Hoy escribe Antonio Piñero
Como recordarán los lectores hemos hablado ya, aunque muy brevemente, del tema del doble mesianismo, sacerdotal y guerrero. Pero en los siglos anteriores a la llegada de Jesús a este mundo surge también el concepto de una tercera figura “mesiánica” o mejor “semimesiánica”, que prepara el terreno para la acción del mesías: es la del “profeta que ha de venir”.
Si tomamos como una de las pautas el pensamiento de los esenios de Qumrán, para que nos indique qué pensaban los judíos piadosos poco antes de Jesús, observamos pensaban que ese “profeta” habría de venir antes del mesías, a aclarar el terreno para la misión de este último. Adelantemos ya que es fácilmente perceptible cómo los judeocristianos aplicaron este esquema para entender las relaciones entre Juan Bautista y Jesús. El primero es el “profeta que ha de venir” para preparar el camino al segundo. De ahí que sea interesante –creo- detenerse unos momentos en esta figura.
El texto qumránico 4Q175Testimonia pertenece a esa sección de los textos de Qumrán que recogen citas bíblicas (es como un florilegio) que les ayudaban especialmente para iluminar las necesidades del presente. Eran, pues, textos bíblicos especialmente importantes. En este manuscrito 4Q175 reúnen citas de Dt 5,28-29, de Núm 24,15-17, de Dt 33,8-11 y de Josué 6,26.
En las líneas 5-8 recoge la cita de Dt 18,15-19. Veamos primero el texto de la Biblia hebrea y luego cómo lo recopian los qumránicos:
15 Yahvé tu Dios suscitará, de en medio de ti, entre tus hermanos, un profeta como yo, a quien escucharéis. 16 Es exactamente lo que tú pediste a Yahvé tu Dios en el Horeb, el día de la Asamblea, diciendo: «Para no morir, no volveré a escuchar la voz de Yahvé mi Dios, ni miraré más a este gran fuego». 17 Y Yahvé me dijo a mí: «Bien está lo que han dicho. 18 Yo les suscitaré, de en medio de sus hermanos, un profeta semejante a ti, pondré mis palabras en su boca, y él les dirá todo lo que yo le mande. 19 Si alguno no escucha mis palabras, las que ese profeta pronuncie en mi nombre, yo mismo le pediré cuentas de ello.
Los esenios de Qumrán transcriben una parte (vv. 18-19) del siguiente modo:
5 Es un profeta (hebreo nabí) como tú el que yo suscitaré de en medio de sus hermanos y yo pondré mis palabras 6 en su boca, para que él diga todo lo que yo le prescriba. Y así el hombre 7 que no escuche mis palabras que el profeta (nabí) expresará en mi nombre, yo seré 8 el que le pida cuenta.
Esta copia se hizo antes de la era cristiana. Las variantes que se observan no son importantes para el sentido, pero indican que el texto no era exactamente igual al de hoy. Era un texto sagrado, pero fluido y se podía manipular de algún modo, siempre que el que lo hiciera transmitiera una tradición inspirada por el Espíritu. El concepto de inspiración verbal (Dios ha inspirado hasta la úlñtima coma del texto sacro) no existía aún.
El profeta designado se adelanta a la venida del mesías y el recopilador no lo designa así, sino como profeta. Por tanto insiste en que es una figura diferente.
Un fragmento de papiro de la Cueva IV contiene una traducción libre al arameo, la lengua popular del pueblo, de un texto del profeta Malaquías 3,23 (4,5 en la otra numeración). He aquí primero este texto:
5 He aquí que yo os envío al profeta Elías antes que llegue el Día de Yahvé, grande y terrible.
El copista de Qumrán escribe:
“3 … Y he aquí que voy a purificar… 4 Yo os enviaré a Elías antes de que [la tierra] sea reprendida por el relámpago intenso…
Tenemos aquí la prueba de que era firme la creencia en el precursor del mesías. Comenta Émile Puech (artículo “Mesianismo, escatología y resurrección en los Manuscritos del Mar Muerto”, de la obra Paganos, judíos y cristianos en los textos de Qumrán, edición de J. Trebolle, Trotta, Madrid, 1999, p. 272:
La venida de Elías redivivo está ligada al “Día de Yahvé” (el momento previo, de juicio de los malvados, antes de la instauración del reino mesiánico). El profeta que ha de venir debe preparar los corazones, convertir a sus contemporáneos antes de que llegue el día del Juicio (no el juicio final absoluto; sino uno previo al reino; pero se denominan igual).
Este mismo pasaje de Malaquías es citado en hebreo en un manuscrito que ya conocemos y que lleva el número 4Q521, frag. 2, columna III (p. 410 de los “Textos de Qumrán”) que comienza (en su columna II) así “los cielos y la tierra escucharán a su mesías, y todo lo que hay en ellos no se apartará de los preceptos santos. Estamos, pues, en tiempos mesiánicos:
“Y los liberaré por la palabra de tu boca (se refiere al profeta)… y los padres vuelven hacia los hijos…
Los estudiosos opinan que esta creencia en el profeta que ha de venir es similar a la que muestran --a veces obscuramente-- varios textos bíblicos del siglo II a.C. que –a veces no de manera clara en su afirmación de que sea estrictamente el precursor del mesías- aluden a la creencia de la venida de un profeta antes de los tiempos mesiánicos. He aquí estos pasajes relacionados con la misma creencia que la de los esenios de Qumrán:
Eclesiástico o Ben Sira 48,10 en donde se habla de la actividad de Elías en su tiempo y en el futuro (al parecer).
Fuiste designado por Dios (Elías ) en (el tiempo de) los reproches futuros, para calmar la ira antes que estallara, para hacer volver el corazón de los padres a los hijos, y restablecer las tribus de Jacob.
Es posible que la misma idea subyazca a estos dos textos del primero de los Libros de los Macabeos. En el primero se habla del altar de los holocaustos del Templo que había sido profanado por los griegos (rey seléucida Antíoco IV Epífanes) en su intención de cambia la religión de los judíos. He aquí el texto:
Y depositaron sus piedras en el monte de la Casa, en un lugar conveniente, hasta que surgiera un profeta que diera respuesta sobre ellas (4,46).
Y en 14, 41 leemos:
A los judíos y a los sacerdotes les había parecido bien que fuese Simón (Macabeo, hermano de Judas) su jefe y sumo sacerdote para siempre hasta que apareciera un profeta digno de fe.
Por tanto, parece que en los círculos de piadosos del siglo II a.C. se esperaba ya de una manera firme que antes del mesías apareciera un precursor que le “allanara” el camino.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com
…………….…………………
Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema:
“Rasgos principales de la teología básica del paulinismo”
Manera de entrar, si a alguien le interesare: pinchar en el enlace que se halla en la página presente, abajo en la derecha.
……....................................
Magíster de "Ciencias de las Religiones"
Universidad PABLO DE OLAVIDE , Sevilla
Véase postal de 26-06-2009
Enlace de Internet para obtener más información:
http://www.upo.es/historia_antigua/master_religiones/index.jsp
Saludos de nuevo.
Como recordarán los lectores hemos hablado ya, aunque muy brevemente, del tema del doble mesianismo, sacerdotal y guerrero. Pero en los siglos anteriores a la llegada de Jesús a este mundo surge también el concepto de una tercera figura “mesiánica” o mejor “semimesiánica”, que prepara el terreno para la acción del mesías: es la del “profeta que ha de venir”.
Si tomamos como una de las pautas el pensamiento de los esenios de Qumrán, para que nos indique qué pensaban los judíos piadosos poco antes de Jesús, observamos pensaban que ese “profeta” habría de venir antes del mesías, a aclarar el terreno para la misión de este último. Adelantemos ya que es fácilmente perceptible cómo los judeocristianos aplicaron este esquema para entender las relaciones entre Juan Bautista y Jesús. El primero es el “profeta que ha de venir” para preparar el camino al segundo. De ahí que sea interesante –creo- detenerse unos momentos en esta figura.
El texto qumránico 4Q175Testimonia pertenece a esa sección de los textos de Qumrán que recogen citas bíblicas (es como un florilegio) que les ayudaban especialmente para iluminar las necesidades del presente. Eran, pues, textos bíblicos especialmente importantes. En este manuscrito 4Q175 reúnen citas de Dt 5,28-29, de Núm 24,15-17, de Dt 33,8-11 y de Josué 6,26.
En las líneas 5-8 recoge la cita de Dt 18,15-19. Veamos primero el texto de la Biblia hebrea y luego cómo lo recopian los qumránicos:
15 Yahvé tu Dios suscitará, de en medio de ti, entre tus hermanos, un profeta como yo, a quien escucharéis. 16 Es exactamente lo que tú pediste a Yahvé tu Dios en el Horeb, el día de la Asamblea, diciendo: «Para no morir, no volveré a escuchar la voz de Yahvé mi Dios, ni miraré más a este gran fuego». 17 Y Yahvé me dijo a mí: «Bien está lo que han dicho. 18 Yo les suscitaré, de en medio de sus hermanos, un profeta semejante a ti, pondré mis palabras en su boca, y él les dirá todo lo que yo le mande. 19 Si alguno no escucha mis palabras, las que ese profeta pronuncie en mi nombre, yo mismo le pediré cuentas de ello.
Los esenios de Qumrán transcriben una parte (vv. 18-19) del siguiente modo:
5 Es un profeta (hebreo nabí) como tú el que yo suscitaré de en medio de sus hermanos y yo pondré mis palabras 6 en su boca, para que él diga todo lo que yo le prescriba. Y así el hombre 7 que no escuche mis palabras que el profeta (nabí) expresará en mi nombre, yo seré 8 el que le pida cuenta.
Esta copia se hizo antes de la era cristiana. Las variantes que se observan no son importantes para el sentido, pero indican que el texto no era exactamente igual al de hoy. Era un texto sagrado, pero fluido y se podía manipular de algún modo, siempre que el que lo hiciera transmitiera una tradición inspirada por el Espíritu. El concepto de inspiración verbal (Dios ha inspirado hasta la úlñtima coma del texto sacro) no existía aún.
El profeta designado se adelanta a la venida del mesías y el recopilador no lo designa así, sino como profeta. Por tanto insiste en que es una figura diferente.
Un fragmento de papiro de la Cueva IV contiene una traducción libre al arameo, la lengua popular del pueblo, de un texto del profeta Malaquías 3,23 (4,5 en la otra numeración). He aquí primero este texto:
5 He aquí que yo os envío al profeta Elías antes que llegue el Día de Yahvé, grande y terrible.
El copista de Qumrán escribe:
“3 … Y he aquí que voy a purificar… 4 Yo os enviaré a Elías antes de que [la tierra] sea reprendida por el relámpago intenso…
Tenemos aquí la prueba de que era firme la creencia en el precursor del mesías. Comenta Émile Puech (artículo “Mesianismo, escatología y resurrección en los Manuscritos del Mar Muerto”, de la obra Paganos, judíos y cristianos en los textos de Qumrán, edición de J. Trebolle, Trotta, Madrid, 1999, p. 272:
La venida de Elías redivivo está ligada al “Día de Yahvé” (el momento previo, de juicio de los malvados, antes de la instauración del reino mesiánico). El profeta que ha de venir debe preparar los corazones, convertir a sus contemporáneos antes de que llegue el día del Juicio (no el juicio final absoluto; sino uno previo al reino; pero se denominan igual).
Este mismo pasaje de Malaquías es citado en hebreo en un manuscrito que ya conocemos y que lleva el número 4Q521, frag. 2, columna III (p. 410 de los “Textos de Qumrán”) que comienza (en su columna II) así “los cielos y la tierra escucharán a su mesías, y todo lo que hay en ellos no se apartará de los preceptos santos. Estamos, pues, en tiempos mesiánicos:
“Y los liberaré por la palabra de tu boca (se refiere al profeta)… y los padres vuelven hacia los hijos…
Los estudiosos opinan que esta creencia en el profeta que ha de venir es similar a la que muestran --a veces obscuramente-- varios textos bíblicos del siglo II a.C. que –a veces no de manera clara en su afirmación de que sea estrictamente el precursor del mesías- aluden a la creencia de la venida de un profeta antes de los tiempos mesiánicos. He aquí estos pasajes relacionados con la misma creencia que la de los esenios de Qumrán:
Eclesiástico o Ben Sira 48,10 en donde se habla de la actividad de Elías en su tiempo y en el futuro (al parecer).
Fuiste designado por Dios (Elías ) en (el tiempo de) los reproches futuros, para calmar la ira antes que estallara, para hacer volver el corazón de los padres a los hijos, y restablecer las tribus de Jacob.
Es posible que la misma idea subyazca a estos dos textos del primero de los Libros de los Macabeos. En el primero se habla del altar de los holocaustos del Templo que había sido profanado por los griegos (rey seléucida Antíoco IV Epífanes) en su intención de cambia la religión de los judíos. He aquí el texto:
Y depositaron sus piedras en el monte de la Casa, en un lugar conveniente, hasta que surgiera un profeta que diera respuesta sobre ellas (4,46).
Y en 14, 41 leemos:
A los judíos y a los sacerdotes les había parecido bien que fuese Simón (Macabeo, hermano de Judas) su jefe y sumo sacerdote para siempre hasta que apareciera un profeta digno de fe.
Por tanto, parece que en los círculos de piadosos del siglo II a.C. se esperaba ya de una manera firme que antes del mesías apareciera un precursor que le “allanara” el camino.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com
…………….…………………
Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema:
“Rasgos principales de la teología básica del paulinismo”
Manera de entrar, si a alguien le interesare: pinchar en el enlace que se halla en la página presente, abajo en la derecha.
……....................................
Magíster de "Ciencias de las Religiones"
Universidad PABLO DE OLAVIDE , Sevilla
Véase postal de 26-06-2009
Enlace de Internet para obtener más información:
http://www.upo.es/historia_antigua/master_religiones/index.jsp
Saludos de nuevo.