Notas
Escribe Antonio Piñero
Pregunta: He estado viendo sus vídeos a través de youtube y realmente he aprendido muchas cosas que desconocía. Dentro de todo lo que he estudiado me salto la siguiente duda con respecto a un grupo llamado Cristianos Judiomesianicos, mi pregunta es de que corriente religiosa vienen ellos ? RESPUESTA: No acabo de entender bien la denominación del grupo al que se refiere: ¿es al grupo de judíos mesiánicos que aceptan como mesías a Jesús de Nazaret, pero siguen siendo judíos? Si es así, estos judíos de hoy serían muy parecidos a los judeocristianos de la comunidad de Jerusalén, capitaneados al principio por Pedro y Juan, luego por esos dos y Santiago, el hermano del Señor, y finalmente por este solo. Para ellos la creencia en Jesús como mesías solo cambia o precisa su denominación: “Es una secta judía que acepta como mesías a Jesús de Nazaret y su doctrina que interpreta como complemento a su judaísmo”. Por tanto siguen siendo judíos, cumplen totalmente la ley de Moisés y por fuera no se distinguen demasiado de los otros judíos. No son fanáticos…, y tampoco llevan sombreros ni aderezos de pelo llamativos. Pregunta: Cuándo se dice a las mujeres que ha acudido al sepulcro que Jesús ha sido resucitado y se le ordena informar a Pedro, pero ellas se marcharon corriendo y no dice nada a nadie “porque tenía miedo”. Y ahí termina la historia. Para muchos lectores este final es todavía más sorprendente y extraño, puesto aquí no se relata que Jesús se aparezca a sus discípulos después de su resurrección. RESPUESTA: Así es. Y es tan extraño que a lo largo del siglo II se empezó a creer que se había perdido el final de este Evangelio. Por ello, un autor anónimo compuso, bien entrado este siglo un final espurio, Marcos 16,9-20 que responde a las preguntas que Usted formula. Ese final es totalmente apócrifo, pero es canónico: ha sido aceptado por la Iglesia como auténtico. Sobre el final de Marcos, lea por favor un buen Comentario a ese Evangelio, o bien o mi “Guía para entender el Nuevo Testamento”, de Trotta, Madrid. Pregunta: Supongo que Pablo está hablando de sí mismo, pero Pablo al referirse a esta visión o revelación que recibió, ¿qué está queriendo decir, que las experiencias espirituales trascienden el cuerpo y nos permiten vivir y experimentar la presencia de Dios de tal manera que es imposible definir en términos que se puedan comprender? ¿Por qué habla de tercer cielo y a la vez de paraíso y al referirse que él fue arrebatado hasta esa dimensión por qué duda de si eso ocurrió con cuerpo o sin cuerpo, qué está queriendo decir que su iluminación, experiencia sagrada o arrebato metafísico quizás fue en cuerpo y espíritu o solo en espíritu? RESPUESTA: La ofrezco primero mi traducción: 1 ¿Es preciso gloriarse? No es conveniente en verdad…, pero vendré a las visiones y revelaciones del Señor. 2 Sé de un hombre en Cristo de hace catorce años, si en el cuerpo o fuera del cuerpo no lo sé, Dios lo sabe…; ese tal fue arrebatado hasta el tercer cielo. 3 Y sé que ese tal hombre, en el cuerpo o fuera del cuerpo no lo sé, Dios lo sabe…, 4 que fue arrebatado al paraíso y oyó palabras inefables que no es lícito al hombre pronunciar. 5 De ese tal me gloriaré; pero en cuanto a mí, no me gloriaré salvo en mis propias debilidades. Respondo. Primero: Sus preguntas están enfocadas como si ese texto fuera una unidad por sí mismo. Y no lo es. Hay que entenderla no solo en el contexto de la Segunda carta, sino de toda la correspondencia entera de los corintios, incluida por tanto la primera. Segundo: Se trata en este pasaje de la crítica de Pablo al jactarse o gloriarse del hombre pecador antes los demás hombres y ante la divinidad misma. Pablo argumenta que el ser humano jamás puede jactarse ante Dios ni ante los hombres porque es un pecador, incluso cuando está ya justificado, declarado libre de pecado, ante Dios por el acto de fe en el Mesías y el bautismo subsiguiente. Pero como sus adversarios se jactan de sus visiones (conjunto de 2 Corintios), Pablo desciende al terreno humano y sostiene que él ha tenido visiones más importantes que las de ellos. Nada de lo que Usted dice en sus preguntas tiene una importancia trascendental en el pensamiento de Pablo en este memento de la discusión con sus adversarios. Y el trasfondo de toda la discusión de Pablo con sus oponentes está al principio no de esta segunda carta, sino de Primera Corintios. No importan las visiones y la sabiduría humano-divina que se consigan con ellas sino comprender bien y aceptar la sabiduría de la cruz (lea 1 Corintios 1 y 2). A Pablo le fue revelada esta sabiduría en sus visiones en las que su alma (no sabe si su cuerpo también) fue trasladada al tercer cielo. El tercer cielo es donde los judíos situaban el paraíso. El ascenso al séptimo cielo, donde Dios residía, estaba normalmente vetado a los mortales. Por favor, para entender a Pablo en lo posible, lea, si le viene bien, mi libro de la Editorial Trotta, “Guía para entender a Pablo” de 2015, que tiene versión electrónica y es totalmente accesible. Saludos cordiales de Antonio Piñero Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Martes, 2 de Febrero 2016
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Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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