PREGUNTA:
¿Cuál es su explicación para que grandes historiadores de hoy, expertos en el siglo I sean fervientes creyentes en el Jesús celestial y otros grandes historiadores de hoy, expertos en el siglo rimero de Israel como usted, sean pertinaces ateos (no sé si usted es ateo o agnóstico) ?
Responder
No tengo explicación científica alguna. Sólo algunas consideraciones elementales.
La primera es que esos “fervorosos creyentes”, como Usted los denomina, no son creyentes al modo usual. Creen más o menos en la existencia de un Dios, e incluso en un mediador humano de una brumosa salvación que utiliza el Dios trascendente para comunicarse con los humanos. En mi opinión creen en ese Dios que “habita” a una “dimensión” superior, no comprensible. Pero ––opino– no creen en los mitos cristianos usuales, como que Dios tiene un hijo; que lo envía al mundo para morir; que esa muerte es un sacrificio sangriento que lava los pecados; que su concepción fue virginal, etc. Su creencia es más simple y fuerte en una cierta divinidad, pero nos son creyentes al modo católico estricto, y no siquiera al modo cristiano.
La segunda es que la mente humana es más que variada e insondable. No podemos penetrar en las profundidades de otro.
Tercera: hay ––afirman–– unas doscientas clases de inteligencia. Y se puede ser muy listo en astrofísica y, a la vez, no haber desarrollado otro tipo de inteligencia, como la crítica. Estará de acuerdo conmigo que hay gente inteligentísima, teórica, pero no tiene la menor “inteligencia emocional”: no saben cómo relacionarse. De igual modo, se puede haber desarrollado mucho a inteligencia en un ámbito y no haberla desarrollado en el terreno de la crítica histórica. Esa es un producto de la madurez humana, a la que muchos muy inteligentes teóricos no llegan
Cuarta: se nota su sesgo al contraponer “fervientes creyentes” y pertinaces ateos”. A Usted se le ve demasiado esa visión tendenciosa. No diga que la tenemos solo los que somos agnósticos.
Así que en resumidas cuentas: no sé responderle con exactitud a su pregunta. Es más creo que una respuesta convincente es imposible.
Saludos cordiales de Antonio Piñero