Notas

Qué dice el artículo “mesías” (II) del “Diccionario enciclopédico de exégesis y teología bíblica” (194-03)

Redactado por Antonio Piñero el Viernes, 29 de Julio 2011 a las 07:22

Hoy escribe Antonio Piñero


Seguimos presentando, como en las dos notas anteriores, el novísimo “Diccionario enciclopédico de exégesis y teología bíblica” de la Editorial Herder (Barcelona 2011). Continuamos con la exposición del contenido del artículo “mesías”


I “El primer centro de gravedad de los textos ‘mesiánicos’ del Antiguo Testamento debe situarse en los libros proféticos, aunque no en los profetas más antiguos (donde no parece el mesianismo), pues los críticos piensan con toda razón que los textos de Amós 9,11-12

“En aquel día yo levantaré el Tabernáculo de David, caído, y cerraré sus portillos, y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado; 12 para que aquellos sobre los cuales es llamado mi nombre, posean el resto de Idumea, y a todos los gentiles, dijo el Señor que hace esto.”

y Oseas 3,5

“Después volverán los hijos de Israel, y buscarán al Señor su Dios, y a David su rey; y temerán al Señor y a su bondad en el fin de los días.”

son añadidos o glosas posteriores que anuncian el restablecimiento del reinado de David ya ocurrido (pero en tiempos de Jesús se consideraban como verdaderas profecías que anunciaban el reino futuro de David).

Son especialmente discutidos por la crítica histórica en lo que atañe a su calidad mesiánica, su antigüedad y –a este respecto- su autenticidad y su contexto, los siguientes pasajes de Isaías 7,10-17; 9,2-6; 11,1-9. Los presentamos seguidos para recordarlos.

Isaías 7,10-17:

“Y habló más el Señor a Acaz, diciendo: 11 Pide para ti señal del Señor tu Dios, demandándola en lo profundo, o arriba en lo alto. 12 Y respondió Acaz: No pediré, y no tentaré al Señor. 13 Dijo entonces Isaías : Oíd ahora, casa de David. ¿No os basta ser molestos a los hombres, sino que también lo seáis a mi Dios? 14 Por tanto, el mismo Señor os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emmanuel. 15 Comerá manteca y miel, hasta que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno.
16 Porque antes que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, la tierra que tú aborreces será dejada de sus dos reyes. 17 El Señor hará venir sobre ti, y sobre tu pueblo, y sobre la casa de tu padre, días cuales nunca vinieron desde el día que Efraín se apartó de Judá, es a saber , al rey de Asiria”


Isaías 9,2-6:

2 El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos. 3 Aumentando la gente, no aumentaste la alegría. Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten despojos. 4 Porque tú quebraste su pesado yugo, y la vara de su hombro, y el cetro de su opresor, como en el día de Madián…5 Porque nos ha nacido un niño, se nos ha dado un hijo; y el principado se asiente sobre sus hombros. Y se llamará Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. 6 La grandeza del señorío, y la paz, no tendrán término sobre el trono de David, y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo del Señor de los ejércitos hará esto.”

Isaías 11,1-9:

“Y saldrá una vara del tronco de Jesé, y un renuevo retoñará de sus raíces. 2 Y reposará sobre él el Espíritu del Señor, Espíritu de sabiduría y de inteligencia, Espíritu de consejo, y de fortaleza, Espíritu de conocimiento y de temor del Señor; 3 y le hará oler en el temor del Señor. No juzgará según la vista de sus ojos; ni argüirá por lo que oyeren sus oídos. 4 Sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío. 5 Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fe cinto de sus riñones. 6 Morará el lobo con el cordero, y el tigre con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. 7 La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. 8 Y el niño jugará sobre la cueva del áspid; y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna del basilisco. 9 No harán mal, ni dañarán en todo mi santo Monte; porque la tierra será llena del conocimiento del Señor, como las aguas cubren el mar”.


La interpretación conjunta, sincrónica, de estos pasajes, en el conjunto del libro de Isaías como un todo tiende a considerarlos tardíos (no del siglo VIII a.C., sino del exilio o posteriores) y que son una explicación colectiva de la figura real como referida a la comunidad del “resto” de Sión (al igual que Isaías 49,3 interpreta al “siervo de Yahvé” como el conjunto del pueblo israelita).

El análisis diacrónico (que considera estos pasajes a lo largo del tiempo) pone al descubierto el proceso de interpretación. En él núcleo de Is 7,10-17 hay un oráculo del primer Isaías que anuncia un nacimiento (vv. 14b-16) y que se refiere al sucesor en el trono del rey Acaz al que se llamará ‘Dios con nossotros’ = hebreo Immanuel (naturalmente la madre era virgen o mejor “mujer joven” –así en hebreo la palabra ‘almah del texto, pero luego concibió del rey de modo normal).

Pero los primeros discípulos del profeta reinterpretaron ya el oráculo del nacimiento en el sentido de una señal nefasta para la dinastía de David (vv. 14a y 17).

Y más adelante, aunque se mantuvo el v. 17 (anuncio de males) otros discípulos del profeta vieron en el futuro Immanuel el guía glorioso del ‘resto’ del pueblo que sería conservado por Dios a pesar del castigo (cvv. 15-22).

Luego, la promesa en conjunto de Is 7,10-17 dio pie a posteriores reinterpretaciones mesiánicas en la traducción al griego de los Setenta (quizás del siglo II a.C. en Isaías en concreto o un poco anterior) y de ahí pasó a interpretarse al Nuevo Testamento que vio en ello el anuncio virginal del mesías puesto que los Setenta tradujeron ‘almah (“virgen” o mujer joven casadera” por parthenos, “virgen” estricta, en griego.

El texto de Isaías 9,5 empalma con Is 7,14 (alusión al nacimiento), por lo que los dos textos –oráculos diferentes en principio- fueron considerados como complementarios. Dios crea las condiciones para un dominio pacífico permanente del Salvador ideal del linaje de David. El canto de acción de gracias de Is 9 pudo surgir en tiempos del rey Josías (= 641-602 a.C. por tanto muy posterior al primer profeta que era del siglo VIII).

El texto de Isaías 11,1-5. 6-8. 9 describe, apoyándose en Is 9 el reinado pacífico del nuevo David en una creación libre de violencia, marcada por la presencia de la salvación de Dios. Y esta promesa surgió, sin duda, en los labios de un profeta posterior al exilio.

Seguiremos
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com

Viernes, 29 de Julio 2011
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