Hoy escribe Antonio Piñero
6,1-10:
« 1 Hermanos, aun cuando alguno incurra en alguna falta, vosotros, los espirituales, corregidle con espíritu de mansedumbre, y cuídate de ti mismo, pues también tú puedes ser tentado. 2 Ayudaos mutuamente a llevar vuestras cargas y cumplid así la ley de Cristo.
3 Porque si alguno se imagina ser algo, no siendo nada, se engaña a sí mismo. 4 Examine cada cual su propia conducta y entonces tendrá en sí solo, y no en otros, motivo para glorificarse, 5 pues cada uno tiene que llevar su propia carga. 6 Que el discípulo haga partícipe en toda suerte de bienes al que le instruye en la Palabra. 7 No os engañéis; de Dios nadie se burla.
Pues lo que uno siembre, eso cosechará: 8 el que siembre en su carne, de la carne cosechará corrupción; el que siembre en el espíritu, del espíritu cosechará vida eterna. 9 No nos cansemos de obrar el bien; que a su tiempo nos vendrá la cosecha si no desfallecemos. 10 Así que, mientras tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos, pero especialmente a nuestros hermanos en la fe. »
Aclaración:
Pablo desciende en estos párrafos al terreno de la práctica comunitaria donde se puede percibir el contraste entre “espíritu” (= Cristo) / “carne” (= mundo terrenal, corpóreo, ámbito de control de Satanás) , entre ley antigua (= ley de Moisés) / ley del amor (la traída por Cristo). Llega así a un máxima general:
“Obrad según el Espíritu (divino); también según el espíritu (humano, renovado) y el amor, pero no según la carne.
6,11-18 es la conclusión de la carta. Lo dividimos por secciones. La primera es 6,11-12:
« 11 Mirad con qué letras tan grandes os escribo de mi propio puño. 6:12 Los que quieren ser bien vistos en lo humano, ésos os fuerzan a circuncidaros, con el único fin de evitar la persecución por la cruz de Cristo. »
Aclaración:
Pablo se deja llevar de la emoción, toma la pluma de su amanuense o copista, y escribe con su puño y letra las últimas palabras.
Aunque está ya en el final arremete de nuevo contra sus oponentes: si éstos fuerzan a los gálatas a circuncidarse, a “judaizar”, es por “evitarse la persecución”. Esta extraña frase indica probablemente que los adversarios misioneros –los que habían extraviado a los gálatas con la predicación de un evangelio distinto al de Pablo- procedían de Israel, donde los judeocristianos que seguían guardando la ley de Moisés sufrían menos ataques, menos persecuciones por parte del judaísmo oficial que aquellos otros convertidos a la nueva fe que no cumplían con las exigencias de la Ley y eran mucho peor vistos (los paulinos). Los nuevos misioneros desean que los gálatas sean como ellos.
El contexto de estas frases nos hace percibir unos momentos en los que la nueva interpretación del judaísmo (el cristianismo) se va separando del “judaísmo oficial” y es atacada por éste.
6,13-16:
« 13 Pues ni siquiera esos mismos que se circuncidan cumplen la ley; sólo desean veros circuncidados para gloriarse en vuestra carne.
14 En cuanto a mí ¡Dios me libre gloriarme si nos es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo es para mí un crucificado y yo un crucificado para el mundo!
15 Porque nada cuenta ni la circuncisión, ni la incircuncisión, sino la creación nueva.
16 Y para todos los que se sometan a esta regla, paz y misericordia, lo mismo que para el Israel de Dios. »
Aclaración:
Pablo insiste una vez más y contraataca a sus adversarios acusándolos de vanagloria. Luego, toma el vocablo “gloria” como palabra puente y expresa con viveza otro de los puntos fuertes de su teología: es necesario tomar parte en la crucifixión de Cristo. En contraste con los oponentes, la única gloria de Pablo es participar de la cruz (el escándalo o paradoja de la cruz); los que se glorían en la circuncisión intentan escapar de esta necesidad de aceptar la cruz que está en la raíz misma del cristianismo según Pablo…, una cruz que lleva a la salvación, o lo que es igual, a la paz y la misericordia de Dios para el verdadero Israel.
6,17-18:
« 17 En adelante nadie me moleste, pues llevo sobre mi cuerpo las señales de Jesús.
18 Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén. »
Aclaración:
La carta concluye drásticamente: “Que nadie me moleste más” dice Pablo a la vez que desea de gracia para sus lectores.
Seguiremos en la próxima postal con la aclaración más pormenorizada de quién eran, en cuanto se puede precisar, los adversarios de Pablo según esta Carta a los gálatas.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
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Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema:
“Pedro, príncipe de los apóstoles. Pedro en la terna de los preferidos”
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Saludos de nuevo.