Hoy escribe Antonio Piñero
Comienzo hoy a cumplir lo prometido cuando anuncié hace tiempo que comentaría algún otro libro más, aparte de “Pablo. De Tarso a Roma”, del que nos hemos servido ya abundantemente. Y lo hago con un libro básico, breve, sencillo de leer porque es claro, pero a la vez denso, bien informado y personal. He aquí sus datos:
Senén Vidal, Iniciación a Pablo, Editorial “Sal Terrae”, Santander, 2ª edición de 2008 (Colección “Alcance 55), 181 pp. ISBN: 978-84-293-1776-4.
Debo advertir una vez más, que no se trata de un libro de divulgación en el sentido un tanto peyorativo del término (expansión de ideas ajenas en un texto simplificador y sencillito), sino de la decantación de ideas propias, a modo de resumen claro, formadas después de muchos años de reflexión y estudio y de trato con los textos del autor cuyas ideas se exponen.
Pero no deja de ser un libro de iniciación, de ahí su título, que orienta al lector que todavía no se ha sumergido en profundidad en el estudio de un autor tan complejo, a veces desordenado y un tanto inconsecuente, como Pablo de Tarso. Y como buen orientador permite que el guiado no se extravíe, yendo por senderos que la investigación transitó primero y luego desechó por erróneos, o pierda tiempo explorando terrenos ya archivistos, cuyos resultados pueden ofrecerle otros con seguridad y sin pérdida de esfuerzos y tiempo.
Por otro lado, se trata de un libro original y no “ortodoxo” en el sentido peor del término, aquel que obliga a caminar al investigador según pautas ya marcadas de antemano, y que no le permiten sobrepasar límites y pautas previamente convenidas. Como otros libros de Senén Vidad es un volumen valiente. Está comprometido con la fe que profesa, pero ofrece explicaciones más razonables y de acuerdo con la investigación reciente de textos normalmente entendidos de otro modo por la ortodoxia vinculante.
El libro está organizado del modo siguiente: una primer parte dedicada al contexto histórico en el que vivió Pablo, de su estratificación social, pero otorgando ante todo a las ideas paganas circundantes la suficiente relevancia porque explica con qué mundo se enfrentaba Pablo al explicar la vigencia salvadora de un mesías judío crucificado: la ideología imperial y su “evangelio”, el sincretismo (mezcla) de ideas del mundo en el que se vivía y el, a veces, feroz individualismo reinante, donde cada uno intentaba buscar la salvación por sus propios medios, como abandonado por la religiosidad oficial.
La segunda parte introduce al lector con sobriedad y eficacia en la vida de Pablo: sus orígenes en el judaísmo helenista de la Diáspora; su marco social; su llamada o vocación, que Vidal denomina “el cambio de vertiente”, con su experiencia de revelación divina…: un intento de explicar cómo fue que Pablo acabó convencido de que sus perseguidos tenían razón. Finalmente, la doble misión en la intensa vida del converso: su misión en las comunidades de Damasco y Antioquía, más la misión autónoma.
Senén Vidal no admite, como la mayoría de los investigadores una segunda etapa en la que colocar la vida del Pablo de las Epístolas Pastorales, de Colosenses y Efesios, y de 2ª Tesalonicenses. Todas ellas son consideradas pseudoepígrafas y obras no genuinas, sino de la “escuela” del Apóstol.
Según Vidal, la misión autónoma se divide en tres etapas:
· la primera desde la primavera del año 49 d.C. hasta el 51, marcada por la semiruptura con Pedro y la comunidad de Jerusalén, que le lleva hasta Corinto;
· la segunda, intensa y fructífera, del 51 al 54 centrada muy principalmente en Éfeso; y la
· tercera que desemboca en su apresamiento en Jerusalén y su prisión en Cesarea y Roma.
Vidal cree que el silencio de los Hechos sobre el final de Pablo es elocuente, y que debe interpretarse, según la tendencia del autor de Hechos, a saber, en una suerte de pudor que le lleva a no relatar el final del Apóstol, degollado en Roma porq la obra terminaría en una atmósfera de aparente fracaso. Pero el autor de Hechos conoce la noticia de la muerte de Pablo que se filtra como casi una profecía en 20,22-25.37-38 y 21,10-11.
La tercera parte, muy breve describe, cómo pudo formarse y con qué consecuencias la colección de escritos paulinos, y cuáles son las cartas originales.
La cuarta, muy interesante y bien razonada es una síntesis del “evangelio” de Pablo. Comienza por una iluminadora síntesis de cuáles son las bases del pensamiento paulino: que estructura fundamental –qué ideas- tiene su mensaje, en qué se basa y cómo Pablo añade especificaciones propias a esa estructura. Se concentra luego Vidal en aclarar cómo ese “evangelio” es fundamentalmente mesiánico, cómo entiende al mesías Jesús, cómo la proclamación del evangelio produce un “gran tránsito”, a saber desde el mundo y el hombre viejo a la “liberación mesiánica”, un movimiento en tensión que tiene su dinamismo y sus claves.
Finalmente el autor describe cómo debe comprenderse el nuevo pueblo mesiánico, que es una nueva humanidad; cómo se forma la idea de los cristianos como un “cuerpo”, y en concreto cuerpo del mesías, cómo eran sus asambleas o reuniones y qué las movía, para concluir con una descripción de la “nueva esperanza mesiánica” y la vida tras el encuentro con el Cristo o mesías que genera tal transformación en el creyente que su estado puede considerarse como “un anticipo del reino mesiánico futuro”.
Como puede calibrarse, Vidal introduce a sus lectores en lo esencial de Pablo en pocas páginas. El próximo día apostillaremos esta explicación de Vidal con la breve discusión de algunos puntos que considero oscuros o problemáticos.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com
En el otro blog, de la revista electrónica “Tendencias21”, el tema de hoy es:
“Los apóstoles en la literatura apócrifa”.
Saludos de nuevo.