Notas

Literatura Pseudo Clementina. Las Homilías griegas.

Redactado por Antonio Piñero el Domingo, 23 de Noviembre 2014 a las 21:15

Hoy escribe Gonzalo Del Cerro

Homilía IX

Estrategias de la posesión diabólica

Pedro sigue hablando de los detalles de la posesión diabólica con la intención de poner al descubierto sus prácticas para proteger a los posesos de sus peligros y anular los intentos y los proyectos del diablo. Muchos posesos falsifican oráculos y curaciones realizadas según ellos por los ídolos sin vida ni sensación y hasta las confirman con juramentos (Hom IX 18,1). Muchos no dudan en ofrecer salarios para sufrir dolencias mediante fantasías con el objeto de proclamar luego que han sido curados por la intervención de ídolos insensibles.

La magia interpretada como poder divino

Lo que es objeto de la magia de los demonios es presentado como efecto del poder soberano de los dioses ocultos en estatuas de material inerte. Es el engaño supremo, que no es otra cosa que un plan para desviar a la humanidad del camino de su salvación y hundirla en la miseria de la mentira y la perdición. La magia que desde el principio fue usada para curar y adivinar es interpretada como manifestación de los poderes de unos dioses ocultos en estatuas y templos.

La paciencia de Dios

Pedro proclama con una cierta solemnidad el poder y la voluntad de Dios para contrarrestar los planes. Como bueno y justo que es, tiene paciencia para aguardar el momento del arrepentimiento de los pecadores y su práctica de buenas obras. Cuando llegue el día del juicio divino, su vida ordenada tendrá el reconocimiento correspondiente y en consecuencia disfrutarán de la recompensa de sus merecimientos.

De acuerdo con estas perspectivas, Pedro recomienda a sus oyentes que adopten una actitud de obediencia a la palabra de Dios y se pongan manos a la obra. Es el momento de comenzar ya a oponerse a los malos deseos y razonamientos para recuperar la primera religión salvífica que fue encomendada a la humanidad. Inmediatamente surgirán bienes para los fieles, por los cuales abandonarán en adelante la experiencia de los males. Por todo deben dar gracias a Dios que les suministra los bienes para que puedan disfrutar para siempre con el rey de la paz de esos bienes inefables.

El remedio a la posesión diabólica es el bautismo

La solución a la problemática planteada por la posesión diabólica y sus intentos está en el bautismo y sus efectos. Lo explica de forma plástica y contundente el apóstol: “Bañándoos en un perenne río, o en una fuente o hasta en el mar con la invocación tres veces bienaventurada, no solamente podréis expulsar los espíritus que acechan dentro de vosotros, sino que vosotros mismos, no volviendo a pecar y creyendo en Dios sin dudar, expulsaréis los malos espíritus de los demás y los demonios difíciles con las terribles dolencias que provocan” (Hom IX 19,4).

Ante todo, el baño sagrado en aguas vivas con la triple invocación trinitaria o fórmula ritual del bautismo, que el autor define de esta forma un tanto tímida. La consecuencia es la expulsión de los demonios que pretenden implantar su dominio en el cuerpo y en el alma de los señalados para la posesión diabólica. Pero además los bautizados no volverán al camino de una conducta indigna. Su fe en Dios los hará capaces de expulsar también a los demonios de los demás posesos. Y como el poder de Dios está muy por encima del de los malos espíritus, no habrá demonio difícil que pueda resistirse al poder de la fe del bautizado. Huirá, pues, el demonio definitivamente con sus pretensiones y las dolencias que su presencia provocaba.

Saludos cordiales. Gonzalo Del Cerro


Domingo, 23 de Noviembre 2014
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