Escribe Antonio Piñero
Pregunta:
El motivo de mi correo es sobre Mateo 16:18.
Pienso que ni Jesús ni ningún apóstol fundó Iglesia ni religión alguna.
¿Qué explicación tendría ese versículo? ¿Ha sido añadido posteriormente?
Respuesta:
Ya he respondido a esta pregunta en otra postal de 2009. Pero creo que es inaccesible al público, porque Tendencias21, “Cristianismo e Historia” conserva solo postales más recientes.
En líneas generales, estimo que la respuesta a temas críticos de la vida de Jesús en los que los Evangelios nos ofrecen perspectivas sobre su persona la crítica a temas candentes de los Evangelios viene no solo del análisis de un pasaje concreto, sino de la perspectiva de los puntos que definen el contorno de la figura de Jesús, tal como se ha llegado a ellos por consenso virtual entre la investigación independiente. Y entre esos puntos está la imagen –que me parece irrefutable– de un Jesús que muere en le cruz, en una crucifixión colectiva, condenado por los romanos por sedición contra el Imperio Romano. A lo largo de unos 75 días he expuesto esta imagen de Jesús en la serie “Jesús y la resistencia antirromana”, que lleva el título de un artículo de Fernando Bermejo, que he traducido del inglés y he expandido y apostillado largamente. La idea de un Jesús sedicioso se apoya en 35 textos evangélicos, la mayoría de ellos muy claros.
El caso de la fundación de una iglesia, tal como la conocemos hoy, no encaja en absoluto en la imagen de Jesús que se ha formado la investigación histórica independiente.
Ahora le copio la respuesta a su cuestión tomada de mi obra de “Ciudadano Jesús” (www.ciudadanojesus.com):
Se trata de uno de los pasajes más discutidos del evangelio de Mateo. Sin embargo, muchos investigadores, todo confesionales, ofrecen una respuesta positiva a la cuestión: Jesús fundó una Iglesia más o menos como la conocemos hoy, eliminados sus defectos Esta respuesta que, desde centenares de años se viene dando a la cuestión, me parece imposible. Mi argumentación es como sigue. Pero empiezo citando el texto:
"Cuando Jesús llegó al distrito de Cesarea de Filipo preguntó a sus discípulos: 'Quién dicen los hombres que es el hijo del hombre (es decir, este hombre que está aquí, ante vosotros)? Ellos respondieron: 'Unos dicen que Juan el Bautista; otros, Elías; otros, Jeremías o alguno de los profetas'. Jesús les dice: 'Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?'. Simón Pedro respondió: 'Tú eres el Mesías, el hijo del Dios vivo'. Jesús le respondió así: 'Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo reveló la carne y sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo, por mi parte te digo: tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Te daré las llaves del reino de los cielos y lo que atares en la tierra, quedará atado en los cielos, y lo que desatares en la tierra, quedará desatado en los cielos" (16,13-20).
Interpretación:
Hay diversas posiciones en el ámbito de las confesiones cristianas actuales. Comencemos por la tradicional de siglos, la que sostiene la Iglesia católica. Se defiende, sobre todo entre los teólogos católicos, que la escena transmitida por Mateo es rigurosamente auténtica y plenamente histórica en todos sus extremos. Proclaman, por tanto, que Jesús fundó estrictamente una iglesia, la cual, en sustancia y en sus estructuras fundamentales, es como la de hoy día. Sus argumentos son los siguientes:
1. Mientras no se pruebe estrictamente lo contrario, los Evangelios son históricos; luego este pasaje lo es.
2. La escena transmitida por Mateo tiene un colorido semítico en toda la narración. Ello permite afirmar que todos sus detalles se retrotraen al Jesús de la historia.
3. Hay un paralelo a esta escena en el Evangelio de Juan: el encargo de Jesús a Pedro de cuidar del rebaño de fieles (21,15-19). En ella se afirma el primado de Pedro.
Bernard-Marie Ferry, autor del artículo "Iglesia" en el Diccionario enciclopédico de la Biblia, publicado por Herder hace ya años, amplia así el argumento:
"Jesús no se conforma con instituir la Iglesia, sino que quiere darle una regla de vida... (tan sólo) es tarea de la teología mostrar si el primado fue conferido a Pedro solo o si, como enseña la Iglesia católica, tal primado pertenece a Pedro y a todos sus sucesores". Esa iglesia fundada por Jesús debe incluir tanto a judíos como a paganos de modo que sean --continúa Ferry-- un "sólo rebaño y un sólo pastor" (Jn 10,16).
"Por eso Jesús en el momento de dejarlos, ordena a sus apóstoles que sean testigos suyos en Jerusalén y en toda Judea y Samaría y hasta los confines de la tierra (Hch 1,8), que proclamen la buena nueva por todo el mundo (Mc 16,16) y hagan discípulos de todas las naciones, “bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" (Mt 28,19).
Me pregunto: ¿es segura esta exégesis tradicional de Mt 16,13-20?
No lo parece, ni mucho menos. Los argumentos que sustentan una duda razonable al respecto son:
1. Todos los textos de apoyo que cita B. M. Ferry, que hemos resumido en la cuestión anterior, para apuntalar la escena de Mateo son ante los ojos de la inmensa mayoría de los intérpretes de prestigio, incluso católicos, altamente sospechosos y, probabilísimamente, no proceden de la boca misma de Jesús, sino que son posteriores a él. Son añadiduras tardías de una tradición evangélica secundaria, no auténtica, no imputable al Jesús de la historia, sino adscrita luego al personaje. Por ello la discusión no se centra en estos pasajes de sustento que aporta el teólogo Ferry, y que no valen nada históricamente, sino en el texto de Mateo que hemos transcrito.
2. Una escena donde se afirma algo tan trascendental como es la institución del sistema organizativo que habría de continuar la obra de Jesús no aparece en ninguno de los otros tres evangelios. Al leerlos en su totalidad, ni siquiera encontramos en ellos la palabra "iglesia".
3. Es muy llamativo el contraste de esta escena dibujada por Mateo con la paralela del Evangelio de Marcos que --según la inmensa mayoría de los críticos-- es una de las fuentes del llamado primer evangelio, el de Mateo. Marcos se limita a decir lo siguiente: "Salió Jesús y sus discípulos hacia las aldeas de Cesarea de Filipo y en el camino preguntaba a sus discípulos: ‘¿Quién dicen los hombres que soy yo?' Ellos dijeron: 'Juan el Bautista; y otros, Elías; otros, que uno de los profetas’. Y él les preguntaba a ellos; '¿Y vosotros, quién decís que soy yo?' Pedro le respondió: 'Tú eres el Mesías’. Y les prohibió decir a nadie esto de él".
Es, pues, muy extraña la ausencia de la institución de la Iglesia en el escrito de Marcos, puesto que, según la tradición eclesiástica, este evangelista recoge la predicación y los recuerdos de Pedro... y éste hubo de hallarse muy interesado en transmitir la escena en la que se le confiaba un encargo tan importante como el de ser el fundamento de la institución que iba a continuar la tarea de Jesús.
4. Es también muy extraño que en textos tardíos del Nuevo Testamento como las cartas a Tito, 2ª Timoteo, 1ª y 2ª Pedro, 1ª y 2ª Juan y epístola de Judas no haya mención ninguna a la realidad de una iglesia fundada por Jesús. ¡Precisamente en aquellos escritos más dispuestos teóricamente a mostrar el origen divino de una institución que en su tiempo iba ya perfilándose con cierta nitidez!
¿Cómo juzgar, pues, el pasaje del Evangelio de Mateo 16,13-20?
Considerándolo probablemente, como un texto secundario, un añadido de Mateo a la tradición recibida de Marcos. No pienso que sea una invención pura del evangelista, sino uno de esos casos, que ya conocemos, en los que un profeta cristiano inspirado, por el espíritu de Jesús, según se creía, habló en nombre del Maestro.
Una reconstrucción muy plausible del proceso puede ser la siguiente: el profeta cristiano se basó, sin duda, en una auténtica confesión de Pedro del mesianismo judío de Jesús, pero luego la amplió con la fundación de un grupo que había de durar tras su muerte (precisamente el grupo del que el profeta formaba parte). Y ese profeta, al emitir estas palabras “de Jesús” acerca de su elección de Pedro como fundamento del grupo que había de continuar sus doctrinas, formó la base de una tradición en su comunidad de la fundación expresa del grupo por parte de Jesús.
Esta tradición debió de constituirse muy pronto cronológicamente y en suelo palestino, lo que explica que el texto de Mt 16,16 contenga expresiones que se explican mejor como una composición original en arameo que en griego. Eso aclara su sabor semítico, sin que proceda necesariamente del Jesús histórico.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.ciudadanojesus.com
Pregunta:
El motivo de mi correo es sobre Mateo 16:18.
Pienso que ni Jesús ni ningún apóstol fundó Iglesia ni religión alguna.
¿Qué explicación tendría ese versículo? ¿Ha sido añadido posteriormente?
Respuesta:
Ya he respondido a esta pregunta en otra postal de 2009. Pero creo que es inaccesible al público, porque Tendencias21, “Cristianismo e Historia” conserva solo postales más recientes.
En líneas generales, estimo que la respuesta a temas críticos de la vida de Jesús en los que los Evangelios nos ofrecen perspectivas sobre su persona la crítica a temas candentes de los Evangelios viene no solo del análisis de un pasaje concreto, sino de la perspectiva de los puntos que definen el contorno de la figura de Jesús, tal como se ha llegado a ellos por consenso virtual entre la investigación independiente. Y entre esos puntos está la imagen –que me parece irrefutable– de un Jesús que muere en le cruz, en una crucifixión colectiva, condenado por los romanos por sedición contra el Imperio Romano. A lo largo de unos 75 días he expuesto esta imagen de Jesús en la serie “Jesús y la resistencia antirromana”, que lleva el título de un artículo de Fernando Bermejo, que he traducido del inglés y he expandido y apostillado largamente. La idea de un Jesús sedicioso se apoya en 35 textos evangélicos, la mayoría de ellos muy claros.
El caso de la fundación de una iglesia, tal como la conocemos hoy, no encaja en absoluto en la imagen de Jesús que se ha formado la investigación histórica independiente.
Ahora le copio la respuesta a su cuestión tomada de mi obra de “Ciudadano Jesús” (www.ciudadanojesus.com):
Se trata de uno de los pasajes más discutidos del evangelio de Mateo. Sin embargo, muchos investigadores, todo confesionales, ofrecen una respuesta positiva a la cuestión: Jesús fundó una Iglesia más o menos como la conocemos hoy, eliminados sus defectos Esta respuesta que, desde centenares de años se viene dando a la cuestión, me parece imposible. Mi argumentación es como sigue. Pero empiezo citando el texto:
"Cuando Jesús llegó al distrito de Cesarea de Filipo preguntó a sus discípulos: 'Quién dicen los hombres que es el hijo del hombre (es decir, este hombre que está aquí, ante vosotros)? Ellos respondieron: 'Unos dicen que Juan el Bautista; otros, Elías; otros, Jeremías o alguno de los profetas'. Jesús les dice: 'Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?'. Simón Pedro respondió: 'Tú eres el Mesías, el hijo del Dios vivo'. Jesús le respondió así: 'Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo reveló la carne y sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo, por mi parte te digo: tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Te daré las llaves del reino de los cielos y lo que atares en la tierra, quedará atado en los cielos, y lo que desatares en la tierra, quedará desatado en los cielos" (16,13-20).
Interpretación:
Hay diversas posiciones en el ámbito de las confesiones cristianas actuales. Comencemos por la tradicional de siglos, la que sostiene la Iglesia católica. Se defiende, sobre todo entre los teólogos católicos, que la escena transmitida por Mateo es rigurosamente auténtica y plenamente histórica en todos sus extremos. Proclaman, por tanto, que Jesús fundó estrictamente una iglesia, la cual, en sustancia y en sus estructuras fundamentales, es como la de hoy día. Sus argumentos son los siguientes:
1. Mientras no se pruebe estrictamente lo contrario, los Evangelios son históricos; luego este pasaje lo es.
2. La escena transmitida por Mateo tiene un colorido semítico en toda la narración. Ello permite afirmar que todos sus detalles se retrotraen al Jesús de la historia.
3. Hay un paralelo a esta escena en el Evangelio de Juan: el encargo de Jesús a Pedro de cuidar del rebaño de fieles (21,15-19). En ella se afirma el primado de Pedro.
Bernard-Marie Ferry, autor del artículo "Iglesia" en el Diccionario enciclopédico de la Biblia, publicado por Herder hace ya años, amplia así el argumento:
"Jesús no se conforma con instituir la Iglesia, sino que quiere darle una regla de vida... (tan sólo) es tarea de la teología mostrar si el primado fue conferido a Pedro solo o si, como enseña la Iglesia católica, tal primado pertenece a Pedro y a todos sus sucesores". Esa iglesia fundada por Jesús debe incluir tanto a judíos como a paganos de modo que sean --continúa Ferry-- un "sólo rebaño y un sólo pastor" (Jn 10,16).
"Por eso Jesús en el momento de dejarlos, ordena a sus apóstoles que sean testigos suyos en Jerusalén y en toda Judea y Samaría y hasta los confines de la tierra (Hch 1,8), que proclamen la buena nueva por todo el mundo (Mc 16,16) y hagan discípulos de todas las naciones, “bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" (Mt 28,19).
Me pregunto: ¿es segura esta exégesis tradicional de Mt 16,13-20?
No lo parece, ni mucho menos. Los argumentos que sustentan una duda razonable al respecto son:
1. Todos los textos de apoyo que cita B. M. Ferry, que hemos resumido en la cuestión anterior, para apuntalar la escena de Mateo son ante los ojos de la inmensa mayoría de los intérpretes de prestigio, incluso católicos, altamente sospechosos y, probabilísimamente, no proceden de la boca misma de Jesús, sino que son posteriores a él. Son añadiduras tardías de una tradición evangélica secundaria, no auténtica, no imputable al Jesús de la historia, sino adscrita luego al personaje. Por ello la discusión no se centra en estos pasajes de sustento que aporta el teólogo Ferry, y que no valen nada históricamente, sino en el texto de Mateo que hemos transcrito.
2. Una escena donde se afirma algo tan trascendental como es la institución del sistema organizativo que habría de continuar la obra de Jesús no aparece en ninguno de los otros tres evangelios. Al leerlos en su totalidad, ni siquiera encontramos en ellos la palabra "iglesia".
3. Es muy llamativo el contraste de esta escena dibujada por Mateo con la paralela del Evangelio de Marcos que --según la inmensa mayoría de los críticos-- es una de las fuentes del llamado primer evangelio, el de Mateo. Marcos se limita a decir lo siguiente: "Salió Jesús y sus discípulos hacia las aldeas de Cesarea de Filipo y en el camino preguntaba a sus discípulos: ‘¿Quién dicen los hombres que soy yo?' Ellos dijeron: 'Juan el Bautista; y otros, Elías; otros, que uno de los profetas’. Y él les preguntaba a ellos; '¿Y vosotros, quién decís que soy yo?' Pedro le respondió: 'Tú eres el Mesías’. Y les prohibió decir a nadie esto de él".
Es, pues, muy extraña la ausencia de la institución de la Iglesia en el escrito de Marcos, puesto que, según la tradición eclesiástica, este evangelista recoge la predicación y los recuerdos de Pedro... y éste hubo de hallarse muy interesado en transmitir la escena en la que se le confiaba un encargo tan importante como el de ser el fundamento de la institución que iba a continuar la tarea de Jesús.
4. Es también muy extraño que en textos tardíos del Nuevo Testamento como las cartas a Tito, 2ª Timoteo, 1ª y 2ª Pedro, 1ª y 2ª Juan y epístola de Judas no haya mención ninguna a la realidad de una iglesia fundada por Jesús. ¡Precisamente en aquellos escritos más dispuestos teóricamente a mostrar el origen divino de una institución que en su tiempo iba ya perfilándose con cierta nitidez!
¿Cómo juzgar, pues, el pasaje del Evangelio de Mateo 16,13-20?
Considerándolo probablemente, como un texto secundario, un añadido de Mateo a la tradición recibida de Marcos. No pienso que sea una invención pura del evangelista, sino uno de esos casos, que ya conocemos, en los que un profeta cristiano inspirado, por el espíritu de Jesús, según se creía, habló en nombre del Maestro.
Una reconstrucción muy plausible del proceso puede ser la siguiente: el profeta cristiano se basó, sin duda, en una auténtica confesión de Pedro del mesianismo judío de Jesús, pero luego la amplió con la fundación de un grupo que había de durar tras su muerte (precisamente el grupo del que el profeta formaba parte). Y ese profeta, al emitir estas palabras “de Jesús” acerca de su elección de Pedro como fundamento del grupo que había de continuar sus doctrinas, formó la base de una tradición en su comunidad de la fundación expresa del grupo por parte de Jesús.
Esta tradición debió de constituirse muy pronto cronológicamente y en suelo palestino, lo que explica que el texto de Mt 16,16 contenga expresiones que se explican mejor como una composición original en arameo que en griego. Eso aclara su sabor semítico, sin que proceda necesariamente del Jesús histórico.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.ciudadanojesus.com