Escribe Antonio Piñero
Pregunta:
Profesor encuentro curioso que usted comente que la creencia en la resurrección de Jesús sea lo que conserve o justifique la existencia del cristianismo, mas sin embargo no fue necesario para Cerinto ya que este creía que Jesús habia muerto y resucitaría despues al final de los tiempos junto con los demas hombres. ¿Como se explica esto?
RESPUESTA:
No son ideas contradictorias. De Cerinto sabemos poquísimo, porque todo se ha perdido; sólo a partir de Ireneo de Lyon (Refutación de las herejías I 26 y III 3.11. Ni quiera es seguro, sino muy probable, de él eso que Usted dice. Cerinto suele considerarse un gnóstico de finales del siglo I o principios del segundo, en cuanto a su doctrina de la creación no por medio de Dios sino por el Demiurgo… y en su idea de que el Jesús real es celeste que se encarnó en un Jesús humano al que abandonó en el momento de la crucifixión. Y es totalmente ebionita en sus creencias de que este Jesús humano no tuvo un nacimiento sobrenatural, que sí tuvo una muerte natural en la crucifixión (pero que no valió de nada de hecho para la salvación), y de que resucitará en el último día..
Al ser un gnóstico, el Jesús apariencial o terreno no le vale en realidad, sino el Jesús celeste como revelador de la gnosis, conocimiento, que es lo único que salva, no el sacrificio de la cruz. Y la resurrección la tiene el Jesús Revelador “desde siempre”, pues nunca murió. Y el creyente ha resucitado ya desde el momento en el que cree en el Revelador.
Pero yo no hablo de este cristianismo, sino del de Pablo, interpretado sobre todo por los Evangelios, por el autor de la Carta a los hebreos y por otros discípulos como el autor de Colosenses, etc. Esta es la base del cristianismo actual y para él es absolutamente básico que Jesús fuera el mesías, un hombre auténtico, pero luego elevado por Dios (cada uno lo explica como puede) al ámbito de lo divino, y que resucitó realmente. Sin esto, no hay el cristianismo de hoy… no existiría.
Pregunta:
Entendiendo que considerar y dogmatizar al Espíritu Santo como Deidad y parte de la Trinidad fue un asunto del cristianismo dominante y los Concilios, ¿cómo el pueblo hebreo entendía la figura del Espíritu Santo o Espíritu de Dios en el AT, y luego en el Judaísmo del Segundo Templo, por ejemplo, en la Apócrifa y Pseudoepígrafa?
¿Algunos libros de referencia?
RESPUESTA:
Su pregunta es vastísima. No es posible resumirle en unas líneas lo que pregunta Usted porque se han escrito libros enteros solo para responder a una parte de ella.
Le ruego que consulte grandes diccionarios de la Biblia y de los Apócrifos en alguna buena Biblioteca de Teología y allí encontrará bibliografía abundante. Puede usted consultar la revista “Old Testament Abstracts” y el “Elenchus Bibliographicus Biblicus”, publicado anualmente por la revista “Biblica”. Si se lee bien inglés, hay que buscar la versión inglesa del Theologisches Wörterbuch zum neuen Testament”, diccionario maravilloso y completísimo, que siempre he usado en alemán para enterarme de lo sustancial de cada vocablo y familia de ellos, y el artículo Heiliger Geist de la “Theologische Realenzyklopädie”. Busque también en la Jewish Encyclopedia.
De mis tiempos de estudiante recuerdo que leí un libro muy bueno, de Peter Volz, Der Heilige Geist im Altem Testament”, pero no recuerdo más sobre la editorial. El libro era de 1929, pero totalmente completo y magnífico.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
Pregunta:
Profesor encuentro curioso que usted comente que la creencia en la resurrección de Jesús sea lo que conserve o justifique la existencia del cristianismo, mas sin embargo no fue necesario para Cerinto ya que este creía que Jesús habia muerto y resucitaría despues al final de los tiempos junto con los demas hombres. ¿Como se explica esto?
RESPUESTA:
No son ideas contradictorias. De Cerinto sabemos poquísimo, porque todo se ha perdido; sólo a partir de Ireneo de Lyon (Refutación de las herejías I 26 y III 3.11. Ni quiera es seguro, sino muy probable, de él eso que Usted dice. Cerinto suele considerarse un gnóstico de finales del siglo I o principios del segundo, en cuanto a su doctrina de la creación no por medio de Dios sino por el Demiurgo… y en su idea de que el Jesús real es celeste que se encarnó en un Jesús humano al que abandonó en el momento de la crucifixión. Y es totalmente ebionita en sus creencias de que este Jesús humano no tuvo un nacimiento sobrenatural, que sí tuvo una muerte natural en la crucifixión (pero que no valió de nada de hecho para la salvación), y de que resucitará en el último día..
Al ser un gnóstico, el Jesús apariencial o terreno no le vale en realidad, sino el Jesús celeste como revelador de la gnosis, conocimiento, que es lo único que salva, no el sacrificio de la cruz. Y la resurrección la tiene el Jesús Revelador “desde siempre”, pues nunca murió. Y el creyente ha resucitado ya desde el momento en el que cree en el Revelador.
Pero yo no hablo de este cristianismo, sino del de Pablo, interpretado sobre todo por los Evangelios, por el autor de la Carta a los hebreos y por otros discípulos como el autor de Colosenses, etc. Esta es la base del cristianismo actual y para él es absolutamente básico que Jesús fuera el mesías, un hombre auténtico, pero luego elevado por Dios (cada uno lo explica como puede) al ámbito de lo divino, y que resucitó realmente. Sin esto, no hay el cristianismo de hoy… no existiría.
Pregunta:
Entendiendo que considerar y dogmatizar al Espíritu Santo como Deidad y parte de la Trinidad fue un asunto del cristianismo dominante y los Concilios, ¿cómo el pueblo hebreo entendía la figura del Espíritu Santo o Espíritu de Dios en el AT, y luego en el Judaísmo del Segundo Templo, por ejemplo, en la Apócrifa y Pseudoepígrafa?
¿Algunos libros de referencia?
RESPUESTA:
Su pregunta es vastísima. No es posible resumirle en unas líneas lo que pregunta Usted porque se han escrito libros enteros solo para responder a una parte de ella.
Le ruego que consulte grandes diccionarios de la Biblia y de los Apócrifos en alguna buena Biblioteca de Teología y allí encontrará bibliografía abundante. Puede usted consultar la revista “Old Testament Abstracts” y el “Elenchus Bibliographicus Biblicus”, publicado anualmente por la revista “Biblica”. Si se lee bien inglés, hay que buscar la versión inglesa del Theologisches Wörterbuch zum neuen Testament”, diccionario maravilloso y completísimo, que siempre he usado en alemán para enterarme de lo sustancial de cada vocablo y familia de ellos, y el artículo Heiliger Geist de la “Theologische Realenzyklopädie”. Busque también en la Jewish Encyclopedia.
De mis tiempos de estudiante recuerdo que leí un libro muy bueno, de Peter Volz, Der Heilige Geist im Altem Testament”, pero no recuerdo más sobre la editorial. El libro era de 1929, pero totalmente completo y magnífico.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com