Escribe Antonio Piñero
Decíamos ayer que el buen historiador no debe eludir la explicación de varios pasajes evangélicos que van en contra de la hipótesis que propone. En este caso se trataría de textos parecen dibujar la postura de un Jesús totalmente pacifista, opuesto a la violencia totalmente y de cualquier signo y despreocupado de la política de su tiempo. Una postura fácil para un investigador sería la de omitir voluntariamente estos textos, porque podrían no cuadrar con una postura previa suya. Otra, asegurar sin más que todos los textos que parecen contrarios a su tesis están manipulados por la fe cristiana y que se debe omitir su consideración porque no pertenecen al nivel del Jesús histórico. Veamos los textos:
El primero es Jn 6,15, cuyo contexto es el momento después de que Jesús hubiera dado de comer a la multitud multiplicando unos panes y dos peces:
“Al ver la gente la señal que había realizado, decía: «Este es verdaderamente el profeta que iba a venir al mundo». Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte él solo”.
El segundo es Lc 9,51-56:
“Sucedió que como se iban cumpliendo los días de su asunción, él se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén, 52 y envió mensajeros delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada; 53 pero no le recibieron porque tenía intención de ir a Jerusalén. 54 Al verlo sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?» 55 Pero volviéndose, les reprendió; 56 y se fueron a otro pueblo”.
El tercero: Jn 18,10-11:
“Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al siervo del Sumo Sacerdote, y le cortó la oreja derecha. El siervo se llamaba Malco. Jesús dijo a Pedro: «Vuelve la espada a la vaina. La copa que me ha dado el Padre, ¿no la voy a beber?».
Pero en este caso teniendo en cuenta también que en un pasaje paralelo en la tradición sinóptica, Pedro pide permiso a Jesús para utilizar la espada: “Viendo los que estaban con él lo que iba a suceder, dijeron: «Señor, ¿herimos a espada?»” (Lc 22,49).
Estos textos permiten las siguientes consideraciones:
1. Jn 6,15 puede explicarse muy bien por el pragmatismo de Jesús, es decir, todavía no consideraba que era el momento ni el lugar oportunos para esa proclamación. En esos instantes los romanos lo habrían detenido sin haber tenido ocasión de presentarse en la capital, Jerusalén. Para Jesús eso no era conveniente, pues hemos insistido en que solo al final de su vida Jesús se proclamó mesías rey, y en Jerusalén, lugar donde se esperaba la venida del reino de Dios en una procesión divina que procedería del Monte de los Olivos (Zac 14,3-4: texto ya citado: “Yahvé… plantará sus pies aquel día en el monte de los Olivos que está enfrente de Jerusalén…”). La huida al monte de Jesús según Juan es interpretable, pues, como un acto de pragmática prudencia, pero no como una prueba de que Jesús era un pacifista a ultranza y jamás se proclamó mesías.
Esta consecuencia se refuerza por la impresión que causa en el lector los capítulos 7 y 8 del Evangelio de Marcos: lo que se obtiene es que Jesús está tratando de evitar las multitudes de personas que acudían a él para huir de Herodes Antipas, es decir, huyendo de una excesiva notoriedad en las cercanías de Tiberíades. No debe interpretarse de ningún modo el contexto como que Jesús rechaza totalmente las pretensiones mesiánicas. No cuadra con lo que ocurrirá después, en sus ultimo días en Jerusalén en donde hace claramente su proclamación.
2. Lc 51-56: hay que caer en la cuenta de que los discípulos piden permiso a Jesús para que caiga fuego del cielo sobre esas ciudades inhóspitas. Luego suponen que cabe dentro de las posibilidades de Jesús el concederlo. Que eso es así se deduce de las amenazas de Jesús contra las ciudades que no prestaron la debida atención a su mensaje por lo que será condenadas al fuego eterno, como Sodoma y Gomorra:
“«¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que en sayal y ceniza se habrían convertido. 22 Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras. 23 Y tú, Cafarnaúm, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás! Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que se han hecho en ti, aún subsistiría el día de hoy. 24 Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para la tierra de Sodoma que para ti» (Mt 11,21-24).
Y por último: el pasaje prueba que el “núcleo duro” de los amigos íntimos de Jesús, que él había escogido, eran gente violenta. Hay un proverbio castellano, un poco duro quizás, pero que viene a cuento: “Dime con quién andas y te diré quién eres”. En palabras de F. Bermejo” Hubo de haber habido algo en su mensaje que permitió a sus seguidores tomar este tipo de iniciativas”.
3. Jn 18,10-11: La primera consideración sobre este pasaje a la luz de la comparación con Lc 22,49 (véase arriba) es que aquí es aplicable también el argumento de que el discípulo, Pedro, uno de los íntimos, pide permiso a Jesús. Por lo tanto, cree en la posibilidad de que Jesús lo conceda. Segundo: que la frase “Vuelve la espada a la vaina. La copa que me ha dado el Padre, ¿no la voy a beber?»” está claramente transida de la teología johánica. Creo que casi todos los exegetas/intérpretes están de acurdo que no es aplicable al Jesús histórico, sino al Jesús místico, espiritualizado y divinizado de esa teología.
Seguiremos con este estilo de argumentos que responden a las dificultades planteadas por un cierto sector de la crítica a la hipótesis de un Jesús sedicioso, según los romanos, y que creo fácilmente respondibles.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.ciudadanojesus.com
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Me ha llegado el siguiente enlace de una entrevista (es periódica; cada segundo domingo de mes) de “Actualidad Radio” en Miami, Florida, USA:
http://www.ivoox.com/entrevista-al-dr-antonio-pinero-02-12-2017_rf_16961753_1.html,
por si alguno le interesa. El tema es Jesús de Nazaret en el contexto del siglo I en Israel.
Decíamos ayer que el buen historiador no debe eludir la explicación de varios pasajes evangélicos que van en contra de la hipótesis que propone. En este caso se trataría de textos parecen dibujar la postura de un Jesús totalmente pacifista, opuesto a la violencia totalmente y de cualquier signo y despreocupado de la política de su tiempo. Una postura fácil para un investigador sería la de omitir voluntariamente estos textos, porque podrían no cuadrar con una postura previa suya. Otra, asegurar sin más que todos los textos que parecen contrarios a su tesis están manipulados por la fe cristiana y que se debe omitir su consideración porque no pertenecen al nivel del Jesús histórico. Veamos los textos:
El primero es Jn 6,15, cuyo contexto es el momento después de que Jesús hubiera dado de comer a la multitud multiplicando unos panes y dos peces:
“Al ver la gente la señal que había realizado, decía: «Este es verdaderamente el profeta que iba a venir al mundo». Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte él solo”.
El segundo es Lc 9,51-56:
“Sucedió que como se iban cumpliendo los días de su asunción, él se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén, 52 y envió mensajeros delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada; 53 pero no le recibieron porque tenía intención de ir a Jerusalén. 54 Al verlo sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?» 55 Pero volviéndose, les reprendió; 56 y se fueron a otro pueblo”.
El tercero: Jn 18,10-11:
“Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al siervo del Sumo Sacerdote, y le cortó la oreja derecha. El siervo se llamaba Malco. Jesús dijo a Pedro: «Vuelve la espada a la vaina. La copa que me ha dado el Padre, ¿no la voy a beber?».
Pero en este caso teniendo en cuenta también que en un pasaje paralelo en la tradición sinóptica, Pedro pide permiso a Jesús para utilizar la espada: “Viendo los que estaban con él lo que iba a suceder, dijeron: «Señor, ¿herimos a espada?»” (Lc 22,49).
Estos textos permiten las siguientes consideraciones:
1. Jn 6,15 puede explicarse muy bien por el pragmatismo de Jesús, es decir, todavía no consideraba que era el momento ni el lugar oportunos para esa proclamación. En esos instantes los romanos lo habrían detenido sin haber tenido ocasión de presentarse en la capital, Jerusalén. Para Jesús eso no era conveniente, pues hemos insistido en que solo al final de su vida Jesús se proclamó mesías rey, y en Jerusalén, lugar donde se esperaba la venida del reino de Dios en una procesión divina que procedería del Monte de los Olivos (Zac 14,3-4: texto ya citado: “Yahvé… plantará sus pies aquel día en el monte de los Olivos que está enfrente de Jerusalén…”). La huida al monte de Jesús según Juan es interpretable, pues, como un acto de pragmática prudencia, pero no como una prueba de que Jesús era un pacifista a ultranza y jamás se proclamó mesías.
Esta consecuencia se refuerza por la impresión que causa en el lector los capítulos 7 y 8 del Evangelio de Marcos: lo que se obtiene es que Jesús está tratando de evitar las multitudes de personas que acudían a él para huir de Herodes Antipas, es decir, huyendo de una excesiva notoriedad en las cercanías de Tiberíades. No debe interpretarse de ningún modo el contexto como que Jesús rechaza totalmente las pretensiones mesiánicas. No cuadra con lo que ocurrirá después, en sus ultimo días en Jerusalén en donde hace claramente su proclamación.
2. Lc 51-56: hay que caer en la cuenta de que los discípulos piden permiso a Jesús para que caiga fuego del cielo sobre esas ciudades inhóspitas. Luego suponen que cabe dentro de las posibilidades de Jesús el concederlo. Que eso es así se deduce de las amenazas de Jesús contra las ciudades que no prestaron la debida atención a su mensaje por lo que será condenadas al fuego eterno, como Sodoma y Gomorra:
“«¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que en sayal y ceniza se habrían convertido. 22 Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras. 23 Y tú, Cafarnaúm, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás! Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que se han hecho en ti, aún subsistiría el día de hoy. 24 Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para la tierra de Sodoma que para ti» (Mt 11,21-24).
Y por último: el pasaje prueba que el “núcleo duro” de los amigos íntimos de Jesús, que él había escogido, eran gente violenta. Hay un proverbio castellano, un poco duro quizás, pero que viene a cuento: “Dime con quién andas y te diré quién eres”. En palabras de F. Bermejo” Hubo de haber habido algo en su mensaje que permitió a sus seguidores tomar este tipo de iniciativas”.
3. Jn 18,10-11: La primera consideración sobre este pasaje a la luz de la comparación con Lc 22,49 (véase arriba) es que aquí es aplicable también el argumento de que el discípulo, Pedro, uno de los íntimos, pide permiso a Jesús. Por lo tanto, cree en la posibilidad de que Jesús lo conceda. Segundo: que la frase “Vuelve la espada a la vaina. La copa que me ha dado el Padre, ¿no la voy a beber?»” está claramente transida de la teología johánica. Creo que casi todos los exegetas/intérpretes están de acurdo que no es aplicable al Jesús histórico, sino al Jesús místico, espiritualizado y divinizado de esa teología.
Seguiremos con este estilo de argumentos que responden a las dificultades planteadas por un cierto sector de la crítica a la hipótesis de un Jesús sedicioso, según los romanos, y que creo fácilmente respondibles.
Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.ciudadanojesus.com
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Me ha llegado el siguiente enlace de una entrevista (es periódica; cada segundo domingo de mes) de “Actualidad Radio” en Miami, Florida, USA:
http://www.ivoox.com/entrevista-al-dr-antonio-pinero-02-12-2017_rf_16961753_1.html,
por si alguno le interesa. El tema es Jesús de Nazaret en el contexto del siglo I en Israel.