Notas

Martirio de los santos Nereo y Aquiles

Redactado por Antonio Piñero el Lunes, 21 de Enero 2013 a las 00:12

Hoy escribe Gonzalo del Cerro

Hechos de Nereo y Aquiles

Circunstancias de estos Hechos

El título de estos Hechos Apócrifos de Nereo y Aquiles es en la versión griega Martirio de los santos Nereo y Aquiles. La denominación de este apócrifo aparece en la literatura como Hechos de Nereo y Aquiles por el influjo de la edición de H. Achelis. Por fidelidad al texto griego original, prefiero referirme a esta obra con el título de Martirio, aun reconociendo que ninguno de estos títulos hace justicia a la realidad del texto.

En la apreciación del autor griego de estos Hechos, el contenido de la obra se reduce al relato del martirio de sus dos protagonistas. La edición de H. Achelis, tanto en el texto como en el comentario, pone como epígrafe la inscripción latina Acta Nerei et Achillei (“Hechos de Nereo y Aquiles”). Sin embargo, está claro que la obra es muy distinta de los conocidos Hechos Apócrifos de los Apóstoles. No hay aquí unos protagonistas reales que constituyan el eje de la narración. Ni siquiera el relato de su martirio forma parte de la narración central de los Hechos, sino que es una noticia comunicada circunstancialmente a Marcelo con una breve exposición de los sucesos. Marcelo es el cristiano que, según cuentan los Hechos de Pedro, apostató de la fe por influjo de Simón Mago, pero se convirtió de nuevo por la acción del apóstol Pedro (HchPe 8-10).

La carta da la noticia de la muerte de los santos epónimos de estos Hechos, una carta que es la respuesta a la que Marcelo dirigió a Nereo y Aquiles para informar sobre el resultado del contencioso entre el apóstol Pedro y Simón Mago. El Apóstol y el Mago forman una pareja de personajes que reflejan un enfrentamiento paradigmático, del que ofrecen detalles obras numerosas e importantes en el origen de la mentalidad cristiana. El relato aporta datos sobre las vidas y conductas de ambos contendientes. Encabezan la carta los futuros mártires Eutiquio, Victorino y Marón como remitentes del mensaje.

El capítulo primero de estos Hechos es una confesión de intenciones. Se refiere a los mártires en general y al valor ejemplar del testimonio de su martirio. Sólo después, y como ejemplo que confirma el objetivo del autor, aparece mencionada la nobilísima virgen “Domitila, prima del emperador Domiciano”. Esta ilustre dama tenía dos “eunucos como ayudas de cámara” (koubikoularíous), convertidos a la fe cristiana y bautizados por el apóstol Pedro. Según el texto, desarrollan una intensa catequización de su ama Domitila para persuadirla de las excelencias de la virginidad y de los inconvenientes de la vida matrimonial.

Estaban desterrados con su señora en la isla Poncia, donde encontraron a dos discípulos de Simón Mago que ensalzaban la fama de su maestro y tachaban a Pedro de enemigo del género humano. Aparece el conocido enfrentamiento hostil entre el apóstol Pedro y el mago Simón. Nereo y Aquiles escribieron una carta a Marcelo, discípulo en otro tiempo de Simón Mago, en la que solicitaban datos sobre el enfrentamiento que mantuvieron ambos personajes, así como sobre sus vidas y doctrinas. Con la noticia de esta carta (c. 11), desaparecen sin más de la narración los “protagonistas”, más bien epónimos de estos Hechos. Cuando llegó la respuesta de Marcelo, larga y detallada, hacía treinta días que Nereo y Aquiles habían muerto decapitados en Terracina.

(Santa Domitila con los santos Nereo y Aquiles)

Saludos cordiales. Gonzalo del Cerro


Lunes, 21 de Enero 2013
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