Notas

El Testimonium Flavianum (II)

Redactado por Antonio Piñero el Miércoles, 19 de Junio 2013 a las 00:52

Hoy escribe Fernando Bermejo

En todo examen del Testimonium Flavianum conviene –como, por lo demás, siempre – precaverse ante fáciles precomprensiones. Una de estas consiste en asumir que las hipótesis más “radicales” –el texto no puede ser de Josefo de ninguna manera, y es por tanto enteramente una falsificación; el texto puede ser de Josefo y no hay por tanto razones serias para ponerlo en entredicho, por lo que más vale suponer que es enteramente genuino– han sido definitivamente descartadas.

Esto no es cierto, como lo muestra el hecho de que hasta hoy estas hipótesis son mantenidas en la investigación, y por autores que no parecen ser intelectualmente ineptos y que se toman la molestia de ofrecer argumentos.

Entre los estudiosos que en los últimos tiempos han negado in toto la autoría de Josefo, nombremos a los siguientes:

J. Neville Birdsall, “The Continuing Enigma of Josephus’ Testimony About Jesus”, Bulletin of the John Rylands Library 67 (1985), 609-622.

P. Bilde, Flavius Josephus between Jerusalem and Rome: His Life, His Works, and Their Importance, Sheffield: JSOT Press, 1988, pp. 222-23.

K. A. Olson, “Eusebius and the Testimonium Flavianum”, Catholic Biblical Quarterly 61 (1999) 305-322 (según el autor, todo el pasaje es una fabricación de Eusebio de Cesarea; una idea ya propuesta mucho antes por S. Zeitlin).

Por el contrario, entre los autores que últimamente han abogado por considerar el texto íntegramente genuino, cabe mencionar a:

E. Nodet, “Jésus and Jean-Baptiste selon Josèphe”, Revue Biblique 92 (1985) pp. 321-348; 497-524.

A. Vicent, “El Testimonio Flaviano, alarde de solapada ironía”, Estudios Bíblicos 55 (1997) pp. 355-385; 479-508.

S. Bardet, Le Testimonium Flavianum, Cerf, Paris, 2002, esp. pp. 180-188.

U. Victor, “Das Testimonium Flavianum. Ein authentischer Text des Josephus”, Novum Testamentum 52 (2010), pp. 72-82.

A todo esto se objetará que los defensores de estas posiciones son solo una exigua minoría. Esto es cierto, pero como tal esto no es un argumento válido. A nadie avezado en estas lides se le escapará que el argumento del consensus gentium no es nada sino una falacia, a fortiori cuando se comprueba que muchos presuntos analistas se limitan a reiterar con mayor o menor servilismo lo que otros han dicho antes.

Continuará. Saludos cordiales de Fernando Bermejo
Miércoles, 19 de Junio 2013
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