Notas

Qué es la “apocalíptica” / la “tradición apocalíptica” (II) (110-15)

Redactado por Antonio Piñero el Domingo, 25 de Octubre 2009 a las 06:32

Hoy escriben Florentino García Martínez y Antonio Piñero

Afortunadamente, ya durante el mismo congreso de Upsala (mencionado en la postal del domingo anterior) y en las publicaciones posteriores de los años ochenta del siglo pasdo se había abierto camino <una nueva comprensión de la apocalíptica, que es la predominante hoy día y la que aquí empleamos en esta serie. Esta concepción acepta una buena parte de los resultados depuradores y esclarecedores que el esfuerzo por definir la apocalíptica y el género literario “apocalipsis” han producido, y asume el rigor terminológico que los trabajos precedentes han impuesto.

Pero al mismo tiempo no se resigna a la reducción de la apocalíptica a un simple género literario, convencida de que sin la apocalíptica no es posible comprender los apocalipsis..., y en definitiva la parte correspondiente del cristianismo.

En síntesis, si el Libro de los Vigilantes, el Libro de los Sueños y la Epístola de Henoc, tres verdaderos apocalipsis de origen y de época diversa, pudieron ya en el siglo I de la era común ser recogidos e integrados en la unidad superior que es el Libro I de Henoc, que nosotros conocemos, y que es a su vez un verdadero apocalipsis, esto fue posible porque esas tres obras reflejaban, a pesar de las diferencias, una misma corriente de pensamiento, porque eran herederas de una misma tradición, y no porque las tres pertenecían a un mismo género literario que como tal era completamente desconocido para los autores mismos que escribían apocalipsis.


Esta concepción de la apocalíptica se ha desarrollado a lo largo de dos líneas de investigación:

• Una, tipificada por Paolo Sacchi, cuya obra hemos reseñado repetidas ves en este blog (en Internet puede verse una larga lista de sus obras al respecto). Sacchi interpreta la apocalíptica en una perspectiva histórica y traza la evolución de sus ideas maestras y su desarrollo mediante la interacción con otras corrientes de pensamiento del judaísmo de la época;

• La otra, representada por L. Hartman y D. Hellholm:

- Del primero señalamos: D. Hellholm, Das Visionenbuch des Hermas als Apokalypse : “El libro de las visiones de Hermas como Apocalipsis”(Lund 1980);

- Del segundo: “The Problem of Apocalyptic Genre and the Apocalypse of John” : “El problema del género apocalíptico y el Apocalipsis de Juan” en la colección de ensayos Society of Biblical Literature Seminary Papers 1982 (Chico 1982) 157-198), desarrolla un acercamiento sintagmático e intenta precisar la función sociolingüística de los textos e iluminar en qué sentido la forma misma es transmisora de contenido.

En esta concepción, que es la que aquí empleamos, la apocalíptica es una corriente de pensamiento (a la que posteriormente se unieron sobre todo esenios, y unos pocos fariseos) que nace en el contexto religioso y cultural concreto del judaísmo postexílico, que se desarrolla durante un largo período de tiempo reaccionando interactivamente con otras corrientes de pensamiento del medio ambiente judío, como la tradición profética o la tradición sapiencial, y que se plasma en las distintas obras que designamos como “apocalipsis”.

Esta corriente de pensamiento debía ser lo suficientemente compleja para poder engendrar obras tan diversas como son los distintos apocalipsis y lo suficientemente poderosa como para conseguir que uno de sus productos representativos, una buena parte del Libro de Daniel, consiguiera ser aceptado en el canon de la Escritura.

En el interior de esta tradición apocalíptica judía, cuyas principales fases de desarrollo podemos ahora seguir desde su primer producto literario conservado (el Libro de los Vigilantes) hasta sus representantes de finales del siglo I d.C. (como el Libro IV Esdras o Apocalipsis siríaco de Baruc) se desarrollan ciertas ideas características, como

• La explicación del origen del mal en el mundo como resultado de la intervención de un agente angélico,

• El determinismo el dominio sobre el mundo de las fuerzas del mal y la destrucción final de estas fuerzas por el juicio divino,

• El paso de una estructura metahistórica a una estructura histórica y la periodización de la historia,

• La comunión con el mundo angélico,

• El tema de la mediación entre el hombre y Dios,

• El desarrollo de las figuras mesiánicas,

• La resolución del problema de la retribución mediante la resurrección, por no citar más que algunas de la larga lista que podría componerse.

Estas ideas, por supuesto, no aparecen siempre bajo la misma forma ni se encuentran todas y cada una de ellas en cada apocalipsis. Sobre todo, aparecen formuladas no con nuestro lenguaje teórico y abstracto, sino en un lenguaje mitopoético, imaginativo más que descriptivo, lleno de cisiones y ensueños, transportes y raptos del alma, etc., un lenguaje que más que explicar la revelación que transmite intenta hacer participar de la experiencia visionaria que refleja, un lenguaje que debe, por tanto, ser respetado, puesto que es el vehículo esencial de esa comunicación.

Concluiremos pronto.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

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• Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata de mismo tema, pero el viernes y el sábado pasados se trató de lo siguiente:

• Si se compuso el Evangelio de Marcos después del año 70 ¿destrucción del templo de Jerusalén.

• Dónde y para qué tipo de lectores se compuso el Evangelio de Marcos

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• Magíster de "Ciencias de las Religiones" Universidad PABLO DE OLAVIDE, Sevilla (Véase postal de 26-06-2009)

Para obtener más información:

http://www.upo.es/historia_antigua/master_religiones/index.jsp

Saludos de nuevo.



Domingo, 25 de Octubre 2009
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