Foto: Ernst Käsemann, uno de los discípulos distinguido de Rudolf Bultmann luchó contra el escepticismo radical acerca del valor histórico de los Evangelios. Sí es posible obtener de ellos datos históricos sólidos.
Escribe Antonio Piñero
Respondo a las dificultades concretas a la hipótesis de un Jesús sedicioso formulada en esa serie.
1. Se me ha vuelto a echar en cara que “La hipótesis es el resultado de los prejuicios ideológicos” de Bermejo y míos.
Creo que ya he respondido suficientemente: ni Bermejo ni yo hemos partido de una toma previa de posición, sino justamente al contrario: en tiempos antiguos estábamos convencidos de la verdad de la tesis tradicional: un Jesús pacifista en absoluto y en nada implicado en la política de su tiempo. Y tras mucho estudio hemos llegado a lo contrario.
Lo que sí se observa en la investigación es justamente lo contrario, a saber que se dan por resueltos los problemas y por ello se parten de criterios preestablecidos. Por ejemplo, se toma como dogma sagrado que en el libro conjunto dirigido y editado por E. Bammel y C. F. D. Moule (Jesus and the Politics of His Day. Cambridge: Cambridge University Press, 1984; sobre todo en el artículo de historia de la cuestión que hace E. Bammel desde las pp. 11 hasta la 68, “Desde Reimarus a Brandon”), ya se han dado todos los argumentos en contra de la hipótesis de un Jesús sedicioso y que no hace falta investigar más, ni plantear ni siquiera la cuestión porque ya está resuelta. Y una vez tomada esta posición, se repite continuamente una suerte de mantra: “Ya se sabe que la hipótesis del Jesús sedicioso de Brandon es unilateral; está muy mal fundamentada y ha sido rebatida en toda la línea”. Esto me parece que es credulidad y toma previa de postura que exime el ni siquiera considerar al que plantea de nuevo la cuestión porque no está convencido.
El que muchos estudiosos defiendan una postura no quiere decir que esta sea ya una verdad absoluta. La cantidad no vale. Recuérdese lo dicho por mí acerca del geocentrismo de Aristóteles defendido por casi todos durante más de dieciséis siglos. Hubo que plantearlo otra vez, y una vez que Copérnico Kepler y Galileo establecieron justamente lo contrario… se formó como una barrera de los apegados a la opinión tradicional de modo que la nueva posición, el heliocentrismo, no se fue abriendo paso sino muy lentamente. Debo insistir en que el número de estudiosos que defienden una postura no es un argumento. Además, muchísimos estudiosos pertenecen firmemente a una iglesia, a una confesión cristiana, la cual no permite ciertas libertades… Esas barreras han de tenerse en cuenta.
Ya saben los lectores que a veces se llega al descrédito, ala descalificación y al insulto personal de los que proponen lo contrario de lo corriente y usual. Pero quiero proclamar bien claro que es el haber planteado la hipótesis de un Jesús sedicioso no se debe a ninguna hostilidad contra la Iglesia ni contra los creyentes, ni contra nada. Se trata solo de volver a intentar la búsqueda de explicaciones de textos que no encajan bien, y de madurar hipótesis interpretativas –en realidad ya viejas– porque las que hay dejan sin explicar muchas cosas. Hay aparentes inconsistencias en los textos evangélicos que deben ponerse a la luz una y otra vez, y tener paciencia porque debemos comprender cordialmente que ciertas barreras ideológicas no permiten abordar ciertas hipótesis, aunque tras mucha consideración y muy probablemente esas “nuevas” hipótesis explican mejor el conjunto de los textos de los Evangelios.
Ocurre también a menudo que se critican hipótesis por pequeños errores, y con ello se considera que la hipótesis completa ha sido derribada. Un ejemplo: se ha criticado mucho a Brandon porque dio a entender en su libro “Jesús y los celotas” que había algo así como un movimiento organizado de los celotas, algo parecido a una secta o a un “partido” político religioso organizado en tiempos de Jesús. Resultó que otros estudiosos habían demostrado (por ejemplo, Martin Hengel) que los celotas no se habían organizado como entidad bien constituida hasta, o circa, el año 60 d. C. Pero ¿y el resto de los argumentos de Brandon? El que se haya equivocado en un punto no significa que el resto de sus razonamientos no sean atendibles.
Otro ejemplo: hay mucho estudios recientes que ponen en duda que los criterios de historicidad (empleados sistemáticamente en la gran obra de John P. Meier, Un judío marginal), no son instrumentos válidos para la investigación sobre el Jesús histórico… Y ¿qué obtenemos de esta crítica que pone el dedo en la llaga de algunos abusos de los criterios secundarios? ¿Debemos volver por ello a un estadio previo y no utilizarlos más? No lo creo. O ¿debemos seguir utilizándolos pero teniendo en cuenta los manejos erróneos de ellos para evitarlos? Del mismo modo, ¿por qué no complementamos los criterios de historicidad con el uso de los patrones de recurrencia que pueden construirse sobre temas importantes de la vida, hechos y enseñanzas de Jesús, pasándolos a la vez por el tamiz general de los criterios seguros de autenticidad de modo que sean patrones aceptables?
Creo que no estamos Bermejo y yo en una postura de irracionalidad y llenos de prejuicios ideológicos; estamos intentando buscar la explicación de muchos dichos y hechos de Jesús quizás de un modo poco usual, pero que se revela productivo.
Veremos más críticas.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.ciudadanojesus.com
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Aviso para gente de Málaga y la Rioja para el próximo jueves 23 de marzo (Málaga) y viernes-sábado 24-25 de marzo (Logroño)
1. Conferencia en Málaga: “Las mujeres en el cristianismo primitivo”
· Jueves, 23 de marzo 2017
· A las 20.00 hs.
· Diputación provincial, en la Plaza de la Marina, Sala “Isabel Oyarzábal”.
2. Curso sobre “Las mil caras de Jesús”. Relaciones entre cristianismo, judaísmo y paganismo. Preguntas y respuestas.
Viernes 24 marzo
Hora: 18-21 hs.
Intervienen Eugenio Eugenio Gómez Segura y Javier Alonso
Sede: Centro La Merced, c/ Mayor.
Sábado 25 marzo
Hora 10-14 hs.
Interviene: Antonio Piñero, más Eugenio Gómez Segura y Javier Alonso
Sede: Sede de la Universidad Popular, c/ Mayor.
Saludos de nuevo,
Antonio Piñero