Escribe Antonio Piñero
Me preguntan sobre el siguiente elenco de citas:
Deuteronomio 5:4 Cara a cara habló Yahvé con vosotros.
Éxodo 33:11 y Deuteronomio 34:10: Yahvé hablaba con Moisés cara a cara,
Números 12:8: Cara a cara hablaré con él, claramente y no con enigmas, y verá la apariencia de Yahvé.
¿Qué dice Jesús sobre el Dios del Nuevo Testamento? Que a su padre nadie le ha visto nunca.
Juan 17:25 Padre justo, el mundo no te ha conocido.
Juan 1:18: A Dios nadie lo ha visto jamás.
Juan 5:37: Nunca habéis oído la voz del Padre, ni habéis visto su aspecto.
Si Jesús dice que a su padre no le ha visto nadie nunca, ¿a quién estaban viendo en el Antiguo Testamento?
RESPUESTA:
Responderé de modo global:
La pregunta supone que hay que entender el Antiguo Testamento globalmente como un documento histórico fidedigno. Así es en parte en las secciones en las que se hablan de ciertos personajes, batallas, acontecimientos, etc., temas respecto a los cuales se puede encontrar algún documento que para contrastar la noticia, sea un texto histórico o algún documento arqueológico, en especial inscripciones (que deben también interpretarse) o restos de palacios, fortificaciones, templos, casas, etc.
Pero otra grandísima parte del Antiguo Testamento es pura teología. Ya conocen Ustedes mi opinión, expresada con una frase de Jorge Luis Borges: “La teología pertenece al género literario de lo fantástico. Es la perfección del género”.
Por tanto no se puede tomar al pie de la letra lo que dice la Biblia al respecto. Mi respuesta más clara y directa es Moisés no vio a nadie. En el caso de Moisés, personaje quizás histórico, pero mucho más deformado en su “biografía” que Jesús, no se puede creer nada de lo que de él se diga en el plano de lo teológico o sobrenatural.
Y respecto al Evangelio de Juan: reproduzco el juicio de mi colega Gonzalo Fontana, autor de la gran sección sobre los escritos de la comunidad johánica dentro de “Los Libros del Nuevo Testamento” (por cierto: del que la editorial Trotta anuncia la tercera edición para septiembre; hacerla en pleno verano parece inútil) que escribe:
« Una de las principales controversias sobre el cuarto evangelio es la relativa al de su valor histórico, cuestión respecto a la que cabe hacer una precisión metodológica de calado: por más que el relato esté centrado en la vida de Jesús, en él hemos de ver más bien un documento en el que se proyecta retrospectivamente la propia realidad en la que se desenvolvían sus autores y destinatarios. Frente a la exégesis de cuño conservador, que ha tratado de ver en Juan el relato minucioso de un testigo ocular, la crítica histórica ha desmentido tal planteamiento y, a cambio, ha profundizado en el análisis de la obra como testimonio de las vicisitudes del grupo en cuyo seno se gestó. Y es que los evangelios, más que de Jesús y sus discípulos históricos, hablan, en realidad, de los cristianos que los compusieron». P. 1307.
En consecuencia: Todas las frases a las que alude el preguntante se pueden responder con la afirmación de que ninguna de ellas pertenece al Jesús de la historia. Y por otra parte que el cristianismo primitivo mantenía la tesis de que aunque Dios fuera «corpóreo», de “materia” sutilísima de modo que los que gozaran de la visión beatífica en el otro mundo, en el cielo, al igual que los ángeles (algunos de ellos siempre ante la faz de Dios), sin embargo, en la tierra Dios no es visible por nadie. Ni siquiera para los místicos.
Respecto al Jesús histórico, como profeta ante todo, es de suponer que –según los cánones de la teología judía contemporánea– jamás vio a Dios.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Nota
NOTA:
Enlace a un programa de la “La aventura del saber” de TV2. Entrevista a Juan Eslava Galán, Premio Planeta, sobre el libro “Viaje a Tierra Santa”, de la Editorial Planeta, del cual se anuncia una segunda edición antes de cumplirse un mes de su salida, el 25 / 2/ 2022. Este libro fue escrito por los dos después de un par de viajes a Israel, Turquía y Grecia (lugares de la predicación de Pablo).
Es ameno, divertido y contiene una gran cantidad de información sobre Tierra Santa y sobre el actual estada de la investigación acerca de Jesús de Nazaret y temas relacionados de los orígenes del cristianismo:
https://www.rtve.es/play/videos/la-aventura-del-saber/aventura-del-saber-viajamos-tierra-santa-juan-eslava-galan/6595901/
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Me preguntan sobre el siguiente elenco de citas:
Deuteronomio 5:4 Cara a cara habló Yahvé con vosotros.
Éxodo 33:11 y Deuteronomio 34:10: Yahvé hablaba con Moisés cara a cara,
Números 12:8: Cara a cara hablaré con él, claramente y no con enigmas, y verá la apariencia de Yahvé.
¿Qué dice Jesús sobre el Dios del Nuevo Testamento? Que a su padre nadie le ha visto nunca.
Juan 17:25 Padre justo, el mundo no te ha conocido.
Juan 1:18: A Dios nadie lo ha visto jamás.
Juan 5:37: Nunca habéis oído la voz del Padre, ni habéis visto su aspecto.
Si Jesús dice que a su padre no le ha visto nadie nunca, ¿a quién estaban viendo en el Antiguo Testamento?
RESPUESTA:
Responderé de modo global:
La pregunta supone que hay que entender el Antiguo Testamento globalmente como un documento histórico fidedigno. Así es en parte en las secciones en las que se hablan de ciertos personajes, batallas, acontecimientos, etc., temas respecto a los cuales se puede encontrar algún documento que para contrastar la noticia, sea un texto histórico o algún documento arqueológico, en especial inscripciones (que deben también interpretarse) o restos de palacios, fortificaciones, templos, casas, etc.
Pero otra grandísima parte del Antiguo Testamento es pura teología. Ya conocen Ustedes mi opinión, expresada con una frase de Jorge Luis Borges: “La teología pertenece al género literario de lo fantástico. Es la perfección del género”.
Por tanto no se puede tomar al pie de la letra lo que dice la Biblia al respecto. Mi respuesta más clara y directa es Moisés no vio a nadie. En el caso de Moisés, personaje quizás histórico, pero mucho más deformado en su “biografía” que Jesús, no se puede creer nada de lo que de él se diga en el plano de lo teológico o sobrenatural.
Y respecto al Evangelio de Juan: reproduzco el juicio de mi colega Gonzalo Fontana, autor de la gran sección sobre los escritos de la comunidad johánica dentro de “Los Libros del Nuevo Testamento” (por cierto: del que la editorial Trotta anuncia la tercera edición para septiembre; hacerla en pleno verano parece inútil) que escribe:
« Una de las principales controversias sobre el cuarto evangelio es la relativa al de su valor histórico, cuestión respecto a la que cabe hacer una precisión metodológica de calado: por más que el relato esté centrado en la vida de Jesús, en él hemos de ver más bien un documento en el que se proyecta retrospectivamente la propia realidad en la que se desenvolvían sus autores y destinatarios. Frente a la exégesis de cuño conservador, que ha tratado de ver en Juan el relato minucioso de un testigo ocular, la crítica histórica ha desmentido tal planteamiento y, a cambio, ha profundizado en el análisis de la obra como testimonio de las vicisitudes del grupo en cuyo seno se gestó. Y es que los evangelios, más que de Jesús y sus discípulos históricos, hablan, en realidad, de los cristianos que los compusieron». P. 1307.
En consecuencia: Todas las frases a las que alude el preguntante se pueden responder con la afirmación de que ninguna de ellas pertenece al Jesús de la historia. Y por otra parte que el cristianismo primitivo mantenía la tesis de que aunque Dios fuera «corpóreo», de “materia” sutilísima de modo que los que gozaran de la visión beatífica en el otro mundo, en el cielo, al igual que los ángeles (algunos de ellos siempre ante la faz de Dios), sin embargo, en la tierra Dios no es visible por nadie. Ni siquiera para los místicos.
Respecto al Jesús histórico, como profeta ante todo, es de suponer que –según los cánones de la teología judía contemporánea– jamás vio a Dios.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Nota
NOTA:
Enlace a un programa de la “La aventura del saber” de TV2. Entrevista a Juan Eslava Galán, Premio Planeta, sobre el libro “Viaje a Tierra Santa”, de la Editorial Planeta, del cual se anuncia una segunda edición antes de cumplirse un mes de su salida, el 25 / 2/ 2022. Este libro fue escrito por los dos después de un par de viajes a Israel, Turquía y Grecia (lugares de la predicación de Pablo).
Es ameno, divertido y contiene una gran cantidad de información sobre Tierra Santa y sobre el actual estada de la investigación acerca de Jesús de Nazaret y temas relacionados de los orígenes del cristianismo:
https://www.rtve.es/play/videos/la-aventura-del-saber/aventura-del-saber-viajamos-tierra-santa-juan-eslava-galan/6595901/
Saludos cordiales de Antonio Piñero