Hoy escribe Gonzalo Del Cerro
Las homilías griegas V-VI
Eficacia o ineficacia de la magia
En el debate entre Apión y Clemente, quedaba abierta la promesa de explicar el sentido y la eficacia de la magia. Clemente había fingido una especie de mal de amores, al que su buen amigo Apión prometía poner remedio con sus artes mágicas. El problema era que Clemente no tenía fe en la magia, porque había padecido muchas decepciones en su vida por su buena voluntad y su credibilidad en la palabra de los demás.
Base filosófica de la magia
Apión comienza asegurando que tiene mayores conocimientos que Clemente sobre los temas mágicos. Y explica la magia como el sometimiento de los demonios bajo el poder de los ángeles. Esta situación es el origen de lo que los hombres interpretan como magia. Explica esa sumisión como la de los soldados a los generales, o la de los generales al emperador. La desobediencia a los superiores lleva consigo el castigo correspondiente, tanto más cuando más alta es la autoridad que ha recibido el desaire.
Cada persona tiene su lugar en la vida de la sociedad. Lo mejor es buscar el lugar idóneo y la función correspondiente. Había un concepto en la cultura griega escondido bajo el término técnico de la hýbris. Era precisamente la actitud del hombre que no acepta su misión personal ni se somete a los proyectos de los dioses. La podemos denominar postura insolente o rebelde. Los mismos ángeles deben someterse cuando se los conjura en nombre de un superior. De lo contrario, concluye Clemente, el universo sería un caos incomprensible, en estado de sublevación de todos contra todos.
Diferencia entre Clemente y Apión sobre la magia
Pero Clemente lanza toda una teoría de dudas acerca de la magia. Porque si las cosas son así, tienen razón los filósofos y poetas cuando cuentan que en el Hades son castigados por sus impiedades cuantos han cometido atrevimientos viles como hicieron Ixión, Tántalo, Ticio y Sísifo. Apión estaba seguro de que tenían razón los filósofos y de que eso era lo que sucedía en el Hades. Pero tal convencimiento no está de acuerdo con la conducta de la sociedad cuando sigue tan tranquila y sin temor en medio de impiedades tales como el adulterio. Otra cosa sería si por medio de la magia alguien pudiera seducir a una mujer contra su voluntad.
Magia o violencia en el adulterio
Apión argumenta que lo mismo da seducir a una mujer por medios mágicos que por medio de palabras y requiebros. Lo que Clemente rechaza con toda su fuerza. El que seduce a una mujer mediante la violencia de la magia, es merecedor del más severo castigo, como el que viola a una mujer casta. El caso de quien la seduce mediante palabras lisonjeras, no es reo de ninguna clase de violencia. Lo que es muy distinto en la valoración de su apreciación moral. El que convence a una mujer merece menor castigo que el que emplea la violencia.
Realidad del adulterio y la forma
La dialéctica de Clemente sumió a su amigo en un laberinto de perplejidades y dudas. Apión argumenta diciendo que estima que lo principal y fundamental es el hecho básico de violar la fidelidad debida al cónyuge legítimo, y que importa menos la manera de llegar a su consumación. Pero Clemente no queda convencido con las palabras de su amigo. Sobre todo porque convencer a una mujer no es fácil ni siquiera con palabras lisonjeras, ya que las mujeres tienen actitudes de filósofo. En consecuencia, ya sea por magia, ya por convencimiento racional, el enamorado se enfrenta con una tarea nada cómoda, el conseguir a la mujer amada.
La réplica de Apión se basaba precisamente en esa actitud de las mujeres. Como quien dice que la mujer tiene siempre la solución en sus manos. Por ello, se dispone a escribir una carta de amor a una mujer con la seguridad de que podrá convencerla. Los dos contendientes y amigos se enredaron en una discusión basada en monosílabos. “Imposible”, decía Clemente. “Posible”, replicaba Apión.
Un libelo sobe el elogio del adulterio
La prueba definitiva sería escribir un libelo sobre el tema del “Elogio del adulterio” y sus ventajas. Es lo que prometió Apión con el proyecto de remitir el libelo al mismo Clemente para que pruebe le eficacia de sus planes. Así lo hizo. Clemente recibió el libelo y se lo leyó a varios amigos. Todos estuvieron de acuerdo en que aquélla era la doctrina y la práctica de los griegos sobre al adulterio, una práctica diametralmente opuesta a la de la mentalidad cristiana. Clemente tenía ahora la declaración voluntaria de un buen conocedor de la cultura griega. Lo que él ya sabía quedaba ahora confirmado en la exposición de un partidario y practicante de la doctrina de los griegos (Hom V 10).
Saludos cordiales. Gonzalo Del Cerro
Las homilías griegas V-VI
Eficacia o ineficacia de la magia
En el debate entre Apión y Clemente, quedaba abierta la promesa de explicar el sentido y la eficacia de la magia. Clemente había fingido una especie de mal de amores, al que su buen amigo Apión prometía poner remedio con sus artes mágicas. El problema era que Clemente no tenía fe en la magia, porque había padecido muchas decepciones en su vida por su buena voluntad y su credibilidad en la palabra de los demás.
Base filosófica de la magia
Apión comienza asegurando que tiene mayores conocimientos que Clemente sobre los temas mágicos. Y explica la magia como el sometimiento de los demonios bajo el poder de los ángeles. Esta situación es el origen de lo que los hombres interpretan como magia. Explica esa sumisión como la de los soldados a los generales, o la de los generales al emperador. La desobediencia a los superiores lleva consigo el castigo correspondiente, tanto más cuando más alta es la autoridad que ha recibido el desaire.
Cada persona tiene su lugar en la vida de la sociedad. Lo mejor es buscar el lugar idóneo y la función correspondiente. Había un concepto en la cultura griega escondido bajo el término técnico de la hýbris. Era precisamente la actitud del hombre que no acepta su misión personal ni se somete a los proyectos de los dioses. La podemos denominar postura insolente o rebelde. Los mismos ángeles deben someterse cuando se los conjura en nombre de un superior. De lo contrario, concluye Clemente, el universo sería un caos incomprensible, en estado de sublevación de todos contra todos.
Diferencia entre Clemente y Apión sobre la magia
Pero Clemente lanza toda una teoría de dudas acerca de la magia. Porque si las cosas son así, tienen razón los filósofos y poetas cuando cuentan que en el Hades son castigados por sus impiedades cuantos han cometido atrevimientos viles como hicieron Ixión, Tántalo, Ticio y Sísifo. Apión estaba seguro de que tenían razón los filósofos y de que eso era lo que sucedía en el Hades. Pero tal convencimiento no está de acuerdo con la conducta de la sociedad cuando sigue tan tranquila y sin temor en medio de impiedades tales como el adulterio. Otra cosa sería si por medio de la magia alguien pudiera seducir a una mujer contra su voluntad.
Magia o violencia en el adulterio
Apión argumenta que lo mismo da seducir a una mujer por medios mágicos que por medio de palabras y requiebros. Lo que Clemente rechaza con toda su fuerza. El que seduce a una mujer mediante la violencia de la magia, es merecedor del más severo castigo, como el que viola a una mujer casta. El caso de quien la seduce mediante palabras lisonjeras, no es reo de ninguna clase de violencia. Lo que es muy distinto en la valoración de su apreciación moral. El que convence a una mujer merece menor castigo que el que emplea la violencia.
Realidad del adulterio y la forma
La dialéctica de Clemente sumió a su amigo en un laberinto de perplejidades y dudas. Apión argumenta diciendo que estima que lo principal y fundamental es el hecho básico de violar la fidelidad debida al cónyuge legítimo, y que importa menos la manera de llegar a su consumación. Pero Clemente no queda convencido con las palabras de su amigo. Sobre todo porque convencer a una mujer no es fácil ni siquiera con palabras lisonjeras, ya que las mujeres tienen actitudes de filósofo. En consecuencia, ya sea por magia, ya por convencimiento racional, el enamorado se enfrenta con una tarea nada cómoda, el conseguir a la mujer amada.
La réplica de Apión se basaba precisamente en esa actitud de las mujeres. Como quien dice que la mujer tiene siempre la solución en sus manos. Por ello, se dispone a escribir una carta de amor a una mujer con la seguridad de que podrá convencerla. Los dos contendientes y amigos se enredaron en una discusión basada en monosílabos. “Imposible”, decía Clemente. “Posible”, replicaba Apión.
Un libelo sobe el elogio del adulterio
La prueba definitiva sería escribir un libelo sobre el tema del “Elogio del adulterio” y sus ventajas. Es lo que prometió Apión con el proyecto de remitir el libelo al mismo Clemente para que pruebe le eficacia de sus planes. Así lo hizo. Clemente recibió el libelo y se lo leyó a varios amigos. Todos estuvieron de acuerdo en que aquélla era la doctrina y la práctica de los griegos sobre al adulterio, una práctica diametralmente opuesta a la de la mentalidad cristiana. Clemente tenía ahora la declaración voluntaria de un buen conocedor de la cultura griega. Lo que él ya sabía quedaba ahora confirmado en la exposición de un partidario y practicante de la doctrina de los griegos (Hom V 10).
Saludos cordiales. Gonzalo Del Cerro