Hoy escribe Antonio Piñero
Mencionábamos en la nota anterior que se ha afirmado que en la sociedad pagana de los siglos IV y V se produjeron conversiones en masa hacia el cristianismo después del Edicto de Milán. Hay en este ámbito un cliché histórico, exagerado o falso que conviene examinar. Veamos un caso: escribe Johannes Quasten en su prólogo al tomo II de la Patrología B.A.C. 1962, obra de gran aprecio en España:
“La libertad de culto concedida por Constantino dio muy pronto como resultado conversiones en masa. La Iglesia vino a ser un factor dominante en el mundo” (p. 4).
Dicho así, lo afirmado es sólo la mitad de la verdad, o incluso menos, porque no indica cuándo (¿a partir del 341 cuando se reprimía ya al paganismo?, o ¿antes, arrostrando la incomprensión de al menos la mitad de la población?), ni la calidad de esas conversiones. Por ello el mismo J. Quasten se ve obligado a añadir:
“El peligro grave estaba en que no hubiera una suficiente transformación de los corazones y de las inteligencias dando pie a un relajamiento de la moral y de la vida espiritual de los cristianos”.
En este sentido Rodney Stark precisa:
“Pretender que las conversiones en masa al cristianismo ocurrieron porque las multitudes reaccionaban espontáneamente ante los evangelizadores otorga a la seducción de la doctrina un lugar central en el proceso de conversión: la gente oye el mensaje, lo encuentra atractivo y abraza la fe. Pero las ciencias sociales modernas relegan el atractivo de la doctrina a una función muy secundaria, al mostrar que la mayoría de la gente no se liga con tanta fuerza a las doctrinas de su nueva fe hasta después de su conversión” (p. 25).
Con otras palabras, la gente se convertía por motivos de beneficios sociales y no por motivos puramente religiosos. Sea como fuere, lo cierto es que poco a poco, gracias al crecimiento del número de cristianos, los paganos influyentes en las ciudades se vieron reducidos a lo largo del siglo V a un grupo de intelectuales y patricios aislados en sus escuelas o en sus villas.
Pues bien esta es la situación que nos pinta la película “Ágora” para la Alejandría del siglo V: un buen número de cristianos en la ciudad de Alejandría; masas fácilmente manipulables, en este caso por monjes exaltados que hacían de predicadores callejeros; masas que podían llegar fácilmente a la brutalidad en contra del espíritu mismo de su religión cristiana, tal como se había predicado unos cien años antes; masas que se creían absolutamente en posesión de toda la verdad, y por ello con todo el derecho a responder al mal con el mal, a la violencia con la violencia, y a entrar en las posesiones ajenas a destruir libros -las bases del humanismo pagano y de su religión-, a aniquilar la estatua del dios Serapis, destruir no sólo la biblioteca del Serapaeum sino todo el edificio a la mayor de las miserias. Como dijimos antes, las demoliciones de templos e instituciones paganas estaban contempladas por la ley desde el edicto de Teodosio I en 391 que prohibía todas las manifestaciones de culto que no fueran cristianas.
Escribe J. Montserrat al respecto palabras oportunas:
“El hecho constatable es que el paganismo no se extinguió: fue eliminado por ley. Los templos no decayeron: fueron cerrados y demolidos. Los paganos no se convirtieron: fueron obligados a convertirse. Con tales antecedentes, nombrar el tema de la Conversión del paganismo raya en el cinismo historiográfico” (pp. 250-1, de la obra citada, El desafío cristiano). Con esta política, ciento cincuenta años más tarde, el paganismo se encontraría en su ocaso más absoluto.
Hemos explicado cómo era posible e históricamente probable que las masas cristianas –después de recibir, es cierto, una provocación grave y sangrienta de judíos y paganos- reaccionara como reaccionaron, con tremenda violencia, en la Alejandría del siglo V. Lo explicado aclara también la postura de la cúpula eclesiástica que sometió al poder civil. Y se explica igualmente el por qué del deseo de extirpar en su raíz, la aniquilación de la persona que desde un punto de vista racionalista y científico era incaptable, no convertible, para la nueva religión, Hipatia, la insobornable matemática y filósofa pagana.
Y ahora vayamos a la segunda parte de lo que nos proponemos explicar en esta serie. La semblanza de algunos personajes principales de la película de Amenábar, prescindiendo de Hipatia, a la que la gente ha prestado una práctica y casi exclusiva atención, sin prestar la suficiente atención a otras figuras de la ciudad de Alejandría en el siglo V.
Seguiremos
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com
……………….
En el otro blog de “Religiondigital”, el tema es:
"Ateos y creyentes en Cuenca. Algunas reflexiones y preguntas”
Saludos de nuevo.
........................
FUNDACIÓN PASTOR DE ESTUDIOS CLÁSICOS. MADRID
Seminario
PABLO DE TARSO: JUDÍO, GRIEGO Y ROMANO, A LOS DOS MIL AÑOS
CONFERENCIAS
Lunes 22 de marzo de 2010:
18.00: Fernando BERMEJO RUBIO (Univ. Barcelona): Aproximación a la vida de Pablo de Tarso.
19.30: Joaquín GONZÁLEZ ECHEGARAY ( Instituto Investigaciones Prehistóricas, Santander/
Chicago): Los viajes de san Pablo vistos desde la arqueología.
Martes 23 de marzo de 2010:
18.00: Senén VIDAL GARCÍA (Estudio Agustiniano, Valladolid): Los escritos paulinos.
19.30: Antonio PIÑERO SÁENZ (Univ. Complutense): Pablo de Tarso. Un caso de ‘marketing’ teológico en el s. I d.C.
Miércoles 24 de marzo de 2010:
18.00: Enrique OTÓN SOBRINO (Univ. Complutense): La verdad de un apóc r i fo: la supuesta correspondencia entre Séneca y San Pablo.
19.30: Juan María LABOA (Univ. Pontificia de Comillas): El influjo de Pablo en Lutero, religioso agustino.
* * *
Inscripción (plazas limitadas): En la Fundación, por escrito o por teléfono (de 9:00 a 14:00 horas).
Cuota de 9 euros si se desea certificado de participación (sólo Profesores en activo, tanto de centros públicos como privados).
Diploma simple o Certificado de participación (= 1 crédito)
Actividad reconocida por el Ministerio de Educación en virtud del convenio de Colaboración suscrito el 26 de abril de 1994.
Fundación Pastor de Estudios Clásicos Tel. 91 561 72 36
Serrano 107. 28006 Madrid http://fundacionpastor.e.telefonica.net/
* Para los no matriculados, entrada libre hasta completar aforo
Mencionábamos en la nota anterior que se ha afirmado que en la sociedad pagana de los siglos IV y V se produjeron conversiones en masa hacia el cristianismo después del Edicto de Milán. Hay en este ámbito un cliché histórico, exagerado o falso que conviene examinar. Veamos un caso: escribe Johannes Quasten en su prólogo al tomo II de la Patrología B.A.C. 1962, obra de gran aprecio en España:
“La libertad de culto concedida por Constantino dio muy pronto como resultado conversiones en masa. La Iglesia vino a ser un factor dominante en el mundo” (p. 4).
Dicho así, lo afirmado es sólo la mitad de la verdad, o incluso menos, porque no indica cuándo (¿a partir del 341 cuando se reprimía ya al paganismo?, o ¿antes, arrostrando la incomprensión de al menos la mitad de la población?), ni la calidad de esas conversiones. Por ello el mismo J. Quasten se ve obligado a añadir:
“El peligro grave estaba en que no hubiera una suficiente transformación de los corazones y de las inteligencias dando pie a un relajamiento de la moral y de la vida espiritual de los cristianos”.
En este sentido Rodney Stark precisa:
“Pretender que las conversiones en masa al cristianismo ocurrieron porque las multitudes reaccionaban espontáneamente ante los evangelizadores otorga a la seducción de la doctrina un lugar central en el proceso de conversión: la gente oye el mensaje, lo encuentra atractivo y abraza la fe. Pero las ciencias sociales modernas relegan el atractivo de la doctrina a una función muy secundaria, al mostrar que la mayoría de la gente no se liga con tanta fuerza a las doctrinas de su nueva fe hasta después de su conversión” (p. 25).
Con otras palabras, la gente se convertía por motivos de beneficios sociales y no por motivos puramente religiosos. Sea como fuere, lo cierto es que poco a poco, gracias al crecimiento del número de cristianos, los paganos influyentes en las ciudades se vieron reducidos a lo largo del siglo V a un grupo de intelectuales y patricios aislados en sus escuelas o en sus villas.
Pues bien esta es la situación que nos pinta la película “Ágora” para la Alejandría del siglo V: un buen número de cristianos en la ciudad de Alejandría; masas fácilmente manipulables, en este caso por monjes exaltados que hacían de predicadores callejeros; masas que podían llegar fácilmente a la brutalidad en contra del espíritu mismo de su religión cristiana, tal como se había predicado unos cien años antes; masas que se creían absolutamente en posesión de toda la verdad, y por ello con todo el derecho a responder al mal con el mal, a la violencia con la violencia, y a entrar en las posesiones ajenas a destruir libros -las bases del humanismo pagano y de su religión-, a aniquilar la estatua del dios Serapis, destruir no sólo la biblioteca del Serapaeum sino todo el edificio a la mayor de las miserias. Como dijimos antes, las demoliciones de templos e instituciones paganas estaban contempladas por la ley desde el edicto de Teodosio I en 391 que prohibía todas las manifestaciones de culto que no fueran cristianas.
Escribe J. Montserrat al respecto palabras oportunas:
“El hecho constatable es que el paganismo no se extinguió: fue eliminado por ley. Los templos no decayeron: fueron cerrados y demolidos. Los paganos no se convirtieron: fueron obligados a convertirse. Con tales antecedentes, nombrar el tema de la Conversión del paganismo raya en el cinismo historiográfico” (pp. 250-1, de la obra citada, El desafío cristiano). Con esta política, ciento cincuenta años más tarde, el paganismo se encontraría en su ocaso más absoluto.
Hemos explicado cómo era posible e históricamente probable que las masas cristianas –después de recibir, es cierto, una provocación grave y sangrienta de judíos y paganos- reaccionara como reaccionaron, con tremenda violencia, en la Alejandría del siglo V. Lo explicado aclara también la postura de la cúpula eclesiástica que sometió al poder civil. Y se explica igualmente el por qué del deseo de extirpar en su raíz, la aniquilación de la persona que desde un punto de vista racionalista y científico era incaptable, no convertible, para la nueva religión, Hipatia, la insobornable matemática y filósofa pagana.
Y ahora vayamos a la segunda parte de lo que nos proponemos explicar en esta serie. La semblanza de algunos personajes principales de la película de Amenábar, prescindiendo de Hipatia, a la que la gente ha prestado una práctica y casi exclusiva atención, sin prestar la suficiente atención a otras figuras de la ciudad de Alejandría en el siglo V.
Seguiremos
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
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Saludos de nuevo.
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Lunes 22 de marzo de 2010:
18.00: Fernando BERMEJO RUBIO (Univ. Barcelona): Aproximación a la vida de Pablo de Tarso.
19.30: Joaquín GONZÁLEZ ECHEGARAY ( Instituto Investigaciones Prehistóricas, Santander/
Chicago): Los viajes de san Pablo vistos desde la arqueología.
Martes 23 de marzo de 2010:
18.00: Senén VIDAL GARCÍA (Estudio Agustiniano, Valladolid): Los escritos paulinos.
19.30: Antonio PIÑERO SÁENZ (Univ. Complutense): Pablo de Tarso. Un caso de ‘marketing’ teológico en el s. I d.C.
Miércoles 24 de marzo de 2010:
18.00: Enrique OTÓN SOBRINO (Univ. Complutense): La verdad de un apóc r i fo: la supuesta correspondencia entre Séneca y San Pablo.
19.30: Juan María LABOA (Univ. Pontificia de Comillas): El influjo de Pablo en Lutero, religioso agustino.
* * *
Inscripción (plazas limitadas): En la Fundación, por escrito o por teléfono (de 9:00 a 14:00 horas).
Cuota de 9 euros si se desea certificado de participación (sólo Profesores en activo, tanto de centros públicos como privados).
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Actividad reconocida por el Ministerio de Educación en virtud del convenio de Colaboración suscrito el 26 de abril de 1994.
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