Hoy escribe Antonio Piñero
Concluimos hoy con los paralelismos ineludibles entre Juan el Bautista y Jesús recopilados y comentados por F. Bermejo en su artículo de la revista ’lu.
12. Ambos a trajeron a elementos social y religiosamente marginales de la población. Diversos pasajes evangélicos –Lc 3, 12-14; Lc 7, 29-30 y Mt 21, 31-32, cuya historicidad resulta plausible- sitúan a recaudadores y prostitutas en conexión con Juan. Que esto también se daba en Jesús es muy conocido.
13. Ambos anunciaron una intervención decisiva de Dios en un futuro muy próximo. Que la idea de una intervención final de Dios en un futuro muy próximo formó parte del kerigma de Juan el Bautista no puede entreverse con facilidad en la noticia que le dedica Josefo. Con respecto a Jesús, que el galileo esperó un desenlace escatológico en un futuro próximo puede considerarse uno de los resultados más seguros de la investigación desde la demostración ejemplar que en el s. XIX hizo Johannes Weiss (La predicación de Jesús acerca del Reino de Dios, de 1892, aun no traducida al castellano).
14. Ambos emplearon un lenguaje pregnante, es decir, cargado de sentido, a veces múltiple, caracterizado por la viveza y la hipérbole. Juan utilizó vívidas imágenes tomadas del entorno desértico que eligió para su predicación, como el nido de víboras (cf. Q 3, 7-10), el aliento ardiente del calor desértico y el río como metáfora para el juicio y la purificación. A Jesús se le pueden atribuir toda una serie de elocuentes parénesis, o exhortaciones, y parábolas al servicio de un mensaje escatológico radical.
15. Los dos anunciaron un juicio, y, por ende, salvación y condenación.
En el caso de Juan, la imagen del fuego inextinguible que quemará la paja es elocuente. En el caso de Jesús, el concepto de Reino de Dios, en tanto que realidad escatológica, contiene la idea del juicio, el cual inevitablemente posee tanto una dimensión gozosa –para quienes se salvan– como una terrible para los condenados
16. A la luz del Juicio, ambos hicieron un llamamiento al arrepentimiento. En el caso del Bautista, la expectativa del juicio está encaminada al arrepentimiento y a producir buen fruto: el bautismo que proclama es un “bautismo de arrepentimiento para el perdón de los pecados”. En lo que respecta a Jesús –quien se sometió al bautismo de Juan–, tal llamamiento es un dato firmemente enraizado en la tradición, aun si Mc 1, 15 y Mc 6, 12 se considerasen resúmenes redaccionales del evangelista.
17. Su visión del Templo parece haber estado caracterizada por cierta ambigüedad. En lo que respecta a Jesús, esta ambigüedad, que puede haber tenido como causa la crítica nacida del entusiasmo escatológico, es especialmente patente. En cuanto a Juan, su actividad bautista, según el cual la situación de pecado del pueblo de Israel imponía la necesidad de un nuevo rito para la purificación, parece implicar que la institución religiosa más importante de Israel, el Templo y su culto sacrificial, no resultaba suficiente para operar la mediación salvífica, y que él mismo se presentó como tal mediador.
18. El mensaje de ambos tenía polémicas implicaciones sociales y políticas. La predicación del Bautista comportaba una dimensión política, en la medida en que incluía la enseñanza central de una intervención inminente de Dios en la historia, la cual implicaría la redención de Israel y la supresión de todo sometimiento a los enemigos de Dios (entre ellos, los gentiles). Por parte de Jesús, el Reino/Reinado de Dios anunciado por él constituía una realidad de carácter integral, en la que lo religioso y lo político son indisociables. Aun si Jesús no instigó a la rebelión armada, su mensaje religioso tenía claras implicaciones sociopolíticas (ya en la medida en que la irrupción del Reino entrañaría la desaparición de todo dominio pagano).
19. Ambos mantuvieron relaciones tensas con Herodes Antipas, tetrarca de Galilea y Perea. En el caso de Juan, esto es ya evidente por cuanto sabemos por los Evangelios y por Flavio Josefo que fue ejecutado por orden de Antipas. Por lo que respecta a Jesús la tradición conserva indicios de sus críticas a éste. Lc 13, 31ss. conserva la noticia de que Jesús es advertido de que Antipas le quiere matar, a lo que reacciona calificándole de “zorro”. La tradición sinóptica apunta a que Antipas buscó la muerte de Jesús.
20. Ambos fueron arrestados y ejecutados por las autoridades políticas. Juan Bautista fue ejecutado por Herodes Antipas, tetrarca de Galilea y Perea, probablemente en la fortaleza de Maqueronte, mientras que Jesús lo fue por la autoridad romana de Judea. El responsable directo de la crucifixión fue el gobernador romano Poncio Pilato.
21. La razón decisiva más plausible de sus ejecuciones es que su actividad fue juzgada potencialmente peligrosa para el orden público, por lo que tuvieron el carácter de golpes preventivos.
22. Juan y Jesús fueron exaltados por sus seguidores, especialmente tras su muerte. Aunque este aspecto ya no pueda ser enumerado como un elemento común en la actividad de ambos predicadores, merece ser citado en cuanto a su destino (no hallamos indicios de tal proceso de exaltación en otros profetas contemporáneos).
Me parece que esta lista de paralelos es suficientemente impresionante y es materia de amplia reflexión.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
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