Hoy escribe Carmen Padilla
Comienzo este apartado con dos libros que surgieron a partir de sendos cursos organizados en la Universidad Popular de Logroño por el profesor Eugenio Gómez Segura. Él y Antonio Piñero son los editores y coautores de ambos:
1. La Verdadera Historia de la Pasión, según la investigación y el estudio histórico, editorial EDAF, Madrid 2008,
2. El Juicio Final, editorial EDAF, Madrid 2010.
A. Las ideas directrices del primero son, por un lado, la intención de dar a conocer la importancia de la historia de la pasión de Jesús para la comprensión del desarrollo de los Evangelios y de la constitución de la teología cristiana; por otro, la certeza de que no es posible entender a fondo la historia de la pasión si no se la sitúa en su contexto adecuado, es decir, en las culturas religiosas del entorno (Egipto y Grecia sobre todo) y en el mundo judío del siglo I.
Me parece una de las cosas más significativas del libro la síntesis que se recoge en la p. 227, que responde a la siguiente pregunta: ¿Qué consideramos históricamente posible de los relatos acerca de la Pasión de Jesús? La respuesta a esta cuestión resulta novedosa y bien argumentada, explicando que las acciones y dichos recogidos por los evangelistas como históricamente sucedidos en una semana debieron durar mucho más tiempo: en opinión de A. Piñero, desde la fiesta de los Tabernáculos (septiembre) hasta la de Pascua (abril). Asimismo, aquellos episodios en los que coinciden los dos testimonios más representativos de Marcos y Juan, si bien despojados de lo que puede ser un cierto embellecimiento posterior, pueden considerarse razonablemente históricos en su núcleo (p. 232). En un Anexo, a continuación, se destacan también aquellos episodios cuya historicidad es al menos dudosa, por ejemplo, el episodio de Barrabás, la presencia de mujeres junto a la cruz, los eventos en torno a la muerte de Jesús, y otros muchos. Completa el libro un interesante Apéndice sobre la pasión de Jesús en el cine contemporáneo y una cuidada bibliografía.
B. El Juicio Final, en el Cristianismo primitivo y las religiones de su entorno, ed. Edaf, Madrid 2010, parte de la afirmación de que la creencia apocalíptica es una de las ideas religiosas más extendidas en todas las culturas. Al igual que en el libro anterior, se hace un repaso de cómo las sucesivas religiones, en especial la egipcia y la irania –las dos que más han influido en la mentalidad judía e, indirectamente por tanto en el cristianismo– han ido configurando un corpus en torno al motivo del juicio final, para luego centrarse en el cristianismo y judaísmo antiguo.
Así, se analiza en profundidad cómo se refleja este tema en los evangelios, tanto en los sinópticos como en el cuarto evangelio, en Pablo de Tarso y en el Apocalipsis, para concluir igualmente con un Apéndice sobre el tratamiento que el juicio divino y el juicio final han merecido en el cine contemporáneo. La conclusión es clara, la creencia en un Juicio final implica necesariamente la creencia también en la resurrección o, al menos, en una cierta forma de vida más allá de la muerte. En resumen, se ofrece al lector una perspectiva de la historia de las religiones en este punto y cómo esta ideología subyacente desemboca e influye en las nociones cristianas.
3. Año I. Israel y su mundo cuando nació Jesús, ed. Laberinto, Alcorcón (Madrid) 12008 (en cartoné), 2º edición de 2014 (en rústica). Es este un delicioso y ameno libro, eminentemente pedagógico, que nos sitúa durante el año I en Israel, en el nacimiento de Jesús, personaje trascendental en el desarrollo de Occidente. La idea del autor es que no basta con conocer solamente ese pequeño rincón del mundo mediterráneo, sino que es imprescindible ampliar la perspectiva y enmarcar el hecho en su contexto histórico, religioso y social.
En efecto, Israel formaba parte del Imperio Romano y tenemos diversas fuentes que pueden ayudar a su mejor conocimiento. Fundamentalmente, además de la arqueología, la epigrafía y la numismática, valiosas ayudas para descubrir el mundo antiguo, están los textos: Flavio Josefo y Filón de Alejandría sobre todo, pero también una gran cantidad de escritos religiosos judíos (Apócrifos del Antiguo Testamento), los Manuscritos del Mar Muerto, la Misná y la literatura cristiana primitiva, el Nuevo Testamento, especialmente los Evangelios.
El libro nos proporciona una excelente información sobre el Imperio Romano y sus fronteras del momento, la historia y vicisitudes de organización del propio Israel dentro del Imperio, la economía, las clases sociales, las religiones del entorno y las creencias básicas del pueblo judío, la Ley, el Templo, los sacrificios, las sectas dentro del judaísmo y, en general, todos los aspectos que se deben tener en cuenta para obtener una visión completa de la tierra que vio nacer a Jesús y en la que desarrolló su vida.
Entre las conclusiones que se derivan de este estudio, destacamos la siguiente: Conocer el año I, año en que nació Jesús, nos ayuda a comprender hoy nuestro pasado religioso, y nos ayuda también a comprender a Occidente que de algún modo vive ese legado. El judaísmo –y cristianismo que nace de él— se hallan a caballo entre dos mundos: el grecorromano y la herencia propia judía.
Saludos cordiales de Carmen Padilla
Añado como postdata dos enlaces que me parecen interesantes:
http://www.pineroandhudgins.com/2016/12/making-jesus-into-god-four-reviews-part.html
http://www.pineroandhudgins.com/2016/12/making-jesus-into-god-four-reviews-part_13.html
Comienzo este apartado con dos libros que surgieron a partir de sendos cursos organizados en la Universidad Popular de Logroño por el profesor Eugenio Gómez Segura. Él y Antonio Piñero son los editores y coautores de ambos:
1. La Verdadera Historia de la Pasión, según la investigación y el estudio histórico, editorial EDAF, Madrid 2008,
2. El Juicio Final, editorial EDAF, Madrid 2010.
A. Las ideas directrices del primero son, por un lado, la intención de dar a conocer la importancia de la historia de la pasión de Jesús para la comprensión del desarrollo de los Evangelios y de la constitución de la teología cristiana; por otro, la certeza de que no es posible entender a fondo la historia de la pasión si no se la sitúa en su contexto adecuado, es decir, en las culturas religiosas del entorno (Egipto y Grecia sobre todo) y en el mundo judío del siglo I.
Me parece una de las cosas más significativas del libro la síntesis que se recoge en la p. 227, que responde a la siguiente pregunta: ¿Qué consideramos históricamente posible de los relatos acerca de la Pasión de Jesús? La respuesta a esta cuestión resulta novedosa y bien argumentada, explicando que las acciones y dichos recogidos por los evangelistas como históricamente sucedidos en una semana debieron durar mucho más tiempo: en opinión de A. Piñero, desde la fiesta de los Tabernáculos (septiembre) hasta la de Pascua (abril). Asimismo, aquellos episodios en los que coinciden los dos testimonios más representativos de Marcos y Juan, si bien despojados de lo que puede ser un cierto embellecimiento posterior, pueden considerarse razonablemente históricos en su núcleo (p. 232). En un Anexo, a continuación, se destacan también aquellos episodios cuya historicidad es al menos dudosa, por ejemplo, el episodio de Barrabás, la presencia de mujeres junto a la cruz, los eventos en torno a la muerte de Jesús, y otros muchos. Completa el libro un interesante Apéndice sobre la pasión de Jesús en el cine contemporáneo y una cuidada bibliografía.
B. El Juicio Final, en el Cristianismo primitivo y las religiones de su entorno, ed. Edaf, Madrid 2010, parte de la afirmación de que la creencia apocalíptica es una de las ideas religiosas más extendidas en todas las culturas. Al igual que en el libro anterior, se hace un repaso de cómo las sucesivas religiones, en especial la egipcia y la irania –las dos que más han influido en la mentalidad judía e, indirectamente por tanto en el cristianismo– han ido configurando un corpus en torno al motivo del juicio final, para luego centrarse en el cristianismo y judaísmo antiguo.
Así, se analiza en profundidad cómo se refleja este tema en los evangelios, tanto en los sinópticos como en el cuarto evangelio, en Pablo de Tarso y en el Apocalipsis, para concluir igualmente con un Apéndice sobre el tratamiento que el juicio divino y el juicio final han merecido en el cine contemporáneo. La conclusión es clara, la creencia en un Juicio final implica necesariamente la creencia también en la resurrección o, al menos, en una cierta forma de vida más allá de la muerte. En resumen, se ofrece al lector una perspectiva de la historia de las religiones en este punto y cómo esta ideología subyacente desemboca e influye en las nociones cristianas.
3. Año I. Israel y su mundo cuando nació Jesús, ed. Laberinto, Alcorcón (Madrid) 12008 (en cartoné), 2º edición de 2014 (en rústica). Es este un delicioso y ameno libro, eminentemente pedagógico, que nos sitúa durante el año I en Israel, en el nacimiento de Jesús, personaje trascendental en el desarrollo de Occidente. La idea del autor es que no basta con conocer solamente ese pequeño rincón del mundo mediterráneo, sino que es imprescindible ampliar la perspectiva y enmarcar el hecho en su contexto histórico, religioso y social.
En efecto, Israel formaba parte del Imperio Romano y tenemos diversas fuentes que pueden ayudar a su mejor conocimiento. Fundamentalmente, además de la arqueología, la epigrafía y la numismática, valiosas ayudas para descubrir el mundo antiguo, están los textos: Flavio Josefo y Filón de Alejandría sobre todo, pero también una gran cantidad de escritos religiosos judíos (Apócrifos del Antiguo Testamento), los Manuscritos del Mar Muerto, la Misná y la literatura cristiana primitiva, el Nuevo Testamento, especialmente los Evangelios.
El libro nos proporciona una excelente información sobre el Imperio Romano y sus fronteras del momento, la historia y vicisitudes de organización del propio Israel dentro del Imperio, la economía, las clases sociales, las religiones del entorno y las creencias básicas del pueblo judío, la Ley, el Templo, los sacrificios, las sectas dentro del judaísmo y, en general, todos los aspectos que se deben tener en cuenta para obtener una visión completa de la tierra que vio nacer a Jesús y en la que desarrolló su vida.
Entre las conclusiones que se derivan de este estudio, destacamos la siguiente: Conocer el año I, año en que nació Jesús, nos ayuda a comprender hoy nuestro pasado religioso, y nos ayuda también a comprender a Occidente que de algún modo vive ese legado. El judaísmo –y cristianismo que nace de él— se hallan a caballo entre dos mundos: el grecorromano y la herencia propia judía.
Saludos cordiales de Carmen Padilla
Añado como postdata dos enlaces que me parecen interesantes:
http://www.pineroandhudgins.com/2016/12/making-jesus-into-god-four-reviews-part.html
http://www.pineroandhudgins.com/2016/12/making-jesus-into-god-four-reviews-part_13.html