Hoy escribe Antonio Piñero
He leído por segunda vez esta novelita (escasas 200 páginas) porque me interesó mucho su contenido, sobre todo ahora que le estoy dando vueltas al borrador de la “Guía para entender a Pablo. La lectura me parecía obligada. Por ello proporciono el vínculo, descarga gratuita, de la obre en Internet:
http://www.lulu.com/shop/peio-salburua/el-prisionero-de-%C3%A9feso/ebook/product-21196102.html
Su lectura es muy amena e informativa, aunque tratándose de una novela, el autor se permite, naturalmente, formular cuantas hipótesis sean necesarias para rellenar nuestras fuentes informativas, los Hechos de los apóstoles y el epistolario auténtico de Pablo.
En su prólogo, el autor presenta al lector sus propósitos:
“¿Por qué Hechos guarda silencio sobre este cautiverio? ¿Lo ignoraba el autor, no le dio importancia o quiso ocultarlo por algún motivo serio? ¿Cómo salvó Pablo su vida?¿Fue absuelto o puesto en libertad sin ser juzgado? ¿Fue condenado a muerte y liberado extraoficialmente gracias a una arriesgada intervención de Prisca y Aquila? (hipótesis de Senén Vidal) ¿Fue liberado ilegalmente gracias a un soborno pagado por la comunidad cristiana? (hipótesis de Maurice Carrez) ¿Se fugó con ayuda de Prisca y Aquila? ¿Quiénes eran los cristianos que, según Pablo, se alegraban “por envidia y rivalidad” de que estuviese en la cárcel? ¿Y por qué Hechos tiene final abierto?”
Como se ve, son cuestiones importantes que el autor trata de responder.
Quisiera destacar también unos párrafos de sus “Advertencias iniciales” que me parecen importantes:
Aunque el autor se ha esforzado por adaptar su novela a todos los públicos, pensando en particular en los que no están familiarizados con el Nuevo Testamento, sugiere leer los pasajes que se novelan, los cuales se indican entre paréntesis tras el título de algunos capítulos. Muy especialmente, recomienda leer el Capítulo 19 de Hechos de los Apóstoles, que trata sobre la estancia de Pablo en Éfeso.
Aunque quizás no sea necesario decirlo, lo que el autor escribe no necesariamente se corresponde con lo que piensa realmente. Así, junto a hechos reales, hay también hipótesis, licencias literarias que pudieran coincidir con la realidad por pura coincidencia, fabulaciones y, en fin, algunas mentiras y algún anacronismo. Por este motivo, recomiendo cierto escepticismo hasta leer al menos los dos primeros apéndices. Esta novela no es cristiana ni anticristiana.
El autor tiene simpatías por el Cristianismo primitivo pero es consciente de que los primeros cristianos eran hombres y mujeres que, por naturaleza, no eran perfectos. Es posible que incomode a algunos lectores cristianos el tratamiento que se hace acerca de la relación entre dos personajes muy populares. No obstante, si usted, amable lector/a cristiano/a, no abandona la lectura en ese punto y sigue leyendo hasta el último capítulo, confío en que al final pueda perdonarle.
La obra ofrece al lector una serie de mapas y un buen monto de imágenes que le ayudará sin duda en la comprensión.
Personalmente he tenido algunas dificultades con algunas de las hipótesis que el autor presenta en la novela, en especial con sus tesis acerca del Discípulo Amado. Pero no quiero seguir por este camino ya que se trata de una obra de ficción, aunque ceñida a la fiel reconstrucción histórica.
Quiero también llamar la atención sobre una parte magistral de la novela y que me ha gustado enormemente: la presentación del juicio de Pablo ante el primer magistrado de la ciudad de Éfeso, dando por supuesto que u prisión está íntimamente relacionada con el motín de los plateros de esta ciudad narrado por los Hechos. La reconstrucción es verdaderamente espléndida; se nota que el autor pisa fuerte en el ámbito del derecho y que la pensado muy detenidamente. Diría para sintetiza: “Se non è vero è ben trovato”.
Animo a los lectores de este Blog a leerla y a comentarla.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com