Escribe Antonio Piñero
Foto: Excavaciones en Nazaret (“El País”)
Concluimos la postal anterior planteando diversas posibilidades sobre cómo la gente del Israel del siglo I podían considerar a Jesús. Estas eran:
· Que Jesús pertenecía a la secta precristiana de los nazoreos
· Que Jesús era un nétzer, un vástago de David.
· Que Jesús era un nozrí /nosrí: un “observante” (de la Ley).
· Que Jesús era un nazir, un nazireo, obligado por un voto de nazireato
· Que Jesús era simplemente un “hombre santo”, un santo de Dios
· Y a esto añadimos que muchos lo consideraban un “profeta” de los grandes “como los antiguos”.
De estas posibilidades –y aparte del título de “profeta”, lo que parece tener más posibilidades es (hipotéticamente) que Jesús fuera un nazir, un hombre que hubiera hecho un voto de nazireato. Y la razón es la escasez enorme en el Nuevo Testamento de la expresión “Jesús de Nazaret”.
Ahora bien, esta última hipótesis de que Jesús fuera considerado un nazir debe hacer frente a dos dificultades:
a) El nazireato nunca es un voto duradero, de por vida, sino temporal.
b) Jesús no era un asceta, sino un “comilón y bebedor”, en boca de algunos (Mateo 11,39/ Lucas 7,34). Naturalmente era una exageración, pero indica que practicaba la comensalidad como signo del Reino.
Las dificultades para Jesús un “nazir” no se pueden resolver fácilmente, salvo que se piense que
a) Jesús hizo una o varias veces el voto de nazireato en su vida aunque sus biografías griegas no hayan recogido la noticia. Y
b) que en muchas ocasiones nazir podía significar en sentido amplio “hombre de Dios” o consagrado o santo en general.
Esto es una mera hipótesis, y ya sabemos que una hipótesis no es una certeza.
Por tanto creo que parece bastante seguro (por lo que dijimos de que en hebreo tienen consonantes distintas) que “nazareno”, “nazireo”, “nazoreo” no significó al principio “hombre de Nazaret”, sino Jesús el nazir, el santo, el hijo de Dios el siervo de Dios. Y que posteriormente en ámbito griego se lo denomino “Jesús de Nazaret”, al modo griego. Como este nombre iba unido al de “siervo” de Yahvé y pronto en ambiente griego helenístico se le denominó “Kýrios”, “Señor”, se perdió pronto la asociación “nazir / siervo / santo” que fue sustituida por “Señor”.
Es posible por ello que los cristianos de lengua semítica, en Palestina, y en Siria, se llamaran primero los “nazareos/nazarenos”, pero que los de lengua griega se autodenominaran los “santos” (así en Pablo: por ejemplo, Rm 1,7; 1 Cor 1,2). Pronto, y por gente de fuera, en Antioquía de Siria esta designación fuera sustituida pronto por christianós, que quiere decir “mesianistas”.
Jesús el nazireo o el nazoreo no fue pronto bien entendido por los griegos y su nombre se completó a la manera griega: “Jesús de Nazaret”, o “hombre de Dios” lugar perdiéndose el nombre semítico “Jesús hijo de José”, o “Jesús el santo/ siervo/nazir” designaciones todas bien semíticas y que para un griego eran muy raras.
Es posible que en ese momento, en el que se superponían los diversos nombres (Jesús nazir, nazireo, nazaraîos, más Jesús de Nazaret se inventara la designación “nazareno” en vez de nazaretano como debería ser).
Y finalmente es bastante seguro el que se impusiera tardíamente “Jesús de Nazaret” que es modo normal griego de llamar a la gentes: el nombre + el lugar de procedencia. El que se impusiera tardíamente “Jesús de Nazaret” no significa que durante a su vida pública, los galileos llamaran a Jesús por el nombre normal, “Jesús ben Josef”, o de vez en cuando la gente lo designara “Jesús el nazir o nazoreo”, porque era conocida su piedad judía y habría hecho el voto de nazireato alguna vez, desde luego más de una, o bien que alguna vez otros lo designaran por “El santo / el hombre santo”.
En síntesis con el tiempo, cuando la Iglesia se hizo cada vez más “grecorromana” fue denominación griega es la que se impuso con el tiempo, que no era ni mucho menos la normal en vida de Jesús.
Alguien dirá: Hay un problema: Nazaret (Nazaraá) no se nombra en el Antiguo Testamento. Y a lo mejor es un invento cristiano.
Respondo:
· Tenemos noticias de Julio Africano (citado por Eusebio de Cesarea; su fuente son los evangelios, pero pasó casi toda su vida en Palestina!) de que en el siglo II sí existía, ciertamente. A finales del s. IV Epifanio y Jerónimo hablan ya bastante de Nazaret.
· Lo importante es que la arqueología demuestra que Nazaret está habitada desde el neolítico. Pero algunos insisten ¿lo estaba en el siglo I? Se responde: Excavaciones actuales por los israelitas afirman que sí.: En Nazareth se viene trabajando desde hace años en un Proyecto Arqueológico sistemático (Proyecto Nazareth creo que se llama), que dirige Yardena Alexandre, de la Autoridad de Antigüedades de Israel. En 2009 se excavó parte de una casa que data de los tiempos de Jesús. Su excavador fue esta arqueóloga. La casa está ubicada en las laderas de la colina de la ciudad. El registro cerámico constatado se fecha aproximadamente entre 100 a.C. y 100 d.C. Se trata de un ambiente doméstico humilde, sin ningún tipo de vajilla de lujo y sin productos importados. Yo recordaba que en su día apareció una noticia de todo ello en El País (http://cultura.elpais.com/cultura/2009/12/21/actualidad/1261350004_850215.html).
Se puede ver también el siguiente blog donde se discute el asunto de la existencia de Nazareth en tiempos de Jesús: http://ehrmanblog.org/did-nazareth-exist/.
Estos hallazgos quizás hayan sido ya publicados en la serie “Excavations and Surveys in Israel”; habría que controlarlo. De momento están citados en diversas publicaciones, por ejemplo: James H. Charlesworth y Mordechai Aviam, “Reconstructing Firts-Century Galilee. Reflections on Ten Major Problems”, en: J. H. Charlesworth (ed.), Jesus Research. New Methodologies and Perceptions. The Second Princeton-Prague Symposium on Jesus Research (Princeton 2007), Cambridge, 2014, 103-136, en particular p. 136, nota 79.
Todo lo dicho supone además que el Evangelio de Mateo (donde se habla de “Jesús el Nazoreo” y se entiende como si se refiriera a “natural de Nazaret” /nazareno) se compuso en griego, lengua en la que se confunden esos dos vocablos nazoreo / nazareo)… ¡pero nunca en hebreo o arameo!
Por tanto, nadie puede decir razonablemente que el Evangelio de Mateo es una traducción de un Evangelio de Mateo original, compuesto en hebreo o arameo, siguiendo la sugerencia de Papías (en su obra perdida “Explicación de las palabras del Señor”) según cita Eusebio de Cesarea, Historia Eclesiástica III 39 14-16): “Mateo, uno de los Doce, fue el primer evangelista y compuso su historia de Jesús en hebreo (quizás se refiera a “arameo”, pues los griegos no distinguían entre las dos lenguas), que dada uno tradujo como pudo”. Si existió el Mateo hebreo/arameo, se perdió.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
www.antoniopinero.com
NOTA:
Curso mío en línea mayo/junio 2021
Aquí va el enlace:
https://youtu.be/sIJbOvABpUk
Hay una primera conferencia gratis sobre “Los Evangelios” en general.
Y luego cuatro clases de pago (48 dólares = 40,8 euros = 10 euros por clase de cerca de dos horas) que tratan del Jesús de cada uno de los cuatro evangelios canónicos: Marcos, Mateo, Lucas y Juan
Foto: Excavaciones en Nazaret (“El País”)
Concluimos la postal anterior planteando diversas posibilidades sobre cómo la gente del Israel del siglo I podían considerar a Jesús. Estas eran:
· Que Jesús pertenecía a la secta precristiana de los nazoreos
· Que Jesús era un nétzer, un vástago de David.
· Que Jesús era un nozrí /nosrí: un “observante” (de la Ley).
· Que Jesús era un nazir, un nazireo, obligado por un voto de nazireato
· Que Jesús era simplemente un “hombre santo”, un santo de Dios
· Y a esto añadimos que muchos lo consideraban un “profeta” de los grandes “como los antiguos”.
De estas posibilidades –y aparte del título de “profeta”, lo que parece tener más posibilidades es (hipotéticamente) que Jesús fuera un nazir, un hombre que hubiera hecho un voto de nazireato. Y la razón es la escasez enorme en el Nuevo Testamento de la expresión “Jesús de Nazaret”.
Ahora bien, esta última hipótesis de que Jesús fuera considerado un nazir debe hacer frente a dos dificultades:
a) El nazireato nunca es un voto duradero, de por vida, sino temporal.
b) Jesús no era un asceta, sino un “comilón y bebedor”, en boca de algunos (Mateo 11,39/ Lucas 7,34). Naturalmente era una exageración, pero indica que practicaba la comensalidad como signo del Reino.
Las dificultades para Jesús un “nazir” no se pueden resolver fácilmente, salvo que se piense que
a) Jesús hizo una o varias veces el voto de nazireato en su vida aunque sus biografías griegas no hayan recogido la noticia. Y
b) que en muchas ocasiones nazir podía significar en sentido amplio “hombre de Dios” o consagrado o santo en general.
Esto es una mera hipótesis, y ya sabemos que una hipótesis no es una certeza.
Por tanto creo que parece bastante seguro (por lo que dijimos de que en hebreo tienen consonantes distintas) que “nazareno”, “nazireo”, “nazoreo” no significó al principio “hombre de Nazaret”, sino Jesús el nazir, el santo, el hijo de Dios el siervo de Dios. Y que posteriormente en ámbito griego se lo denomino “Jesús de Nazaret”, al modo griego. Como este nombre iba unido al de “siervo” de Yahvé y pronto en ambiente griego helenístico se le denominó “Kýrios”, “Señor”, se perdió pronto la asociación “nazir / siervo / santo” que fue sustituida por “Señor”.
Es posible por ello que los cristianos de lengua semítica, en Palestina, y en Siria, se llamaran primero los “nazareos/nazarenos”, pero que los de lengua griega se autodenominaran los “santos” (así en Pablo: por ejemplo, Rm 1,7; 1 Cor 1,2). Pronto, y por gente de fuera, en Antioquía de Siria esta designación fuera sustituida pronto por christianós, que quiere decir “mesianistas”.
Jesús el nazireo o el nazoreo no fue pronto bien entendido por los griegos y su nombre se completó a la manera griega: “Jesús de Nazaret”, o “hombre de Dios” lugar perdiéndose el nombre semítico “Jesús hijo de José”, o “Jesús el santo/ siervo/nazir” designaciones todas bien semíticas y que para un griego eran muy raras.
Es posible que en ese momento, en el que se superponían los diversos nombres (Jesús nazir, nazireo, nazaraîos, más Jesús de Nazaret se inventara la designación “nazareno” en vez de nazaretano como debería ser).
Y finalmente es bastante seguro el que se impusiera tardíamente “Jesús de Nazaret” que es modo normal griego de llamar a la gentes: el nombre + el lugar de procedencia. El que se impusiera tardíamente “Jesús de Nazaret” no significa que durante a su vida pública, los galileos llamaran a Jesús por el nombre normal, “Jesús ben Josef”, o de vez en cuando la gente lo designara “Jesús el nazir o nazoreo”, porque era conocida su piedad judía y habría hecho el voto de nazireato alguna vez, desde luego más de una, o bien que alguna vez otros lo designaran por “El santo / el hombre santo”.
En síntesis con el tiempo, cuando la Iglesia se hizo cada vez más “grecorromana” fue denominación griega es la que se impuso con el tiempo, que no era ni mucho menos la normal en vida de Jesús.
Alguien dirá: Hay un problema: Nazaret (Nazaraá) no se nombra en el Antiguo Testamento. Y a lo mejor es un invento cristiano.
Respondo:
· Tenemos noticias de Julio Africano (citado por Eusebio de Cesarea; su fuente son los evangelios, pero pasó casi toda su vida en Palestina!) de que en el siglo II sí existía, ciertamente. A finales del s. IV Epifanio y Jerónimo hablan ya bastante de Nazaret.
· Lo importante es que la arqueología demuestra que Nazaret está habitada desde el neolítico. Pero algunos insisten ¿lo estaba en el siglo I? Se responde: Excavaciones actuales por los israelitas afirman que sí.: En Nazareth se viene trabajando desde hace años en un Proyecto Arqueológico sistemático (Proyecto Nazareth creo que se llama), que dirige Yardena Alexandre, de la Autoridad de Antigüedades de Israel. En 2009 se excavó parte de una casa que data de los tiempos de Jesús. Su excavador fue esta arqueóloga. La casa está ubicada en las laderas de la colina de la ciudad. El registro cerámico constatado se fecha aproximadamente entre 100 a.C. y 100 d.C. Se trata de un ambiente doméstico humilde, sin ningún tipo de vajilla de lujo y sin productos importados. Yo recordaba que en su día apareció una noticia de todo ello en El País (http://cultura.elpais.com/cultura/2009/12/21/actualidad/1261350004_850215.html).
Se puede ver también el siguiente blog donde se discute el asunto de la existencia de Nazareth en tiempos de Jesús: http://ehrmanblog.org/did-nazareth-exist/.
Estos hallazgos quizás hayan sido ya publicados en la serie “Excavations and Surveys in Israel”; habría que controlarlo. De momento están citados en diversas publicaciones, por ejemplo: James H. Charlesworth y Mordechai Aviam, “Reconstructing Firts-Century Galilee. Reflections on Ten Major Problems”, en: J. H. Charlesworth (ed.), Jesus Research. New Methodologies and Perceptions. The Second Princeton-Prague Symposium on Jesus Research (Princeton 2007), Cambridge, 2014, 103-136, en particular p. 136, nota 79.
Todo lo dicho supone además que el Evangelio de Mateo (donde se habla de “Jesús el Nazoreo” y se entiende como si se refiriera a “natural de Nazaret” /nazareno) se compuso en griego, lengua en la que se confunden esos dos vocablos nazoreo / nazareo)… ¡pero nunca en hebreo o arameo!
Por tanto, nadie puede decir razonablemente que el Evangelio de Mateo es una traducción de un Evangelio de Mateo original, compuesto en hebreo o arameo, siguiendo la sugerencia de Papías (en su obra perdida “Explicación de las palabras del Señor”) según cita Eusebio de Cesarea, Historia Eclesiástica III 39 14-16): “Mateo, uno de los Doce, fue el primer evangelista y compuso su historia de Jesús en hebreo (quizás se refiera a “arameo”, pues los griegos no distinguían entre las dos lenguas), que dada uno tradujo como pudo”. Si existió el Mateo hebreo/arameo, se perdió.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
www.antoniopinero.com
NOTA:
Curso mío en línea mayo/junio 2021
Aquí va el enlace:
https://youtu.be/sIJbOvABpUk
Hay una primera conferencia gratis sobre “Los Evangelios” en general.
Y luego cuatro clases de pago (48 dólares = 40,8 euros = 10 euros por clase de cerca de dos horas) que tratan del Jesús de cada uno de los cuatro evangelios canónicos: Marcos, Mateo, Lucas y Juan