Escribe Antonio Piñero
Pregunta:
Estimado señor Piñero, últimamente estoy leyendo bastantes libros que
estudian el fenómeno de Jesucristo como personaje mítico puesto que la verdad
es que me apasiona el origen del cristianismo ya que es parte fundamental de la
cultura de Occidente. He leído algunos libros en inglés en formato
electrónico como por ejemplo: * Nailed: Ten Christian Myths That Show Jesus
Never Existed At All (David Fitzgerald) *Jesus is dead (Robert price) *
Deconstructing Jesus (price) *Not the Impossible Faith (Richard Carrier) Todos
estos autores razonan y convienen de una manera bastante sencilla, aunque creo
que acertada por la forma en que lo abordan y estudian, en que Jesús nuca
existió como personaje histórico sino que es un personaje mítico y más o
menos dado cuerpo por Roma, así como la liturgia del cristianismo.
Para ello se basan en estudios y argumentaciones variados y principalmente en los que todos
esos autores convienen en que los evangelios del canon bíblico son copiados los
unos de los otros y son escritos muy posteriormente a las cartas de San pablo,
además de que los evangelios poseen contradicciones entre ellos que en muchas
ocasiones son insalvables a la interpretación cristiana. Convienen también, en
que san Pablo nunca conoció a Jesús en persona ni conocía los evangelios
canónicos, sólo que Jesús se le apareció místicamente. Algún autor llega a
decir que Pablo de tarso además de epilepsia podría sufrir esquizofrenia
también. En que el testimonio Flaviano no es más que una interpolación
cristiana posterior. En que los evangelistas cometen errores de bulto en la
interpretación socio-política del territorio judío en el siglo I, así como
errores garrafales de geografía, y es debido a que los evangelios fueron
escritos muy tarde,( como pronto en el siglo II) y copiando datos de
historiadores, entre ellos el propio Flavio josefo. Que de todas las epístolas
de San Pablo sólo se atribuyen siete como originales y además están llenas de
interpolaciones posteriores.
Resumen: que fuera de los evangelios no haya absolutamente ninguna prueba fehaciente de la existencia de Jesús, ya que si se
anula el testimonio Flaviano no queda nada contemporáneo a Jesús, ya que Pablo
de tarso tampoco vio a Jesús en persona. Hay varios escritores americanos que
últimamente están tomando fuerza con varios libros en el mercado anglosajón
sobre este tema, entre los que se encuentran los que ya he citado, y que
abiertamente niegan a jesús como personaje histórico. ¿qué opinión tiene
sobre esos autores?
RESPUESTA:
Sencillamente opino que estos “descubridores” no hacen otra cosa que repetir y repetir argumentos que conocemos de memoria. Están descubriendo el Mediterráneo en cada momento. Son medias verdades. Prácticamente todo lo que usted recoge son planteamientos que se hace la crítica histórica desde hace dos siglos y medio y que han sido respondidos mil veces.
La mayoría de esos argumentos, medio ciertos, pero interpretados de un modo exagerado –y Usted sabe que yo no tengo el menor interés personal en mantener mitos ya que soy agnóstico y escéptica radical– tienen explicaciones más plausibles, que no aclara lo “oscuro por lo más oscuro aún”, que dan cuenta mejor y más sencillamente de esas “realidades” que Usted enumera, y que en conjunto ofrecen una explicación histórica muy realista.
La base de esa argumentación es que Jesús el Nazoreo existió, porque de lo contrario nada se explica bien y satisfactoriamente de lo que ocurrió después, y en que el fundamental error de estos “mitólogos” es no saber distinguir entre un ser humano más o menos normal, un menestral, obrero semi calificado y a la vez maestro de la Ley, galileo, que fracasó rotundamente, que murió crucificado por los romanos como sedicioso contra el Imperio –cuya figura encaja perfectamente en el judaísmo del siglo I– y el Cristo celestial, cuyas ideas fundamentales puso en pie san Pablo.
Si se distingue debidamente entre Jesús y Cristo, o mejor, entre Jesús y Jesucristo, saltan por el aire todos esos “descubrimientos”. Jesús existió, pero el que no existió nunca es Jesucristo, porque es un mero teologuema desarrollado por una mentalidad judía apocalíptica que mezcla la historia con la teología.
He escrito mucho sobre esto y en parte estoy aburrido de repetirme. En el Blog hay muchas intervenciones al respecto. Lea, por favor el libro editado por mí y compuesto entre varios, que es perfectamente accesible: ¿Existió Jesús realmente? El Jesús de la historia a debate, Editorial Raíces, Madrid 2009, 350 pp. ISBN 978-84-86115-64-7.
Pregunta:
Señor Piñero:
Le envío la reseña de un reciente libro del autor Francisco Conde Torres (303. Inventan el cristianismo). Mi sorpresa sobre la contundencia al afirmar que los evangelios son obra de la misma persona y escritos en el S.IV !!!!. ¿No es fiable la datación de estos textos (comenzando por las cartas de Pablo y terminando en el evangelio de Juan) en la segunda mitad del S.I?
Un cordial y agradecido saludo
"Se necesita imaginación para suponer que el Emperador Constantino, en el año 303, reuniera un pequeño equipo redactor y les encargara escribir los cuatro Evangelios y varios textos más, todos ellos falsificados, con el fin de implantar en todo el Imperio su nueva religión, el Cristianismo.
Pero conforme avanza el relato, el autor se encarga de demostrar que la trama que expone en este libro no es una ficción, ni una invención suya, sino la exacta descripción de lo que sucedió. Para ello aporta pruebas documentales irrefutables, presentes en los propios textos, en el Evangelio de Marcos, en el de Mateo, en el de Lucas, en el de Juan y en varios escritos más del Nuevo Testamento, que demuestran que todos ellos son obra de la misma persona, de uno de los miembros del equipo redactor reunido por Constantino".
RESPUESTA:
Gracias por la reseña. El reseñista demuestra sentido común. Y yo añado a modo de respuesta personal y sencilla: “A palabras necias oídos sordos”. En mi opinión el sr. Conde Torres no ha estudiado jamás historia antigua, ni metodología histórica, ni conoce nada de la investigación independiente –mas bien racionalista y escéptica– que se viene haciendo sobre el Nuevo Testamento desde 1768. La ignorancia es muy atrevida. Hay que estudiar mucho para atreverse a opinar con seriedad de temas del Nuevo Testamento y de los orígenes cristianos que tienen detrás de sí un enorme monto de investigación. No puede ignorarse so pena de incurrir en graves tonterías.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
Pregunta:
Estimado señor Piñero, últimamente estoy leyendo bastantes libros que
estudian el fenómeno de Jesucristo como personaje mítico puesto que la verdad
es que me apasiona el origen del cristianismo ya que es parte fundamental de la
cultura de Occidente. He leído algunos libros en inglés en formato
electrónico como por ejemplo: * Nailed: Ten Christian Myths That Show Jesus
Never Existed At All (David Fitzgerald) *Jesus is dead (Robert price) *
Deconstructing Jesus (price) *Not the Impossible Faith (Richard Carrier) Todos
estos autores razonan y convienen de una manera bastante sencilla, aunque creo
que acertada por la forma en que lo abordan y estudian, en que Jesús nuca
existió como personaje histórico sino que es un personaje mítico y más o
menos dado cuerpo por Roma, así como la liturgia del cristianismo.
Para ello se basan en estudios y argumentaciones variados y principalmente en los que todos
esos autores convienen en que los evangelios del canon bíblico son copiados los
unos de los otros y son escritos muy posteriormente a las cartas de San pablo,
además de que los evangelios poseen contradicciones entre ellos que en muchas
ocasiones son insalvables a la interpretación cristiana. Convienen también, en
que san Pablo nunca conoció a Jesús en persona ni conocía los evangelios
canónicos, sólo que Jesús se le apareció místicamente. Algún autor llega a
decir que Pablo de tarso además de epilepsia podría sufrir esquizofrenia
también. En que el testimonio Flaviano no es más que una interpolación
cristiana posterior. En que los evangelistas cometen errores de bulto en la
interpretación socio-política del territorio judío en el siglo I, así como
errores garrafales de geografía, y es debido a que los evangelios fueron
escritos muy tarde,( como pronto en el siglo II) y copiando datos de
historiadores, entre ellos el propio Flavio josefo. Que de todas las epístolas
de San Pablo sólo se atribuyen siete como originales y además están llenas de
interpolaciones posteriores.
Resumen: que fuera de los evangelios no haya absolutamente ninguna prueba fehaciente de la existencia de Jesús, ya que si se
anula el testimonio Flaviano no queda nada contemporáneo a Jesús, ya que Pablo
de tarso tampoco vio a Jesús en persona. Hay varios escritores americanos que
últimamente están tomando fuerza con varios libros en el mercado anglosajón
sobre este tema, entre los que se encuentran los que ya he citado, y que
abiertamente niegan a jesús como personaje histórico. ¿qué opinión tiene
sobre esos autores?
RESPUESTA:
Sencillamente opino que estos “descubridores” no hacen otra cosa que repetir y repetir argumentos que conocemos de memoria. Están descubriendo el Mediterráneo en cada momento. Son medias verdades. Prácticamente todo lo que usted recoge son planteamientos que se hace la crítica histórica desde hace dos siglos y medio y que han sido respondidos mil veces.
La mayoría de esos argumentos, medio ciertos, pero interpretados de un modo exagerado –y Usted sabe que yo no tengo el menor interés personal en mantener mitos ya que soy agnóstico y escéptica radical– tienen explicaciones más plausibles, que no aclara lo “oscuro por lo más oscuro aún”, que dan cuenta mejor y más sencillamente de esas “realidades” que Usted enumera, y que en conjunto ofrecen una explicación histórica muy realista.
La base de esa argumentación es que Jesús el Nazoreo existió, porque de lo contrario nada se explica bien y satisfactoriamente de lo que ocurrió después, y en que el fundamental error de estos “mitólogos” es no saber distinguir entre un ser humano más o menos normal, un menestral, obrero semi calificado y a la vez maestro de la Ley, galileo, que fracasó rotundamente, que murió crucificado por los romanos como sedicioso contra el Imperio –cuya figura encaja perfectamente en el judaísmo del siglo I– y el Cristo celestial, cuyas ideas fundamentales puso en pie san Pablo.
Si se distingue debidamente entre Jesús y Cristo, o mejor, entre Jesús y Jesucristo, saltan por el aire todos esos “descubrimientos”. Jesús existió, pero el que no existió nunca es Jesucristo, porque es un mero teologuema desarrollado por una mentalidad judía apocalíptica que mezcla la historia con la teología.
He escrito mucho sobre esto y en parte estoy aburrido de repetirme. En el Blog hay muchas intervenciones al respecto. Lea, por favor el libro editado por mí y compuesto entre varios, que es perfectamente accesible: ¿Existió Jesús realmente? El Jesús de la historia a debate, Editorial Raíces, Madrid 2009, 350 pp. ISBN 978-84-86115-64-7.
Pregunta:
Señor Piñero:
Le envío la reseña de un reciente libro del autor Francisco Conde Torres (303. Inventan el cristianismo). Mi sorpresa sobre la contundencia al afirmar que los evangelios son obra de la misma persona y escritos en el S.IV !!!!. ¿No es fiable la datación de estos textos (comenzando por las cartas de Pablo y terminando en el evangelio de Juan) en la segunda mitad del S.I?
Un cordial y agradecido saludo
"Se necesita imaginación para suponer que el Emperador Constantino, en el año 303, reuniera un pequeño equipo redactor y les encargara escribir los cuatro Evangelios y varios textos más, todos ellos falsificados, con el fin de implantar en todo el Imperio su nueva religión, el Cristianismo.
Pero conforme avanza el relato, el autor se encarga de demostrar que la trama que expone en este libro no es una ficción, ni una invención suya, sino la exacta descripción de lo que sucedió. Para ello aporta pruebas documentales irrefutables, presentes en los propios textos, en el Evangelio de Marcos, en el de Mateo, en el de Lucas, en el de Juan y en varios escritos más del Nuevo Testamento, que demuestran que todos ellos son obra de la misma persona, de uno de los miembros del equipo redactor reunido por Constantino".
RESPUESTA:
Gracias por la reseña. El reseñista demuestra sentido común. Y yo añado a modo de respuesta personal y sencilla: “A palabras necias oídos sordos”. En mi opinión el sr. Conde Torres no ha estudiado jamás historia antigua, ni metodología histórica, ni conoce nada de la investigación independiente –mas bien racionalista y escéptica– que se viene haciendo sobre el Nuevo Testamento desde 1768. La ignorancia es muy atrevida. Hay que estudiar mucho para atreverse a opinar con seriedad de temas del Nuevo Testamento y de los orígenes cristianos que tienen detrás de sí un enorme monto de investigación. No puede ignorarse so pena de incurrir en graves tonterías.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com