Hoy escribe Antonio Piñero
Dentro de muy poco, según me anuncian, estarán ya en las librerías dos libros que creo importantes para los lectores de este Blog. El primero, como dije y, finalmente, retrasaré mi comentario a la semana que viene, es la anunciada segunda y última parte del Comentario al Evangelio de Marcos, capítulos 8-16, de Joel Marcus, de quien hemos adelantado en postales anteriores algunos ejemplos. El otro es el volumen segundo de la traducción al español, por primera vez en nuestra historia, de los Setenta, la biblia de los cristianos en cuanto al Antiguo Testamento.
Como me parece una acontecimiento cultural importante en nuestro país, voy a dedicar hoy una breve reseña, más bien una presentación, del primer volumen, dedicado al Pentateuco:
Natalio Fernández Marcos - María Victoria Spottorno Díaz-Caro (coordinadores), La Biblia griega. Septuaginta. Volumen I El Pentateuco (colección “Biblioteca de estudios bíblicos” 125), Ediciones Sígueme, Salamanca, 2008, 448 pp. 18 ilustraciones de manuscritos del siglo V al XII. ISBN: 978-84-301-1693-5. Los traductores de este volumen son los dos arriba citados y José Manuel Cañas Reíllo.
La Biblia en griego, de los Setenta o Septuaginta en latín (LXX), es una colección de escritos, la mayor parte traducidos del hebreo, otros redactados originalmente en griego, que formaron el bloque primigenio del Antiguo Testamento que se utilizaba en Alejandría desde la época de la sustitución de las dinastías de faraones egipcios (¡que había durado unos 2500 años!) por la dominación de los Lágidas, sucesores de Ptolomeo Lagos, general de Alejandro Magno, conquistador del país hacia el 330 a.C..
Esta traducción de la Biblia fue compuesta a lo largo de cuatro siglos, desde el III a.C. hasta el I d.C. Según una tradición legendaria recogida en un apócrifo del Antiguo Testamento denominado Carta de Aristeas (publicado en el vol. III de la colección “Apócrifos del Antiguo Testamento” de Editorial Cristiandad), fueron 70 o 72 eruditos bíblicos judíos los que se trasladaron desde Jerusalén hasta Alejandría y allí tradujeron, ayudados por el Espíritu Santo, la “Torá” judía, es decir, el Pentateuco o cinco primeros libros de la Biblia. Los protestantes suelen denominarlos "Los cinco libros de Moisés". El faraón reinante en esos momentos era Ptolomeo II Filadelfo (285-246 a.C.).
Ahora bien, comúnmente se entiende por la versión de los Setenta o Septuaginta los libros no sólo de la Torá, sino el conjunto de la Biblia que tenían los judíos alejandrinos, y otros de la Diáspora que también hablaban griego en esos siglos. Pero en esos momentos en los que empieza a verterse la "Biblia" hebrea al griego aún no se había formado el canon o lista de libros sagrados del Antiguo Testamento, sino que existían muchos más libros considerados sagrados que los que posteriormente --a lo largo del siglo II de la era cristiana, y sin duda por oposición a los cristianos-- fueron canonizados por los rabinos judíos.
La edición “oficiosa” hasta el momento, completa, de estos escritos, y sobre la que se basa la traducción presente es la de Alfred Rahlfs. Ésta se publicó por primera vez en 1935 en Stuttgart… y sigue válida en líneas generales hasta ahora, aunque poco a poco se van haciendo ediciones nuevas (se han descubierto nuevos manuscritos) de todos los libros, en la Universidad de Gotinga. En este caso el Proyecto de traducción sustituye –como base de la versón- la antigua edición de Rahlfs por la nueva.
Los grandes códices principales sobre la que se basa la edición de Rahlfs son los mismos que nos han transmitido el Nuevo Testamento: los códices Vaticano, Sinaítico y Alejandrino, del siglo IV d.C.. Estos códices son las primeras Biblias completas (Antiguo Testamento y Nuevo) del cristianismo, y se salvaron de la destrucción de libros sagrados ordenada por Diocleciano a finales del siglo III y comienzos del IV.
El plan general de la publicación de la Biblia griego será de cuatro volúmenes. El segundo (de casi mil páginas, según me comunica su editor Natalio Fernández Marcos) contendrá los libros históricos. El vol. III los libros poéticos o sapienciales, y el IV, todos los profetas. Es posible que la tarea se concluya en unos cuatro años, o antes.
Los directores del proyecto, Fdz. Marcos y Spottorno, junto con la mayoría de los traductores llevan muchos años dedicándose preferentemente al ámbito de los estudios de Septuaginta y han publicado mucho, por lo que son bien conocidos también en el extranjero. En concreto, en ese volumen primero, Fdz. Marcos ha realizado la “Introducción general” y la versión del Génesis, con notas; Spottorno, Éxodo y Levítico, y Cañas Reíllo, Números y Deuteronomio. La mayoría de los traductores de los cuatro volúmenes son del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
La traducción busca de modo expreso la literalidad, aunque naturalmente sin forzar el castellano, de modo que el lector esté totalmente seguro de cómo es el texto griego subyacente.
La Introducción general ilustra al lector sobre los apartados siguientes: los orígenes de los Setenta; los Setenta y la historia general del texto bíblico del Antiguo Testamento. Importancia de los Setenta. Luego se pregunta por las razones que han llevado a la presente traducción española y señala con precisión las características de esta versión. Hay una buena bibliografía específica del los LXX, indicaciones sobre las normas de transliteración de nombres propios y un elenco de abreviaturas.
Mi valoración de esta proyecto, en conjunto, y de este volumen, en particular, es altísimamente positiva. Un país de tradición y culto cristianos no podía permitirse la vergüenza de no tener esta versión, que proporciona libre acceso al texto que utilizaron como Biblia nuestros antepasados.
Además, los LXX son también una parte de la base de la traducción latina antigua, a su vez el fundamento de la Vulgata de san Jerónimo que ha sido el texto del que se han vertido casi todas las biblias hispánicas (con ilustres excepciones de algunas traducciones del Antiguo Testamento hechas por judíos o conversos… aunque de poca difusión) hasta nada menos que 1944…, fecha en la que hizo la primera versión directa del hebreo del Antiguo Testamento en nuestro país (la de Nácar Colunga…, quienes –a pesar de todo-- se inspiraron para su texto español en gran parte en versiones del latín).
Así que es muy bienvenida esta edición. Espero que dentro de no mucho tiempo pueda dar noticia del volumen II, como indiqué.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
Dentro de muy poco, según me anuncian, estarán ya en las librerías dos libros que creo importantes para los lectores de este Blog. El primero, como dije y, finalmente, retrasaré mi comentario a la semana que viene, es la anunciada segunda y última parte del Comentario al Evangelio de Marcos, capítulos 8-16, de Joel Marcus, de quien hemos adelantado en postales anteriores algunos ejemplos. El otro es el volumen segundo de la traducción al español, por primera vez en nuestra historia, de los Setenta, la biblia de los cristianos en cuanto al Antiguo Testamento.
Como me parece una acontecimiento cultural importante en nuestro país, voy a dedicar hoy una breve reseña, más bien una presentación, del primer volumen, dedicado al Pentateuco:
Natalio Fernández Marcos - María Victoria Spottorno Díaz-Caro (coordinadores), La Biblia griega. Septuaginta. Volumen I El Pentateuco (colección “Biblioteca de estudios bíblicos” 125), Ediciones Sígueme, Salamanca, 2008, 448 pp. 18 ilustraciones de manuscritos del siglo V al XII. ISBN: 978-84-301-1693-5. Los traductores de este volumen son los dos arriba citados y José Manuel Cañas Reíllo.
La Biblia en griego, de los Setenta o Septuaginta en latín (LXX), es una colección de escritos, la mayor parte traducidos del hebreo, otros redactados originalmente en griego, que formaron el bloque primigenio del Antiguo Testamento que se utilizaba en Alejandría desde la época de la sustitución de las dinastías de faraones egipcios (¡que había durado unos 2500 años!) por la dominación de los Lágidas, sucesores de Ptolomeo Lagos, general de Alejandro Magno, conquistador del país hacia el 330 a.C..
Esta traducción de la Biblia fue compuesta a lo largo de cuatro siglos, desde el III a.C. hasta el I d.C. Según una tradición legendaria recogida en un apócrifo del Antiguo Testamento denominado Carta de Aristeas (publicado en el vol. III de la colección “Apócrifos del Antiguo Testamento” de Editorial Cristiandad), fueron 70 o 72 eruditos bíblicos judíos los que se trasladaron desde Jerusalén hasta Alejandría y allí tradujeron, ayudados por el Espíritu Santo, la “Torá” judía, es decir, el Pentateuco o cinco primeros libros de la Biblia. Los protestantes suelen denominarlos "Los cinco libros de Moisés". El faraón reinante en esos momentos era Ptolomeo II Filadelfo (285-246 a.C.).
Ahora bien, comúnmente se entiende por la versión de los Setenta o Septuaginta los libros no sólo de la Torá, sino el conjunto de la Biblia que tenían los judíos alejandrinos, y otros de la Diáspora que también hablaban griego en esos siglos. Pero en esos momentos en los que empieza a verterse la "Biblia" hebrea al griego aún no se había formado el canon o lista de libros sagrados del Antiguo Testamento, sino que existían muchos más libros considerados sagrados que los que posteriormente --a lo largo del siglo II de la era cristiana, y sin duda por oposición a los cristianos-- fueron canonizados por los rabinos judíos.
La edición “oficiosa” hasta el momento, completa, de estos escritos, y sobre la que se basa la traducción presente es la de Alfred Rahlfs. Ésta se publicó por primera vez en 1935 en Stuttgart… y sigue válida en líneas generales hasta ahora, aunque poco a poco se van haciendo ediciones nuevas (se han descubierto nuevos manuscritos) de todos los libros, en la Universidad de Gotinga. En este caso el Proyecto de traducción sustituye –como base de la versón- la antigua edición de Rahlfs por la nueva.
Los grandes códices principales sobre la que se basa la edición de Rahlfs son los mismos que nos han transmitido el Nuevo Testamento: los códices Vaticano, Sinaítico y Alejandrino, del siglo IV d.C.. Estos códices son las primeras Biblias completas (Antiguo Testamento y Nuevo) del cristianismo, y se salvaron de la destrucción de libros sagrados ordenada por Diocleciano a finales del siglo III y comienzos del IV.
El plan general de la publicación de la Biblia griego será de cuatro volúmenes. El segundo (de casi mil páginas, según me comunica su editor Natalio Fernández Marcos) contendrá los libros históricos. El vol. III los libros poéticos o sapienciales, y el IV, todos los profetas. Es posible que la tarea se concluya en unos cuatro años, o antes.
Los directores del proyecto, Fdz. Marcos y Spottorno, junto con la mayoría de los traductores llevan muchos años dedicándose preferentemente al ámbito de los estudios de Septuaginta y han publicado mucho, por lo que son bien conocidos también en el extranjero. En concreto, en ese volumen primero, Fdz. Marcos ha realizado la “Introducción general” y la versión del Génesis, con notas; Spottorno, Éxodo y Levítico, y Cañas Reíllo, Números y Deuteronomio. La mayoría de los traductores de los cuatro volúmenes son del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
La traducción busca de modo expreso la literalidad, aunque naturalmente sin forzar el castellano, de modo que el lector esté totalmente seguro de cómo es el texto griego subyacente.
La Introducción general ilustra al lector sobre los apartados siguientes: los orígenes de los Setenta; los Setenta y la historia general del texto bíblico del Antiguo Testamento. Importancia de los Setenta. Luego se pregunta por las razones que han llevado a la presente traducción española y señala con precisión las características de esta versión. Hay una buena bibliografía específica del los LXX, indicaciones sobre las normas de transliteración de nombres propios y un elenco de abreviaturas.
Mi valoración de esta proyecto, en conjunto, y de este volumen, en particular, es altísimamente positiva. Un país de tradición y culto cristianos no podía permitirse la vergüenza de no tener esta versión, que proporciona libre acceso al texto que utilizaron como Biblia nuestros antepasados.
Además, los LXX son también una parte de la base de la traducción latina antigua, a su vez el fundamento de la Vulgata de san Jerónimo que ha sido el texto del que se han vertido casi todas las biblias hispánicas (con ilustres excepciones de algunas traducciones del Antiguo Testamento hechas por judíos o conversos… aunque de poca difusión) hasta nada menos que 1944…, fecha en la que hizo la primera versión directa del hebreo del Antiguo Testamento en nuestro país (la de Nácar Colunga…, quienes –a pesar de todo-- se inspiraron para su texto español en gran parte en versiones del latín).
Así que es muy bienvenida esta edición. Espero que dentro de no mucho tiempo pueda dar noticia del volumen II, como indiqué.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com