Hoy escribe Antonio Piñero
Tema: Autoconciencia mesiánica de Jesús deducida del testimonio completo de los Evangelios casi siempre indirecto.
En el conjunto de los evangelios sinópticos hallamos dos concepciones mesiánicas muy divergentes, y las dos a la vez no pueden adscribirse a Jesús: la primera es la que podríamos denominar tradicional, judía, la de los discípulos que convivieron con el Jesús histórico. Su exponente más claro se halla en la confesión de Pedro en Mc 8,31-33, en la que se rechaza cualquier posibilidad de fracaso mesiánico:
31 Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar a los tres días. 32 Hablaba de esto abiertamente. Tomándole aparte, Pedro, se puso a reprenderle.33 Pero él, volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciéndole: «¡Quítate de mi vista, Satanás! porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres.»
· Se ve también en la intención, que hemos mencionado en la nota anterior, de proclamar rey mesiánico a Jesús con la consiguiente oposición a los romanos:
14 Al ver la gente la señal que había realizado, decía: «Este es verdaderamente el profeta que iba a venir al mundo.» 15 Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte él solo (Jn 6,14-15)
Y no olvidemos que tanto en el ámbito veterotestamentario como en la mayoría de las concepciones sobre el mesías imperantes en el "judaísmo normativo", piadoso -apocalípticos sobre todo-, o sectario - esenios de Qumrán- de la época del Segundo Templo (entre el retorno del exilio y el 70 d. C.), se concibe "el tiempo final" del mesías como una palpable restauración (política) de la época davídico-salomónica…
· También se trasluce este concepto tradicional de la mesianidad de Jesús según sus discípulos en la preocupación de éstos por ser los primeros en el futuro Reino que va a instaurar Dios por medio de Jesús. El texto del Evangelio de Marcos al respecto es significativo: (Mt 18,1; Mc 10,35-45:
35 Se acercan a él Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dicen: «Maestro, queremos, nos concedas lo que te pidamos.» 36 El les dijo: «¿Qué queréis que os conceda?» 37 Ellos le respondieron: «Concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda.» 38 Jesús les dijo: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?» 39 Ellos le dijeron: «Sí, podemos.» Jesús les dijo: «La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y también seréis bautizados con el bautismo conque yo voy a ser bautizado; 40 pero, sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado.» (Mc 10, 35-40).
Es claro que esta prelacía, este deseo de ser primeros, no es en un reino celestial, sino en uno terrenal. Esta perspectiva se complemente con toda claridad cuando pensamos en el deseo de los discípulos de Jesús por recibir recompensas materiales tras haberlo dejado todo por seguir a Jesús, Mc 10, 28-31 y su paralelo en Mt 19,27-30:
28 Pedro se puso a decirle: «Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.»
29 Jesús dijo: «Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, 30 quedará sin recibir el ciento por uno: ahora al presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna. 31 Pero muchos primeros serán últimos y los últimos, primeros.»
· O en el deseo de los discípulos de sentarse en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel, que es admitido por Jesús (Lc 22,28-30):
28 «Vosotros sois los que habéis perseverado conmigo en mis pruebas; :29 yo, por mi parte, dispongo un Reino para vosotros, como mi Padre lo dispuso para mí, 30 para que comáis y bebáis a mi mesa en mi Reino y os sentéis sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
Como puede observarse, este mesianismo conduce a un reino donde se va a comer y beber bien, está compuesto de israelitas, fundamentalmente, y los discípulos tienen en él la prioridad de “jueces-dirigentes”.
· Así se dice en las Bienventuranzas (en una de las consideradas auténticas por los críticos):
Mt 5:6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados.
Y en la versión del Evangelio de Lucas:
Lc 6:21 Bienaventurados los que tenéis hambre ahora, porque seréis saciados. Bienaventurados los que lloráis ahora, porque reiréis.
Donde se ve que no hay ningún añadido de "justicia" (Mateo), puesto por este evangelistas para desmaterializar el Reino de Dios, según la tendencia paulina, que Mateo recoge parcialmente.
Sin embargo, como veremos en la nota siguiente a esta concepción mesiánica se opone otra muy distinta.
Seguiremos.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com
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• Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema:
“Sobe la fiabilidad de los Evangelios. Avance de la argumentación que seguirá”
• Magíster de "Ciencias de las Religiones" Universidad PABLO DE OLAVIDE, Sevilla (Véase postal de 26-06-2009)
Para obtener más información:
http://www.upo.es/historia_antigua/master_religiones/index.jsp
Saludos de nuevo.