Hoy escribe Antonio Piñero
Para iluminar y comprender el sentido del uso por parte de Jesús del término “Padre” / ”Abba”, seguimos hoy ofreciendo otro material comparativo del mundo judío. Abordamos la presentación de textos rabínicos, que fueron normalmente pasados a texto escrito en época bastante más tardía de la de Jesús, a veces siglos (en concreto los tomados del Talmud: siglos V al VII d.C.), pero de los que dicen los expertos que reflejan usos mucho más antiguos, pues sus sentencias se habían transmitido fielmente por tradición oral.
Para esta selección, utilizo los textos recogidos por Geza Vermes, La religión de Jesús, en el apartado “’Abba, Padre’. El Dios de Jesús” (pp. 211-214); y Jesús el judío, en el capítulo “Jesús, hijo de Dios”, pp. 203-225.
Opina esta autor que denominar a Dios como padre celestial en contexto de oración es común en la literatura rabínica de entorno a los siglos II y III d.C. que recoge sentencias anteriores. (Sin embargo, notemos que en el índice de la Misná de la edición de Carlos del Valle, Sígueme, Salamanca, 2ª ed. 1997, no aparece este epígrafe; luego hay pocos textos).
Veamos algunos:
« Siempre que los israelitas dirigían sus pensamientos a lo alto y sometían su corazón a su Padre que está en los cielos, prevalecían… y eran curados (m RSh 3,8 = Misná, tratado Rosh ha-shaná, “Año nuevo”) »
« ¿En quien confiaremos? En nuestro padre que está en el cielo (Misná, Tratado Sotá = “Sospechosa de adulterio” 9,15) »
« Judá ben Temá dijo: “Sé fuerte como el leopardo y rápido como el águila, veloz como la gacela y valiente como el león para hacer la voluntad de tu Padre que está en el cielo” (Misná, tratado Abot, “Padres” 5,20) »
Esta fórmula “mi Padre que está en el cielo” aparece también suficientes veces en los midrasim, es decir, en los escritos rabínicos que parafrasean y comentan con anécdotas, historias, u opiniones teológicas propias, las Sagradas Escrituras.
En una explicación sobre el texto de Éxodo 20,6 (“Tengo misericordia por millares con los que me aman y guardan mis mandamientos”), el famoso rabino Natán hace un comentario relacionando este pasaje mencionando a los mártires judíos que cayeron en la lucha contra los romanos durante la Segunda Gran Revuelta contra Roma, dirigida por Bar Kochba, y que terminó desastrosamente en el 135, en el reinado del emperador Adriano:
« Tales heridas me hicieron ser amado por mi Padre que está en los cielos (Mekhilta sobre Éxodo 20,6). »
Otro texto, más tardío sin duda, que corresponde al comentario (Sifrá) al Levítico, hace decir a un rabino de nombre Eleazar ben Azarías a propósito de su deseo de cumplir con las normas bíblicas sobre los alimentos, puros e impuros:
« g[ Debo cumplirlas puesto que mi Padre que está en el cielo me las ha dado » ]g
En las plegarias recogidas por el Talmud, compuesto entre los siglos V-VII de nuestra era, por tanto muy posteriores a Jesús, el orante se dirige a Dios considerándose “hijo”. Por ello emplea las fórmulas siguientes:
“Padre nuestro”, “Padre nuestro que estás en el cielo” “Padre nuestro / Rey nuestro”
Como no parece que esta costumbre sea una influencia del cristianismo, la mayoría de los intérpretes supone que denominar así a Dios es propio de los judíos piadoso y que esta costumbre puede retrotraerse al siglo I, más o menos.
Una concluisón elemental: estos textos judíos deben ponernos en guardia a propósito de la idea de considerar a Jesús y su relación con Dios, sobre todo en la plegaria, como algo excepcional en el judaísmo.
Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com
…………………
Hoy en el “Blog de Antonio Piñero”:
“Un par de famosas conjeturas de Julius Wellhausen”
Manera de entrar: pinchar en el enlace que se halla en la página presente, abajo en la derecha.
Saludos de nuevo
Para iluminar y comprender el sentido del uso por parte de Jesús del término “Padre” / ”Abba”, seguimos hoy ofreciendo otro material comparativo del mundo judío. Abordamos la presentación de textos rabínicos, que fueron normalmente pasados a texto escrito en época bastante más tardía de la de Jesús, a veces siglos (en concreto los tomados del Talmud: siglos V al VII d.C.), pero de los que dicen los expertos que reflejan usos mucho más antiguos, pues sus sentencias se habían transmitido fielmente por tradición oral.
Para esta selección, utilizo los textos recogidos por Geza Vermes, La religión de Jesús, en el apartado “’Abba, Padre’. El Dios de Jesús” (pp. 211-214); y Jesús el judío, en el capítulo “Jesús, hijo de Dios”, pp. 203-225.
Opina esta autor que denominar a Dios como padre celestial en contexto de oración es común en la literatura rabínica de entorno a los siglos II y III d.C. que recoge sentencias anteriores. (Sin embargo, notemos que en el índice de la Misná de la edición de Carlos del Valle, Sígueme, Salamanca, 2ª ed. 1997, no aparece este epígrafe; luego hay pocos textos).
Veamos algunos:
« Siempre que los israelitas dirigían sus pensamientos a lo alto y sometían su corazón a su Padre que está en los cielos, prevalecían… y eran curados (m RSh 3,8 = Misná, tratado Rosh ha-shaná, “Año nuevo”) »
« ¿En quien confiaremos? En nuestro padre que está en el cielo (Misná, Tratado Sotá = “Sospechosa de adulterio” 9,15) »
« Judá ben Temá dijo: “Sé fuerte como el leopardo y rápido como el águila, veloz como la gacela y valiente como el león para hacer la voluntad de tu Padre que está en el cielo” (Misná, tratado Abot, “Padres” 5,20) »
Esta fórmula “mi Padre que está en el cielo” aparece también suficientes veces en los midrasim, es decir, en los escritos rabínicos que parafrasean y comentan con anécdotas, historias, u opiniones teológicas propias, las Sagradas Escrituras.
En una explicación sobre el texto de Éxodo 20,6 (“Tengo misericordia por millares con los que me aman y guardan mis mandamientos”), el famoso rabino Natán hace un comentario relacionando este pasaje mencionando a los mártires judíos que cayeron en la lucha contra los romanos durante la Segunda Gran Revuelta contra Roma, dirigida por Bar Kochba, y que terminó desastrosamente en el 135, en el reinado del emperador Adriano:
« Tales heridas me hicieron ser amado por mi Padre que está en los cielos (Mekhilta sobre Éxodo 20,6). »
Otro texto, más tardío sin duda, que corresponde al comentario (Sifrá) al Levítico, hace decir a un rabino de nombre Eleazar ben Azarías a propósito de su deseo de cumplir con las normas bíblicas sobre los alimentos, puros e impuros:
« g[ Debo cumplirlas puesto que mi Padre que está en el cielo me las ha dado » ]g
En las plegarias recogidas por el Talmud, compuesto entre los siglos V-VII de nuestra era, por tanto muy posteriores a Jesús, el orante se dirige a Dios considerándose “hijo”. Por ello emplea las fórmulas siguientes:
“Padre nuestro”, “Padre nuestro que estás en el cielo” “Padre nuestro / Rey nuestro”
Como no parece que esta costumbre sea una influencia del cristianismo, la mayoría de los intérpretes supone que denominar así a Dios es propio de los judíos piadoso y que esta costumbre puede retrotraerse al siglo I, más o menos.
Una concluisón elemental: estos textos judíos deben ponernos en guardia a propósito de la idea de considerar a Jesús y su relación con Dios, sobre todo en la plegaria, como algo excepcional en el judaísmo.
Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com
…………………
Hoy en el “Blog de Antonio Piñero”:
“Un par de famosas conjeturas de Julius Wellhausen”
Manera de entrar: pinchar en el enlace que se halla en la página presente, abajo en la derecha.
Saludos de nuevo