera más o menos suelta las perícopas, cada una de ellas unidad ‘conclusa’, que cuenta con su correspondiente historial antes de haberlas situado el evangelista en el marco de su Evangelio. Al fijar esta característica queda dicho que no se trata, en los Evangelios, de una literatura ‘hecha’, elaborada, sino que se ha ido haciendo; pero por lo mismo no es una mera creación subjetiva, sino una cuidada redacción que tiene por fondo una tradición elaborada por muchas bocas y manos.
2. Como segundo rasgo característico pondríamos el marco común que se encuentra en los cuatro evangelios y que debe su estructura tal vez al kerigma (“proclamación” tanto en el culto como misionera) que se dio con anterioridad. El trazado del Evangelio de Marcos no coincide exactamente con el de los otros dos Sinópticos y se separa del de Juan; sin embargo nos encontramos prácticamente con el mismo marco narrativo en los cuatro evangelios.
Se podría dibujarlo del modo siguiente: ‘Con el bautismo de Juan comienza el período de la actividad de Jesús en público, llena de hechos milagrosos y de enseñanza. Se cierra este periodo con la pasión y muerte de Jesús como Señor. Es característico que en los cuatro evangelios se dedique un espacio considerable, casi se diría que desproporcionado, a la pasión de Jesús.
También aquí nos encontramos ante otra propiedad manifiesta de los Evangelios, pues tienen como punto de vista el que la pasión de Jesús no es obra de la voluntad de los hombres, sino de la de Dios. Es esa la que conduce la trama, y no los judíos, enemigos de Jesús, los que actúan, sino Dios.
La tercer y cuarta características es que a) la predicación adopta la forma de una exposición ‘histórica’ y que la actualización de la historia es absolutamente necesaria. Lo vemos el próximo día.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
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