Escribe Antonio Piñero
Sigo con la reunión de textos de F. Bermejo que apuntan todos en la misma dirección. Es un patrón de recurrencia muy claro sobre la postura de Jesús respecto al Imperio Romano. Todos los pasaje proceden del Nuevo Testamento; el mismo tema general se halla disperso por diversos estratos o formas de la tradición (parábolas, dichos, hechos, relatos polémicos, material puramente didáctico, punto de vista de Jesús, de los adversarios…, etc.).
Es muy difícil negar que este material cumple con creces dos de los criterios de autenticidad: a) testimonio múltiple; b) criterio de dificultad, porque todo él ha sido recogido por los evangelistas, a pesar de que a la vez estos mismos autores intentan mostrar que Jesús estaba totalmente fuera de la política de su tiempo, que su predicación era puramente religiosa y que nada tenía que ver con los intereses nacionales de sus paisanos. Este patrón no presenta a un Jesús puramente humilde y manso de corazón. No podemos cerrar los ojos a otras perspectivas sobre Jesús que aparecen en este “material furtivo” (G. Puente Ojea), pero que está en la tradición por la evidencia mismas de los hechos y dichos que no puede eliminarse.
18. «Los Evangelios testimonian una relación antagónica entre Jesús y Herodes Antipas, quien mantenía un ojo vigilante sobre Jesús y sus seguidores, y “quería matar” a Jesús (Lc 13,31)».
· Mc 6,14-16: Se enteró el rey Herodes, pues su nombre se había hecho célebre. Algunos decían: «Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos y por eso actúan en él fuerzas milagrosas.» Otros decían: «Es Elías»; otros: «Es un profeta como los demás profetas.» Al enterarse Herodes, dijo: «Aquel Juan, a quien yo decapité, ése ha resucitado.»
· Lc 9,9: “Herodes dijo: «A Juan, le decapité yo. ¿Quién es, pues, éste de quien oigo tales cosas?» Y buscaba verlo”.
Estos pasajes muestran la curiosidad de Herodes Antipas por Jesús, pues pensaba que un enemigo suyo, Juan Bautista, podría haber resucitado. Pero esa curiosidad no era para aprender la doctrina de Jesús. Evidentemente había curiosidad, pero una vez satisfecha y comprobada su peligrosidad (Jesús era a sus ojos un personaje igual al Bautista), tendría que eliminarlo. Lucas lo dice claramente: “Se acercaron algunos fariseos a Jesús, y le dijeron: «Sal y vete de aquí, porque Herodes quiere matarte»”. Correr de nuevo el riesgo de matar a un profeta era –desde el punto de vista político– un grave problema para Antipas. Por tanto, el tetrarca tenía motivos serios para correr tal riesgo: Jesús estorbaba su política.
Añade Bermejo: «Jesús hizo comentarios despectivos sobre el tetrarca, lo temía y huyó repetidamente de él»
· Lc 13,32: “Y él les dijo: «Id a decir a ese zorro: Yo expulso demonios y llevo a cabo curaciones hoy y mañana, y al tercer día soy consumado. Pero conviene que hoy y mañana y pasado siga adelante, porque no cabe que un profeta perezca fuera de Jerusalén. ¡Jerusalén, Jerusalén!, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados”
Lucas mezcla aquí dichos distintos de Jesús, pronunciados en diversas ocasiones. Pero interesa aquí caer en la cuenta de que Jesús era totalmente consciente de que el peligro que representaba Antipas para él era de muerte.
· Mc 8,15: “Él les hacía esta advertencia: «Abrid los ojos y guardaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes»”
Es conocido que la levadura era como un símbolo de impureza, a pesar de lo necesaria que era para una comida básica, el pan. Previamente a la fiesta de la pascua, había que eliminar todo restillo de levadura que hubiere en la casa.
· Mt. 11,7-8: “Cuando éstos se marchaban, se puso Jesús a hablar de Juan a la gente: «¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué salisteis a ver, si no? ¿Un hombre elegantemente vestido? ¡No! Los que visten con elegancia están en los palacios de los reyes.
La mayoría de los intérpretes observa aquí tres cosas importantes: a) El respeto y veneración de Jesús por Juan Bautista. Habla bien de él prácticamente siempre; b) Es posible que la “caña sacudida por el viento sea una alusión a Antipas llena de ironía; c) El desprecio de Jesús hacia los ricos y los bienes materiales. No puede negarse que la oposición a los ricos está llena de consecuencias que muchos de la época interpretarían como revolucionarias. “Muchos primeros serán los últimos, y los últimos, los primeros” (Mc 10,31; Mt 19,30).
· Según Bermejo, en Q 9,58, Jesús parece haber utilizado la alegoría velada para referirse despectivamente a Herodes y las élites de Séforis: “Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza». Aparte del sentido normal referido a la pobreza de Jesús, que es evidente, puede haber un doble sentido: zorro = Herodes Antipas; aves y nidos = mansiones de los ricos. Jesús no es como Antipas / Jesús no tiene donde reclinar la cabeza.
He aquí unos posibles textos sobre la actitud de huida de Jesús extraídos del Evangelio de Marcos, al menos pueden ser indicios de tal fuga y como tales han sido interpretados:
6,45: “Inmediatamente obligó a sus discípulos a subir a la barca y a ir por delante hacia Betsaida, mientras él despedía a la gente”. Obsérvese el “obligó”.
7,31: “Se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la Decápolis”. Obsérvese el camino errático. Diversos intérpretes opinan que no se trata de un error geográfico de Marcos, sino una descripción de una huida despistante.
8,10: “Subió a continuación a la barca con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanutá” (región desconocida por nosotros).
9,2: “Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, Santiago y Juan, y los lleva, a ellos solos, aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos”.
9,30: “Y saliendo de allí, iban caminando por Galilea; él no quería que se supiera”. Jesús camina de incógnito. Hubo de tener serios motivos, a pesar de que su misión era proclamar continuamente la inmediata venida del reino de Dios.
10,1: “Y levantándose de allí va a la región de Judea, y al otro lado del Jordán, y de nuevo vino la gente donde él y, como acostumbraba, les enseñaba”. Al pasar a Judea, Jesús esuiva la jurisdicción de Antipas.
Seguiremos.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
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